Tras el trágico desenlace a una tarde de compras, testigos presenciales aseguraron que el pobre Hsiao llevaba más bolsas de las que podía cargar mientras a duras penas seguía a su novia por las tiendas del gigantesco centro comercial en plan sherpa. Y así una hora, y otra, y otra. Hasta que el hombre se plantó y exigió que se fueran a casa. La respuesta de su pareja fue que todavía les quedaba visitar una zapatería, que tenía unos descuentos de lo más interesantes. La víctima estalló y replicó que ya tenía demasiados zapatos, muchos más de los que podría llevar en lo que le quedaba de vida y que era inútil comprar más". La discusión estaba servida. La joven contraatacó acusándole, a grito pelado, de ser un "tacaño", y de "destrozarle la Navidad", como si fuera el mismísimo Grinch.