VAN A CONSTRUIR UN ÍDOLO BUDISTA DE 36 METROS EN CÁCERES CON 300.000 EUROS DE FONDOS PÚBLICOS.

El proceso al que estamos asistiendo es:

-Conviene la diversidad como modo de disolver las costumbres y creencias asentadas.

-Cuando ya están lo suficientemente disueltas, incluso antes preparando el camino, esa diversidad sufrirá un proceso de convergencia que no anula a ninguna -salvo al cristianismo- sino que las mezcla limando sus asperezas y vendiendo un producto híbrido que solo rechazarán "los intolerantes". Entre tanto, la ideología dominante impondrá leyes de acuerdo a sus dogmas, nunca mejor dicho y máxime cuando procuran vestirse con el ropaje del cientifismo, que no encuentran mayor obstáculo en negar a la ciencia y a la naturaleza, conforme a los designios de la "voluntad" del hombre. Y ese hombre no es "el hombre", el ser humano de la calle -solo me falta decir que se levanta a las 6 de la mañana...- que lo más que pide es que le dejen en paz. Se trata de otra clase de hombres que han tomado sobre sus hombros la enorme responsabilidad de catapultar a la humanidad hacia las estrellas... El hombre del cambio frente al hombre que hace un hogar en el lugar que le toque vivir y con el desahogo que esté a su alcance. El hombre normal, el que necesita arraigo para sostenerse, es llevado en volandas por el hombre del cambio, y mientras procura digerir los cambios anteriores, se ve en la fatiga sin fin de no fenecer ante los que se le vienen.

El budimo es pacífico, introspectivo, curativo en cierto modo ante este ruido trepidante. Pero lo que busca, su propia disolución en un todo que por todo imagina perfecto, vive su vida mansamente y no imagina influir en el poder político si ese poder ya ha acabado con todos sus contrincantes. La bondad, rebajar el estrés y la ansiedad entendiendo que todo es una ilusión y un engaño, es para el hombre del cambio un sendero ejemplar.

La escusa del turismo seguro que tiene su razón, como lo tiene el camino de Santiago. Gente que busca la verdad de las cosas en las cosas...

Como católico, nada que objetar. Dios permite que sucedan catástrofes que nos despierten de nuestro aturdimiento. Nadie dijo que vivir sea una fantasía. No digo que esta lo sea pero es grano de arena que hace montón. Y tampoco lo digo por los budistas contra los que nada tengo, sino por el hombre del cambio que conjuga sabiamente los tiempos y las oportunidades.
 
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Sus vais a enterar, extremeños.
 
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