En el siglo XIX, el estado español borró completamente los nombres populares de muchas calles para poner los de sus héroes, para así tener un soporte para su invento de la "nación española"; en el caso de Galiza, eso significaba además el borrado de su memoria, aunque en algunos casos se fuese más allá del ridículo:
Ejemplo, una calle de Coruña
Nombre gallego: ALCABALEIROS
Traducción directa al castellano: ALCABALEROS
Nombre que le pusieron los supremacistas estatales: CABALLEROS (?!)
En otros casos, por ejemplo Santiago de Compostela, se substituyó el nombre popular de la plaza
"do Pam" por el de "de Cervantes". Los ejemplos ocuparían varios tomos de una enciclopedia.
El pavor se completó después de 1939, con los nombres del Caudillo, José Antonio, alopécico Sotelo y demás purría por todas partes.
En la misma MADRID, calles de nombres tan ingeniosos y espontáneos como
Salsipuedes, Aunque os pese, Tente tieso o Enhoramala vayas desaparecieron para dejar paso a Hernán Cortés, Pizarro, Espoz y Mina. Os lo cuentan aquí:
Ver archivo adjunto 1661449
Los mismos que quisieron borrar la memoria popular y la identidad de los que no encajaban en su inventada nación se indignan con AMLO; decididamente, no tienen remedio.