Mel_O_Cotton
Madmaxista
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Se os va la olla con esto de los perros. En mi casa siempre hubo perros o gatos. Mi familia viene de entornos rurales y allí todo el mundo ha tenido perros y gatos siempre. Y nunca hubo mayores problemas de convivencia.
Hoy día, cualquiera que tenga perro en un entorno urbano (y también en los rurales, que cada vez son menos rurales), sabe que ir por la calle con un perro es ir con miedo por la calle por llevarlo bien atado, con las bolsas, los papeles en regla y aun así ser escrutado y señalado por talibanes anti-perro. Para que puedan correr un poco te los tienes que llevar al quinto pepino, y aun así los sueltas pensando que eres un delincuente y con miedo a que aparezca uno de esos talibanes con unos prismáticos y te vea desde la distancia, dispuesto a rasgarse las vestiduras y a chivarse a la autoridad (a la que tanto venera cuando le interesa).
Ahora al OP le molesta que un restaurante admita mascotas, pero no considera que es una empresa privada, y que mientras cumpla con la normativa puede hacer lo que le salga de las pelotas. Y los demás le jalean y apuntalan su opinión, expresando su miedo a que el número de locales que prohiben la entrada de mascotas, baje de un 90 a un 80 por ciento.
Desde luego, los ofendiditos por los perros son de los peores que te puedes encontrar en este mundo de ofendiditos iluso. Hala, abro paraguas. Me reservo el derecho de contestar a los insultos, si me place, o no (o, directamente, ni siquiera leerlos).
Hoy día, cualquiera que tenga perro en un entorno urbano (y también en los rurales, que cada vez son menos rurales), sabe que ir por la calle con un perro es ir con miedo por la calle por llevarlo bien atado, con las bolsas, los papeles en regla y aun así ser escrutado y señalado por talibanes anti-perro. Para que puedan correr un poco te los tienes que llevar al quinto pepino, y aun así los sueltas pensando que eres un delincuente y con miedo a que aparezca uno de esos talibanes con unos prismáticos y te vea desde la distancia, dispuesto a rasgarse las vestiduras y a chivarse a la autoridad (a la que tanto venera cuando le interesa).
Ahora al OP le molesta que un restaurante admita mascotas, pero no considera que es una empresa privada, y que mientras cumpla con la normativa puede hacer lo que le salga de las pelotas. Y los demás le jalean y apuntalan su opinión, expresando su miedo a que el número de locales que prohiben la entrada de mascotas, baje de un 90 a un 80 por ciento.
Desde luego, los ofendiditos por los perros son de los peores que te puedes encontrar en este mundo de ofendiditos iluso. Hala, abro paraguas. Me reservo el derecho de contestar a los insultos, si me place, o no (o, directamente, ni siquiera leerlos).