Cazarr
Madmaxista
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Voy al ambulatorio porque quiero comentar una cosa con mi cabecera, para llevarle unas pruebas y porque hace tres o cuatro meses que me tenía que haber visitado.
"El doctor X no tiene horas hasta enero, no te puede atender", me dice una latinita en administración con pinta de haber curriculado en Vodafone.
La superiora sale para poner gesto de "uf, es que estamos a tope de trabajo" y decirme lo mismo. Que si quiero probar suerte que vaya X días a primera hora de la mañana, para ver si me sonríe la Fortuna y le quedan huecos libres ese día.
"¿Para qué es?", me preguntan. Respondo que el motivo se lo diré al médico, no a ellas que son administrativas.
La sala estaba llena de jovenlandeses y alguna señora mayor que se hacía la sencilla intentando colarse en la fila. Recepción llena de novatas con preponderancia de pieles marrónidas. Cada vez más doctores hispanoamericanos.
La superiora, ella sí, con pintas de altiva directora de instituto. Pero poca de haber pencado en la obra o en el restaurante.
Carteles feministas por todas partes. Alguna contra los recortes.
Pero si quiero pedir cita con mi cabecera que me espere hasta Enero o que pruebe suerte alguna mañana.
Hubo un tiempo en el que hacías fila, te esperabas lo que tuvieras que esperar y el médico te atendía, que para eso estaba.
¿Qué shishi le pasa a la fruta Sanidad Pública?
¿Llegados a este punto vale la pena tirar de la privada? ¿Hacerse un seguro? ¿Mutua?
"El doctor X no tiene horas hasta enero, no te puede atender", me dice una latinita en administración con pinta de haber curriculado en Vodafone.
La superiora sale para poner gesto de "uf, es que estamos a tope de trabajo" y decirme lo mismo. Que si quiero probar suerte que vaya X días a primera hora de la mañana, para ver si me sonríe la Fortuna y le quedan huecos libres ese día.
"¿Para qué es?", me preguntan. Respondo que el motivo se lo diré al médico, no a ellas que son administrativas.
La sala estaba llena de jovenlandeses y alguna señora mayor que se hacía la sencilla intentando colarse en la fila. Recepción llena de novatas con preponderancia de pieles marrónidas. Cada vez más doctores hispanoamericanos.
La superiora, ella sí, con pintas de altiva directora de instituto. Pero poca de haber pencado en la obra o en el restaurante.
Carteles feministas por todas partes. Alguna contra los recortes.
Pero si quiero pedir cita con mi cabecera que me espere hasta Enero o que pruebe suerte alguna mañana.
Hubo un tiempo en el que hacías fila, te esperabas lo que tuvieras que esperar y el médico te atendía, que para eso estaba.
¿Qué shishi le pasa a la fruta Sanidad Pública?
¿Llegados a este punto vale la pena tirar de la privada? ¿Hacerse un seguro? ¿Mutua?