Larri
Madmaxista
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Al mercado del crudo le está doliendo 2020 más que la Guerra del Golfo. Con una bajada casi sin parangón de la demanda mundial de petróleo debido a la esa época en el 2020 de la que yo le hablo, muchos hablan incluso del fin del cártel de la OPEP y sus socios mientras que las petroleras se diversifican y apuntan hacia las energías renovables para captar fondos de rescate.
Tanto es así, que Bloomberg no ha mostrado reparo en afirmar en un extenso reportaje titulado con enormes y chillones caracteres que ya está: hemos llegado al pico máximo de demanda, al cénit petrolero. 2020 también ha sido el año en el que las ventas de coches se han desplomado.... pero no las de Tesla.
Los combustibles fósiles cuesta abajo y sin frenos...
El denominado peak oil o pico del petróleo es un evento basado en la teoría de M. Kings Hubber en el que se alcanza la tasa máxima de extracción de petróleo global. Después, la tasa de producción entra en un declive terminal.
¿Es arriesgado decir que es esto lo que está ocurriendo? Para nada. Desde Bloomberg calculan que este año se ha llegado a una caída de la demanda de 29 millones de barriles por día, y la OPEP y sus socios rusos (entre otros países) acordaron en abril recortar la producción en 9,7 millones de barriles diarios para poder poner fin a la guerra interna que desangró los precios.
Un panorama nada halagüeño y que, a pesar de que la cosa empieza a volver a flote ante la llegada de la banderilla, no pinta bien a largo plazo. La OPEP, que lleva seis décadas manejando los hilos, da 20 años más de vida a la demanda de crudo, pero las petroleras como BP o Shell no lo tienen tan claro.
Tengamos en cuenta que el tras*porte se 'bebe' más de la mitad de crudo del mundo, y llevamos casi un año de confinamientos, teletrabajo y cierres intermitentes de fronteras. El escenario de 2021 no es mucho mejor ante un irremediable cambio de mentalidad.
Lo que no ha conseguido el cambio climático, lo ha hecho una esa época en el 2020 de la que yo le hablo: obligar a los actores que contribuyen a la subida global de temperaturas a mirar hacia las energías renovables. Para sobrevivir a las pérdidas, claro.
Pero aquí no solo juegan las petroleras. Los países cuyas economías dependen del petróleo, como Arabia Saudí, han de preparar un plan de contingencia y monetizar sus activos antes de que pierdan valor. Y es que cuando descienden los beneficios derivados del oro neցro, también lo hace el gasto gubernamental, incluida la asistencia social.
Así, el peak oil puede implicar para los países productores no solo inestabilidad económica, sino inestabilidad política y social.
...y los coches eléctricos en el punto álgido
Los vehículos eléctricos en general lograron prosperar incluso cuando las ventas de coches tradicionales se derrumbaron gracias a lanzamientos estrella como el Tesla Model Y o el Volkswagen ID.3, que batió récords de ventas con la First Edition.
Y es gracias a la bajada de precios de la tecnología que la penetración del coche eléctrico es cada vez mayor. Hace un par de años se hablaba de la 'utopía' de romper la barrera de los 100 dólares por kWh y parece que ya estamos en ese punto.
Para hacernos una idea de cómo ha avanzado, en 2010 el precio medio del kWh era de más de 1.000 dólares, según datos de Bloomberg, y se espera que para 2030 sea de 61 dólares, lo que democratizará el coche eléctrico.
Volkswagen ya aseguró en 2019 que sus baterías habían alcanzado el umbral de 100 dólares para el ID.3 2020 y el SUV compacto ID.4. El mayor fabricante de baterías del mundo, CATL, también asegura haberlo logrado, mientras que Elon Musk aprovechó el Battery Day para anunciar que fabricarán sus propias celdas de batería, con una reducción de costos de más del 50 %.
Sin olvidar que empezarán a extraer su propio litio en EEUU.
Estamos así ante una balanza que, de momento, se está inclinando más del lado de la movilidad eléctrica que la de los combustibles fósiles, aunque tendrán que pasar décadas para ver el fin del poderoso y resiliente oro neցro.
Y MI OPINION: No hay manera de resolver la producción de energía sin depender del carbón, petróleo o gas. No hay solución ni ahora ni en 2030. Además si lo que baja es la demanda de gasolina, pero no de diesel, de igual manera hay que refinar barriles, y acumular lo que no se venda, que a largo plazo creará un excedente que no se podrá meter en ningún sitio. Estamos a las puertas de un colapso que pocos ven, y muchos no quieren ni oir ni informarse.
Tanto es así, que Bloomberg no ha mostrado reparo en afirmar en un extenso reportaje titulado con enormes y chillones caracteres que ya está: hemos llegado al pico máximo de demanda, al cénit petrolero. 2020 también ha sido el año en el que las ventas de coches se han desplomado.... pero no las de Tesla.
Los combustibles fósiles cuesta abajo y sin frenos...
El denominado peak oil o pico del petróleo es un evento basado en la teoría de M. Kings Hubber en el que se alcanza la tasa máxima de extracción de petróleo global. Después, la tasa de producción entra en un declive terminal.
¿Es arriesgado decir que es esto lo que está ocurriendo? Para nada. Desde Bloomberg calculan que este año se ha llegado a una caída de la demanda de 29 millones de barriles por día, y la OPEP y sus socios rusos (entre otros países) acordaron en abril recortar la producción en 9,7 millones de barriles diarios para poder poner fin a la guerra interna que desangró los precios.
Un panorama nada halagüeño y que, a pesar de que la cosa empieza a volver a flote ante la llegada de la banderilla, no pinta bien a largo plazo. La OPEP, que lleva seis décadas manejando los hilos, da 20 años más de vida a la demanda de crudo, pero las petroleras como BP o Shell no lo tienen tan claro.
Tengamos en cuenta que el tras*porte se 'bebe' más de la mitad de crudo del mundo, y llevamos casi un año de confinamientos, teletrabajo y cierres intermitentes de fronteras. El escenario de 2021 no es mucho mejor ante un irremediable cambio de mentalidad.
Lo que no ha conseguido el cambio climático, lo ha hecho una esa época en el 2020 de la que yo le hablo: obligar a los actores que contribuyen a la subida global de temperaturas a mirar hacia las energías renovables. Para sobrevivir a las pérdidas, claro.
Pero aquí no solo juegan las petroleras. Los países cuyas economías dependen del petróleo, como Arabia Saudí, han de preparar un plan de contingencia y monetizar sus activos antes de que pierdan valor. Y es que cuando descienden los beneficios derivados del oro neցro, también lo hace el gasto gubernamental, incluida la asistencia social.
Así, el peak oil puede implicar para los países productores no solo inestabilidad económica, sino inestabilidad política y social.
...y los coches eléctricos en el punto álgido
Los vehículos eléctricos en general lograron prosperar incluso cuando las ventas de coches tradicionales se derrumbaron gracias a lanzamientos estrella como el Tesla Model Y o el Volkswagen ID.3, que batió récords de ventas con la First Edition.
Y es gracias a la bajada de precios de la tecnología que la penetración del coche eléctrico es cada vez mayor. Hace un par de años se hablaba de la 'utopía' de romper la barrera de los 100 dólares por kWh y parece que ya estamos en ese punto.
Para hacernos una idea de cómo ha avanzado, en 2010 el precio medio del kWh era de más de 1.000 dólares, según datos de Bloomberg, y se espera que para 2030 sea de 61 dólares, lo que democratizará el coche eléctrico.
Volkswagen ya aseguró en 2019 que sus baterías habían alcanzado el umbral de 100 dólares para el ID.3 2020 y el SUV compacto ID.4. El mayor fabricante de baterías del mundo, CATL, también asegura haberlo logrado, mientras que Elon Musk aprovechó el Battery Day para anunciar que fabricarán sus propias celdas de batería, con una reducción de costos de más del 50 %.
Sin olvidar que empezarán a extraer su propio litio en EEUU.
Estamos así ante una balanza que, de momento, se está inclinando más del lado de la movilidad eléctrica que la de los combustibles fósiles, aunque tendrán que pasar décadas para ver el fin del poderoso y resiliente oro neցro.
Y MI OPINION: No hay manera de resolver la producción de energía sin depender del carbón, petróleo o gas. No hay solución ni ahora ni en 2030. Además si lo que baja es la demanda de gasolina, pero no de diesel, de igual manera hay que refinar barriles, y acumular lo que no se venda, que a largo plazo creará un excedente que no se podrá meter en ningún sitio. Estamos a las puertas de un colapso que pocos ven, y muchos no quieren ni oir ni informarse.