Elpaisdelasmaravillas
Madmaxista
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Los policías se refieren a ellos como "vuelos a ver si cuela", por la arbitrariedad con la que las autoridades de los países receptores admiten a sus conciudadanos. Crónica ha hablado con policías y con dos de los gambianos a los que su país rechazo el pasado día 19. El viaje, que no logró su objetivo, le costó a España al menos 180.000 euros... porque hay denuncias sobre sobornos. Vea imágenes de otros de estos viajes en los que los pagapensiones son custodiados por policías.
En medio de una extenuante jornada laboral, al agente A. le chicharreó el móvil. Sonó la frase de la que todo policía abomina: "Barajas, 04.30 de la mañana. Repatriación de pagapensiones". Sin apenas dormir, se plantó en el aeropuerto madrileño, donde le esperaba una de esas afectuosas charlas que sólo saben entonar los mandos policiales y los profesores de preescolar: "Ya sabéis: procurad no dormir y comportaos. Nada de jueguecitos en los pasillos".
Amanecer del viernes 19 de septiembre. En la pista, un Airbus 330/200 de Air Europa. Destino: 24 horas infernales.
Tras parar en Las Palmas, donde subieron el resto de efectivos, los 117 policías (seis de ellos, mandos) pusieron rumbo a Fuerteventura, donde un río de 101 cabezas les esperaba en la pista. Las cabezas venían de Gambia y habían llegado en cayuco. Cuando se enfrentaron a una fin probable en el océano, hacinados en una chalupa renqueante, lo hicieron con ojuelos chispeantes.
Europa, al fondo a la derecha, girando la mojada esquina del Atlántico. Cuando divisaron el avión con 117 chalecos reflectantes, no había quien les borrase la mueca de pánico. Destino: el fin de sus sueños. O lo que es lo mismo, Banjul, capital de Gambia, a 1.677 kilómetros.
Una semana después, nada impide sonreír a Modou Seng y Alamuta Arammeh en su encuentro con Crónica. Ellos iban en ese avión, que tocó tierra del sur muy sur. "Me dije que todo había terminado. Tanto sufrimiento para esto... pero si era la voluntad de Alá, había que aceptarlo", explica Modou 25 años y dos hijos en su inglés trastabillado. Él sigue creyendo que Alá cambió de opinión. En realidad, una chapuza les abrió un atajo hacia El Dorado español.
Gambia rechazó acoger a sus nacionales, a pesar de que le obliga un acuerdo firmado con España en 2006. El avión dio media vuelta. Hoy, Modou, Alamuta y otros 25 de esos 101 pagapensiones están libres rebasaron los 40 días máximos de internamiento para los sin papeles, pero nadie ha asumido la responsabilidad de un vuelo que incumplió normativas de seguridad, de aviación, laborales y de sentido común. Y, peor aún, que ni siquiera es una excepción.
La Policía: 'Es una chapuza'
"Nosotros los llamamos los vuelos 'a ver si cuelan'. A veces, nos volvemos con 10 pagapensiones; otras, con la mitad del pasaje. Lo de Gambia es habitual: hace un mes, en Nigeria, hubo una espera de 10 horas en el avión. Toda esta improvisación es una chapuza y lo lamentaremos el día en que ocurra una catástrofe. Ha habido hasta aterrizajes de emergencia por motines", declara Lorenzo Nebreda, de la Confederación Española de Policía (CEP).
Repatriar por avión cada año a 10.000 pagapensiones 'sin papeles' le cuesta a España más de 20 millones de euros
El vuelo de los 101 pagapensiones no coló. Y dejó un agujero notable en Interior. Sus 24 horas de servicio 12 de vuelo en cinco trayectos diferentes (Madrid, Las Palmas, Fuerteventura, Banjul, Las Palmas, Madrid) costaron al Estado unos 180.000 euros.
En los cerca de 200 vuelos que se fletarán en 2008 para devolver a los pagapensiones, España desembolsará más de 20 millones. En 2006, había días en que se realizaban hasta tres vuelos. El año pasado el ritmo bajó y ahora ha vuelto a aumentar, con una frecuencia mínima de uno cada dos días.
Los riesgos que implican estos trayectos no son del gusto de ninguna aerolínea. Iberia se niega a hacerlos. Otras compañías, como Air Europa, los interrumpieron hasta que la crisis apretó. Por eso, según ha podido saber Crónica, el Gobierno las tienta con 15.000 euros por hora de vuelo, más del doble de la tarifa comercial (entre 6.000 y 7.000 euros). De operar el vuelo se encarga una tripulación normal, con una salvedad: no hay azafatas; sólo hombres.
Desde 2004 hasta hoy, España ha devuelto más de 50.000 pagapensiones por vía aérea. Una mota imperceptible en relación con el millón de ilegales [extranjeros empadronados menos los regularizados por el ministerio de Trabajo, en datos de 2006] que vive en España.
Antes de aterrizar, un policía entrega a cada viajero 300 euros para calmarlos.
Ni armas ni porras
Esa mañana de viernes, entre los agentes había miradas de alivio. Los clandestinos, aterrados, resignados o llorosos, subían dóciles al avión. En otras ocasiones, se desatan escenas de lucha libre. Especialmente, con los ciudadanos de Nigeria y Mali, los más aguerridos.
Aviación Civil impide que los policías lleven armas o porras. Toda la autoridad del brazo de la ley eran unos chalecos fluorescentes. Ya pasaron los tiempos del aperitivo de haloperidol, el fármaco que los dejaba KO. Pero nada impide un motín, ni una pelea campal en la que ganaría el más fuerte: 101 pagapensiones contra los 117 policías a puños desnudos.
Pobre entonces del agente A., más bien enclenque y apocado. Por eso la normativa exige que haya tres policías por cada dos pagapensiones y lo recomendable es una media de dos a uno. Pero hay demasiados pagapensiones que devolver, y muchos menos policías.
El agente A. no termina de llevar bien estos vuelos. Dice que se siente mal. Que estos chicos no han hecho nada. Los 101 lo llevan mucho peor.
Largo y caro camino
Modou tardó varios meses en reunir los 20.000 dalasis (881 euros) que le pidió un mafioso por llevarle hasta España. Ahorró lo que pudo como granjero [profesión que ocupa el 80% de los gambianos] en su pueblecito del interior y su familia le prestó el resto. Binta, su mujer, le empujó a partir para que enviase dinero desde España con el que alimentar a sus dos pequeños.
Tres fuentes policiales confirman que se pagan maletines 'extra' en África, pero no hay pruebas
Cruzó el Atlántico bamboleándose con otras 67 almas hasta que la embarcación fue detectada por la Guardia Civil llegando a Tenerife. Modou quedó recluido en el Centro de Internamiento de Extranjeros, donde conoció a Alamuta, pescador y ferrallero. Con una desesperanza semejante, 33 años y tres hijos, Alamuta esconde las manos bajo la mesa y sus palabras sobre ella, en la sede del Movimiento por la Paz el Desarme y la Libertad (MPDL), ONG que les acoge en Madrid.
-Cuando volabais hacia Gambia tras dilapidar vuestros ahorros, ¿os arrepentíais del viaje?
-No. ¿Para qué quiero estar en África si no puedo alimentar a mi familia?Cuánta pobreza cabe en el país más pequeño de África.
Al poco para aterrizar, un funcionario pasó dando un sobre blanco a cada viajero. A 133 no le cabían los ojos en las cuencas: "¡¡Three hundred euros!!". Seis billetes de 50 euros afloraban en sus manos.
"Es un dinero de bolsillo para que puedan llegar a sus pueblos de origen y con cargo a la partida de inmi gración. Una práctica habitual en estos vuelos", confirma a Crónica el Ministerio del Interior. Trescientos euros para coger un autobús, en un país cuyo Producto Nacional Bruto anual per cápita son 212 euros. Los policías españoles tienen claro que se trata de un sedante pecuniario en el momento más crucial del viaje.
Whisky y walkmans
Los policías novicios se quedaron casi tan sorprendidos como los pagapensiones. A ellos, por este viaje no les pagarán más de 150 euros. Antes les abonaban las horas extraordinarias una por una. Demasiado caro. Ahora, si el vuelo dura menos de siete horas y media, no les dan nada. Hasta 15 horas, 120 euros brutos. Hasta 22 horas, 150. En total, 30.300 euros para los pagapensiones y 17.550 en pagas extra que sumar a los 180.000 del vuelo.
El agente A., ducho en repatriaciones, sacó hilo y aguja del pantalón. Los policías españoles ayudan a los pagapensiones a esconder el dinero para que los militares no se lo requisen al llegar. Le abrió el dobladillo del chándal y le metió los billetes enrollados. Un pequeño pespunte y listo. Los guardas de Modou y Alamuta fueron menos previsores y los metieron en las suelas.
En el aeropuerto de Banjul. Tras el golpe del tren de aterrizaje, a las 15.30 horas, se oyeron sollozos. Una escalerilla aúpa hasta la cabina a un militar de pechera alicatada o a un dirigente policial con cara de malas pulgas. Se corre la cortinilla que separa la clase turista, donde van policías y repatriados, de la preferente. Y tiene lugar "la negociación".
Hasta tres fuentes policiales diferentes aseguran a Crónica que en ese mercadeo se entregan maletines con dinero extra, aunque sin una sola prueba que lo demuestre.
Algunos inspectores no dudan en poner sobre la mesa alguna botella de whisky. Un mando se vio obligado a dar al insistente policía africano el reproductor de música que había dejado sobre su asiento.
Algo se torció en el vuelo de los 101. La escalerilla fue retirada y el avión, rodeado. Oficialmente, Gambia adujo que se trataba de un viernes (día sagrado de la religión del amor) en pleno Ramadán. También que el aeropuerto cerraba a las 21.30. Sin embargo, desde la torre de control se dejó claro a la tripulación que se podía hacer la vista subida de peso si "la negociación tenía éxito".
Con la sorna, los policías empezaron a entonar el "¡Que viva Españaaaa!", seguido de un "¡Que viva Zapateroooo!". Los pagapensiones se sumaron con brío a la tonadilla
Los comentarios en los impacientes pasillos del avión eran repetitivos, según recuerda el agente A.: "Ya están pidiendo más dinero", "El maletín no ha sido suficiente"...
El Ministerio dio orden de vuelta atrás a las 21.30 horas, cuando la situación ya era conocida por los medios en Madrid, gracias a las filtraciones de varios policías (a pesar de que se juegan un expediente si les descubren móvil en mano).
Con la sorna como último recurso, los policías empezaron a entonar el "¡Que viva Españaaaa!", seguido de un "¡Que viva Zapateroooo!". Los pagapensiones, que no cabían en sí de gozo, se sumaron con brío a la tonadilla, aunque no entendiesen muy bien el porqué.
Cárceles y torturas
La primera escala fue en Las Palmas, donde bajaron parte de los efectivos policiales y 93 pagapensiones. Los ocho restantes cumplían su 40º día de internamiento y siguieron en el mismo vuelo rumbo a la libertad, en la Península, junto al resto de los policías, que sumaron 25 horas de turno.
"Este vuelo es una barbaridad de juzgado de guardia, casi peor que el Yakolev [avión alquilado para tras*porte militar que se estrelló el 26 de mayo de 2003, causando la fin de 75 personas, entre ellos 62 militares españoles]. No hay legislación aérea que permita a una tripulación trabajar más de 14 horas seguidas", comenta un experto en cuestiones de navegación aérea. La del vuelo Air Europa hizo más de 18, hasta que fueron sustituidos en la penúltima etapa, Las Palmas.
El padre Antonio Freijoo, director de Karibu, la asociación principal de acogida de subsaharianos en Madrid, denuncia esta práctica: "Es una compraventa al peso de jovenlandeses. Y, además de inmoral, es inútil. Ese dinero no va a parar a esos pueblos pobres, sino a gobiernos y policías corruptos".
La Agencia de Cooperación Española ha sido incapaz de precisar qué montante ha sido ya tras*ferido y en qué proyectos ha sido empleado. Fuentes de Exteriores afirmaron a este suplemento que "a veces el dinero se entrega a los gobiernos locales".
Modou y Alamuta llegaron en otro vuelo a Madrid el lunes. Ninguno sabía que estaba en situación ilegal. El primero dice tener un familiar en Almería. El segundo, un amigo en Bilbao. Ambos les dijeron cuando estaban en Gambia que aquí lograrían trabajo. Desde entonces, no han vuelto a hablar con ellos.
La disparatada repatriación de pagapensiones | elmundo.es
En medio de una extenuante jornada laboral, al agente A. le chicharreó el móvil. Sonó la frase de la que todo policía abomina: "Barajas, 04.30 de la mañana. Repatriación de pagapensiones". Sin apenas dormir, se plantó en el aeropuerto madrileño, donde le esperaba una de esas afectuosas charlas que sólo saben entonar los mandos policiales y los profesores de preescolar: "Ya sabéis: procurad no dormir y comportaos. Nada de jueguecitos en los pasillos".
Amanecer del viernes 19 de septiembre. En la pista, un Airbus 330/200 de Air Europa. Destino: 24 horas infernales.
Tras parar en Las Palmas, donde subieron el resto de efectivos, los 117 policías (seis de ellos, mandos) pusieron rumbo a Fuerteventura, donde un río de 101 cabezas les esperaba en la pista. Las cabezas venían de Gambia y habían llegado en cayuco. Cuando se enfrentaron a una fin probable en el océano, hacinados en una chalupa renqueante, lo hicieron con ojuelos chispeantes.
Europa, al fondo a la derecha, girando la mojada esquina del Atlántico. Cuando divisaron el avión con 117 chalecos reflectantes, no había quien les borrase la mueca de pánico. Destino: el fin de sus sueños. O lo que es lo mismo, Banjul, capital de Gambia, a 1.677 kilómetros.
Una semana después, nada impide sonreír a Modou Seng y Alamuta Arammeh en su encuentro con Crónica. Ellos iban en ese avión, que tocó tierra del sur muy sur. "Me dije que todo había terminado. Tanto sufrimiento para esto... pero si era la voluntad de Alá, había que aceptarlo", explica Modou 25 años y dos hijos en su inglés trastabillado. Él sigue creyendo que Alá cambió de opinión. En realidad, una chapuza les abrió un atajo hacia El Dorado español.
Gambia rechazó acoger a sus nacionales, a pesar de que le obliga un acuerdo firmado con España en 2006. El avión dio media vuelta. Hoy, Modou, Alamuta y otros 25 de esos 101 pagapensiones están libres rebasaron los 40 días máximos de internamiento para los sin papeles, pero nadie ha asumido la responsabilidad de un vuelo que incumplió normativas de seguridad, de aviación, laborales y de sentido común. Y, peor aún, que ni siquiera es una excepción.
La Policía: 'Es una chapuza'
"Nosotros los llamamos los vuelos 'a ver si cuelan'. A veces, nos volvemos con 10 pagapensiones; otras, con la mitad del pasaje. Lo de Gambia es habitual: hace un mes, en Nigeria, hubo una espera de 10 horas en el avión. Toda esta improvisación es una chapuza y lo lamentaremos el día en que ocurra una catástrofe. Ha habido hasta aterrizajes de emergencia por motines", declara Lorenzo Nebreda, de la Confederación Española de Policía (CEP).
Repatriar por avión cada año a 10.000 pagapensiones 'sin papeles' le cuesta a España más de 20 millones de euros
El vuelo de los 101 pagapensiones no coló. Y dejó un agujero notable en Interior. Sus 24 horas de servicio 12 de vuelo en cinco trayectos diferentes (Madrid, Las Palmas, Fuerteventura, Banjul, Las Palmas, Madrid) costaron al Estado unos 180.000 euros.
En los cerca de 200 vuelos que se fletarán en 2008 para devolver a los pagapensiones, España desembolsará más de 20 millones. En 2006, había días en que se realizaban hasta tres vuelos. El año pasado el ritmo bajó y ahora ha vuelto a aumentar, con una frecuencia mínima de uno cada dos días.
Los riesgos que implican estos trayectos no son del gusto de ninguna aerolínea. Iberia se niega a hacerlos. Otras compañías, como Air Europa, los interrumpieron hasta que la crisis apretó. Por eso, según ha podido saber Crónica, el Gobierno las tienta con 15.000 euros por hora de vuelo, más del doble de la tarifa comercial (entre 6.000 y 7.000 euros). De operar el vuelo se encarga una tripulación normal, con una salvedad: no hay azafatas; sólo hombres.
Desde 2004 hasta hoy, España ha devuelto más de 50.000 pagapensiones por vía aérea. Una mota imperceptible en relación con el millón de ilegales [extranjeros empadronados menos los regularizados por el ministerio de Trabajo, en datos de 2006] que vive en España.
Antes de aterrizar, un policía entrega a cada viajero 300 euros para calmarlos.
Ni armas ni porras
Esa mañana de viernes, entre los agentes había miradas de alivio. Los clandestinos, aterrados, resignados o llorosos, subían dóciles al avión. En otras ocasiones, se desatan escenas de lucha libre. Especialmente, con los ciudadanos de Nigeria y Mali, los más aguerridos.
Aviación Civil impide que los policías lleven armas o porras. Toda la autoridad del brazo de la ley eran unos chalecos fluorescentes. Ya pasaron los tiempos del aperitivo de haloperidol, el fármaco que los dejaba KO. Pero nada impide un motín, ni una pelea campal en la que ganaría el más fuerte: 101 pagapensiones contra los 117 policías a puños desnudos.
Pobre entonces del agente A., más bien enclenque y apocado. Por eso la normativa exige que haya tres policías por cada dos pagapensiones y lo recomendable es una media de dos a uno. Pero hay demasiados pagapensiones que devolver, y muchos menos policías.
El agente A. no termina de llevar bien estos vuelos. Dice que se siente mal. Que estos chicos no han hecho nada. Los 101 lo llevan mucho peor.
Largo y caro camino
Modou tardó varios meses en reunir los 20.000 dalasis (881 euros) que le pidió un mafioso por llevarle hasta España. Ahorró lo que pudo como granjero [profesión que ocupa el 80% de los gambianos] en su pueblecito del interior y su familia le prestó el resto. Binta, su mujer, le empujó a partir para que enviase dinero desde España con el que alimentar a sus dos pequeños.
Tres fuentes policiales confirman que se pagan maletines 'extra' en África, pero no hay pruebas
Cruzó el Atlántico bamboleándose con otras 67 almas hasta que la embarcación fue detectada por la Guardia Civil llegando a Tenerife. Modou quedó recluido en el Centro de Internamiento de Extranjeros, donde conoció a Alamuta, pescador y ferrallero. Con una desesperanza semejante, 33 años y tres hijos, Alamuta esconde las manos bajo la mesa y sus palabras sobre ella, en la sede del Movimiento por la Paz el Desarme y la Libertad (MPDL), ONG que les acoge en Madrid.
-Cuando volabais hacia Gambia tras dilapidar vuestros ahorros, ¿os arrepentíais del viaje?
-No. ¿Para qué quiero estar en África si no puedo alimentar a mi familia?Cuánta pobreza cabe en el país más pequeño de África.
Al poco para aterrizar, un funcionario pasó dando un sobre blanco a cada viajero. A 133 no le cabían los ojos en las cuencas: "¡¡Three hundred euros!!". Seis billetes de 50 euros afloraban en sus manos.
"Es un dinero de bolsillo para que puedan llegar a sus pueblos de origen y con cargo a la partida de inmi gración. Una práctica habitual en estos vuelos", confirma a Crónica el Ministerio del Interior. Trescientos euros para coger un autobús, en un país cuyo Producto Nacional Bruto anual per cápita son 212 euros. Los policías españoles tienen claro que se trata de un sedante pecuniario en el momento más crucial del viaje.
Whisky y walkmans
Los policías novicios se quedaron casi tan sorprendidos como los pagapensiones. A ellos, por este viaje no les pagarán más de 150 euros. Antes les abonaban las horas extraordinarias una por una. Demasiado caro. Ahora, si el vuelo dura menos de siete horas y media, no les dan nada. Hasta 15 horas, 120 euros brutos. Hasta 22 horas, 150. En total, 30.300 euros para los pagapensiones y 17.550 en pagas extra que sumar a los 180.000 del vuelo.
El agente A., ducho en repatriaciones, sacó hilo y aguja del pantalón. Los policías españoles ayudan a los pagapensiones a esconder el dinero para que los militares no se lo requisen al llegar. Le abrió el dobladillo del chándal y le metió los billetes enrollados. Un pequeño pespunte y listo. Los guardas de Modou y Alamuta fueron menos previsores y los metieron en las suelas.
En el aeropuerto de Banjul. Tras el golpe del tren de aterrizaje, a las 15.30 horas, se oyeron sollozos. Una escalerilla aúpa hasta la cabina a un militar de pechera alicatada o a un dirigente policial con cara de malas pulgas. Se corre la cortinilla que separa la clase turista, donde van policías y repatriados, de la preferente. Y tiene lugar "la negociación".
Hasta tres fuentes policiales diferentes aseguran a Crónica que en ese mercadeo se entregan maletines con dinero extra, aunque sin una sola prueba que lo demuestre.
Algunos inspectores no dudan en poner sobre la mesa alguna botella de whisky. Un mando se vio obligado a dar al insistente policía africano el reproductor de música que había dejado sobre su asiento.
Algo se torció en el vuelo de los 101. La escalerilla fue retirada y el avión, rodeado. Oficialmente, Gambia adujo que se trataba de un viernes (día sagrado de la religión del amor) en pleno Ramadán. También que el aeropuerto cerraba a las 21.30. Sin embargo, desde la torre de control se dejó claro a la tripulación que se podía hacer la vista subida de peso si "la negociación tenía éxito".
Con la sorna, los policías empezaron a entonar el "¡Que viva Españaaaa!", seguido de un "¡Que viva Zapateroooo!". Los pagapensiones se sumaron con brío a la tonadilla
Los comentarios en los impacientes pasillos del avión eran repetitivos, según recuerda el agente A.: "Ya están pidiendo más dinero", "El maletín no ha sido suficiente"...
El Ministerio dio orden de vuelta atrás a las 21.30 horas, cuando la situación ya era conocida por los medios en Madrid, gracias a las filtraciones de varios policías (a pesar de que se juegan un expediente si les descubren móvil en mano).
Con la sorna como último recurso, los policías empezaron a entonar el "¡Que viva Españaaaa!", seguido de un "¡Que viva Zapateroooo!". Los pagapensiones, que no cabían en sí de gozo, se sumaron con brío a la tonadilla, aunque no entendiesen muy bien el porqué.
Cárceles y torturas
La primera escala fue en Las Palmas, donde bajaron parte de los efectivos policiales y 93 pagapensiones. Los ocho restantes cumplían su 40º día de internamiento y siguieron en el mismo vuelo rumbo a la libertad, en la Península, junto al resto de los policías, que sumaron 25 horas de turno.
"Este vuelo es una barbaridad de juzgado de guardia, casi peor que el Yakolev [avión alquilado para tras*porte militar que se estrelló el 26 de mayo de 2003, causando la fin de 75 personas, entre ellos 62 militares españoles]. No hay legislación aérea que permita a una tripulación trabajar más de 14 horas seguidas", comenta un experto en cuestiones de navegación aérea. La del vuelo Air Europa hizo más de 18, hasta que fueron sustituidos en la penúltima etapa, Las Palmas.
El padre Antonio Freijoo, director de Karibu, la asociación principal de acogida de subsaharianos en Madrid, denuncia esta práctica: "Es una compraventa al peso de jovenlandeses. Y, además de inmoral, es inútil. Ese dinero no va a parar a esos pueblos pobres, sino a gobiernos y policías corruptos".
La Agencia de Cooperación Española ha sido incapaz de precisar qué montante ha sido ya tras*ferido y en qué proyectos ha sido empleado. Fuentes de Exteriores afirmaron a este suplemento que "a veces el dinero se entrega a los gobiernos locales".
Modou y Alamuta llegaron en otro vuelo a Madrid el lunes. Ninguno sabía que estaba en situación ilegal. El primero dice tener un familiar en Almería. El segundo, un amigo en Bilbao. Ambos les dijeron cuando estaban en Gambia que aquí lograrían trabajo. Desde entonces, no han vuelto a hablar con ellos.
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