willifog
Madmaxista
- Desde
- 23 Nov 2017
- Mensajes
- 833
- Reputación
- 1.164
Woicej Sarjusz Zaleski, que se presenta como príncipe polaco y descendiente del conde Drácula, acaba de cobrarse una nueva víctima. El próximo 13 de noviembre, Zaleski está citado en el Juzgado de Instrucción número 38 de Madrid para declarar como investigado por supuesta estafa de unos 40.000 euros a doña Marisa Bancalero Blanco, con la que mantuvo una relación sentimental que duró lo que duraron los ahorros de esta guapa española de 40 añosa la que conoció en 2016 en facebook.
En aquel momento, Marisa Bancalero, diseñadora de joyas, pasaba por una mala racha. Sus padres se habían separado, había muerto una de sus abuelas a la que estaba muy unida y no sabía que este sujeto había desplumado anteriormente a la esposa de un aristócrata español y a su amiga; a la actriz canaria Rosanna Walls y a la presentadora Paloma Lago, su estafa más sonada. Zaleski mantuvo una relación sentimental en 2012 con la modelo gallega a la que convenció para invertir 140.000 euros en un fondo financiero polaco, aunque el dinero acabó en sus propios bolsillos. Paloma Lago ganó el pleito y Zaleski fue condenado a dos años en prisión pero sólo devolvió una parte ínfima del dinero estafado. Resulta imposible de cobrar porque no tiene ninguna propiedad, ni bien a su nombre.
El segundo apellido de Zaleski es español, Ezquerra de Bayo, pero nada se sabe de su familia. Es un personaje escurridizo que adopta distintas identidades. Se mueve según convenga, entre Varsovia, Sevilla y Sotogrande, donde creó un equipo de polo y pasa por ser un consumado deportista de nombre Javier Ezquerra. También se ha presentado como presidente de la Cámara de Comercio de Polonia, propietario de la multinacional Haagen Dazs, amigo de Mario Conde y socio de un tal Nasser, príncipe de Bahrein.
La periodista Paloma Lago, lo denunció y ganó.
A la aristócrata española y a su amiga las metió en un negocio de caseína, una proteína láctea procedente de Ucrania, muy apreciada por los deportistas. Sus posibles socios se quedaban impresionados cuando en el lujoso hotel Bristol de Varsovia le llamaban el "príncipe Zaleski", pero lo cierto es que a la hora de pagar, se escurría diciendo que no llevaba suelto. La abogada Teresa Bueyes, amiga y asesora de estas dos señoras, empezó a sospechar que aquellos negocios no estaban claros.
Zaleski acabó consumando su estafa pero Bueyes le denunció ante la Audiencia Nacional y finalmente fue condenado a devolver el dinero estafado a las dos incautas inversoras. Bueyes también defiende ahora Marisa Bancalero Blanco en su querella contra Zaleski. El supuesto príncipe conoció personalmente a Marisa Bancalero en enero de 2016, después de intercambiar distintos mensajes en facebook. Dijo ser un empresario importante en el sector inmobiliario internacional y jugador de polo. Amable y atento, Ezquerra se interesa por la situación anímica y económica de Marisa, que padecía una fuerte depresión por las adversidades familiares. Había dejado su trabajo como diseñadora de joyas hasta pasar esa mala racha y le cuenta a Ezquerra (Zaleski) que viviría durante ese tiempo de sus ahorros, unos 65.000 euros. Aprovechando esa fragilidad anímica, él la llama a diario, se gana su confianza con afecto y buenos modales, le dice que ha padecido un tumor cerebral y que su padre también está gravemente enfermo en un hospital suizo. Cuando la relación sentimental se consolida, el llamado Javier Ezquerra le confiesa su disgusto porque las cuentas de la familia en Suiza están bloqueadas momentáneamente por cuestiones políticas y no dispone de liquidez. Primero, ella le hace un préstamo de 15.000 euros, más tarde otro de 5.000 y le da otros 25.000 para el tratamiento de su padre. Cuando Ezquerra acaba con sus ahorros, también se espacian los contactos entre la pareja. Ella se da cuenta que ha sido estafada y reclama en vano el dinero prestado. Como experto timador, el supuesto príncipe cuida muy bien lo que manda en los mensajes a Marisa. No habla de "devolver", sino de "ayuda", como si fuera ella quien le estaba pidiendo un préstamo y no una reclamación: "Yo te doy los 30.000 ó 40.000 que necesitas", le escribe.
A una semana de la vista, la situación síquica y emocional de la joyera Marisa Bancalero es de extrema fragilidad, según el informe pericial psicológico, que habla del "profundo sentimiento de culpabilidad por la ingenuidad manifestada por la paciente, una mujer desprendida, con total ausencia de malicia y astucia en sus actitudes".
La última víctima de Woicej Sarjusz Zaleski, el falso "príncipe polaco" | Famosos (elmundo.es)
En aquel momento, Marisa Bancalero, diseñadora de joyas, pasaba por una mala racha. Sus padres se habían separado, había muerto una de sus abuelas a la que estaba muy unida y no sabía que este sujeto había desplumado anteriormente a la esposa de un aristócrata español y a su amiga; a la actriz canaria Rosanna Walls y a la presentadora Paloma Lago, su estafa más sonada. Zaleski mantuvo una relación sentimental en 2012 con la modelo gallega a la que convenció para invertir 140.000 euros en un fondo financiero polaco, aunque el dinero acabó en sus propios bolsillos. Paloma Lago ganó el pleito y Zaleski fue condenado a dos años en prisión pero sólo devolvió una parte ínfima del dinero estafado. Resulta imposible de cobrar porque no tiene ninguna propiedad, ni bien a su nombre.
El segundo apellido de Zaleski es español, Ezquerra de Bayo, pero nada se sabe de su familia. Es un personaje escurridizo que adopta distintas identidades. Se mueve según convenga, entre Varsovia, Sevilla y Sotogrande, donde creó un equipo de polo y pasa por ser un consumado deportista de nombre Javier Ezquerra. También se ha presentado como presidente de la Cámara de Comercio de Polonia, propietario de la multinacional Haagen Dazs, amigo de Mario Conde y socio de un tal Nasser, príncipe de Bahrein.
La periodista Paloma Lago, lo denunció y ganó.
A la aristócrata española y a su amiga las metió en un negocio de caseína, una proteína láctea procedente de Ucrania, muy apreciada por los deportistas. Sus posibles socios se quedaban impresionados cuando en el lujoso hotel Bristol de Varsovia le llamaban el "príncipe Zaleski", pero lo cierto es que a la hora de pagar, se escurría diciendo que no llevaba suelto. La abogada Teresa Bueyes, amiga y asesora de estas dos señoras, empezó a sospechar que aquellos negocios no estaban claros.
Zaleski acabó consumando su estafa pero Bueyes le denunció ante la Audiencia Nacional y finalmente fue condenado a devolver el dinero estafado a las dos incautas inversoras. Bueyes también defiende ahora Marisa Bancalero Blanco en su querella contra Zaleski. El supuesto príncipe conoció personalmente a Marisa Bancalero en enero de 2016, después de intercambiar distintos mensajes en facebook. Dijo ser un empresario importante en el sector inmobiliario internacional y jugador de polo. Amable y atento, Ezquerra se interesa por la situación anímica y económica de Marisa, que padecía una fuerte depresión por las adversidades familiares. Había dejado su trabajo como diseñadora de joyas hasta pasar esa mala racha y le cuenta a Ezquerra (Zaleski) que viviría durante ese tiempo de sus ahorros, unos 65.000 euros. Aprovechando esa fragilidad anímica, él la llama a diario, se gana su confianza con afecto y buenos modales, le dice que ha padecido un tumor cerebral y que su padre también está gravemente enfermo en un hospital suizo. Cuando la relación sentimental se consolida, el llamado Javier Ezquerra le confiesa su disgusto porque las cuentas de la familia en Suiza están bloqueadas momentáneamente por cuestiones políticas y no dispone de liquidez. Primero, ella le hace un préstamo de 15.000 euros, más tarde otro de 5.000 y le da otros 25.000 para el tratamiento de su padre. Cuando Ezquerra acaba con sus ahorros, también se espacian los contactos entre la pareja. Ella se da cuenta que ha sido estafada y reclama en vano el dinero prestado. Como experto timador, el supuesto príncipe cuida muy bien lo que manda en los mensajes a Marisa. No habla de "devolver", sino de "ayuda", como si fuera ella quien le estaba pidiendo un préstamo y no una reclamación: "Yo te doy los 30.000 ó 40.000 que necesitas", le escribe.
A una semana de la vista, la situación síquica y emocional de la joyera Marisa Bancalero es de extrema fragilidad, según el informe pericial psicológico, que habla del "profundo sentimiento de culpabilidad por la ingenuidad manifestada por la paciente, una mujer desprendida, con total ausencia de malicia y astucia en sus actitudes".
La última víctima de Woicej Sarjusz Zaleski, el falso "príncipe polaco" | Famosos (elmundo.es)