Pepitoria
Madmaxista
UPyD aboga en Barcelona por un Estado federal similar al de Alemania - elConfidencial.com
“Apostamos claramente por el modelo federal. Más concretamente, por el modelo alemán. Por eso exhibo tanto ese modelo”. Son palabras de Francisco Sosa Wagner, candidato de Unión Progreso y Democracia (UPyD) a las próximas elecciones europeas, en una conferencia pronunciada ayer en Barcelona. No lo dice porque sí, sino porque parte de su formación académica -que incluye 35 años de catedrático de Derecho- proviene del país teutón. Su segundo apellido tiene mucho que ver en eso.
Sosa presentó su programa electoral -en una campaña que cerrará la propia Rosa Díez en la capital catalana- en un ambiente academicista de la mano de Juan Carlos Giménez-Salinas, el que había sido uno de los impulsores de los círculos liberales en los años 80. Bajo el lema España en el edificio europeo, el profesor Sosa habló sobre cuestiones actuales y sobre su programa. “Estamos en contra de la fragmentación del Estado, porque la fragmentación significa un Estado débil”, subrayó. Por eso, puso el punto de mira en el Estado federal. Justamente donde hasta no hace mucho lo ponían los independentistas catalanes. Paradojas de la vida.
La realidad es que Alemania reformó su Constitución hace tres años y de la reforma salió un recorte de las competencias de sus landers, división territorial que aquí se asimilaría a las comunidades autónomas. Y después de esa reforma, sorprendentemente, los soberanistas de Cataluña han dejado de nombrar cada dos por tres a Alemania, tras una década reclamando insistentemente parecerse a este país. “Ellos han comprendido que el Estado representa al conjunto de todos y no puede ser un mero coordinador de los intereses de los landers. ¿Y debemos enseñarles nosotros a los alemanes cómo construir un Estado? Yo no lo intentaría. No me veo capaz”, dijo Sosa Wagner.
Financiación autonómica
El candidato de UPyD se refirió también a la actual negociación de la financiación autonómica. “La idea de la negociación bilateral es una técnica desafortunada -dijo- y nada tiene que ver con los estados federales. En Alemania tienen el mismo problema. Pero en el 2007, se creó una comisión formada por los partidos políticos, las instituciones y los municipios para llegar a acuerdos integradores y a un gran pacto. Además, los ciudadanos pueden tener acceso a los documentos a través de Internet. Este procedimiento no tiene nada que ver con el nuestro, que es muy malo y no entiende de la racionalidad del asunto”. Por eso, está en contra del reforzamiento de las comunidades autónomas en detrimento de las instituciones del Estado.
Sosa dejó claras las prioridades de su actividad en el Parlamento europeo: ahondar en la política de servicios públicos, en la política energética, en la educación y en la cultura. Son las cuatro patas de su banco. Su teoría parte de la base de que las cuestiones que afectan a la vida cotidiana están siendo reguladas, cada día más, desde Bruselas: desde los componentes de los alimentos hasta la tarifa de los móviles o las órdenes judiciales para intervenir en Internet dependen ya de la legislación comunitaria. Y apuesta por que los europeos valoren más las cuestiones que les unen que las cuestiones que les separan.
Pero, además de pretender convertirse “en la tercera fuerza política de España” después de estas elecciones, tras el PP y el PSOE, quiere cambiar muchas cosas: las administraciones públicas (“que son caras e ineficaces”), la estructura interna (“donde hay riesgo de una ruptura del mercado interior”), la toma de protagonismo de instituciones como el Gobierno central o el Tribunal de Cuentas (“que son órganos que están desactivados en el control del resto de instituciones”), la reordenación del sistema, la reforma de la Ley Electoral (“que el Consejo Consultivo ya ha dictaminado hace un mes”) o la aplicación del Tratado de Lisboa, que será un paso importantísimo en la constitución de la Unión Europea. Y rehoye todos los tópicos: “Aquí se acepta la historia sólo cuando interesa”. O a quien le interesa.
“Apostamos claramente por el modelo federal. Más concretamente, por el modelo alemán. Por eso exhibo tanto ese modelo”. Son palabras de Francisco Sosa Wagner, candidato de Unión Progreso y Democracia (UPyD) a las próximas elecciones europeas, en una conferencia pronunciada ayer en Barcelona. No lo dice porque sí, sino porque parte de su formación académica -que incluye 35 años de catedrático de Derecho- proviene del país teutón. Su segundo apellido tiene mucho que ver en eso.
Sosa presentó su programa electoral -en una campaña que cerrará la propia Rosa Díez en la capital catalana- en un ambiente academicista de la mano de Juan Carlos Giménez-Salinas, el que había sido uno de los impulsores de los círculos liberales en los años 80. Bajo el lema España en el edificio europeo, el profesor Sosa habló sobre cuestiones actuales y sobre su programa. “Estamos en contra de la fragmentación del Estado, porque la fragmentación significa un Estado débil”, subrayó. Por eso, puso el punto de mira en el Estado federal. Justamente donde hasta no hace mucho lo ponían los independentistas catalanes. Paradojas de la vida.
La realidad es que Alemania reformó su Constitución hace tres años y de la reforma salió un recorte de las competencias de sus landers, división territorial que aquí se asimilaría a las comunidades autónomas. Y después de esa reforma, sorprendentemente, los soberanistas de Cataluña han dejado de nombrar cada dos por tres a Alemania, tras una década reclamando insistentemente parecerse a este país. “Ellos han comprendido que el Estado representa al conjunto de todos y no puede ser un mero coordinador de los intereses de los landers. ¿Y debemos enseñarles nosotros a los alemanes cómo construir un Estado? Yo no lo intentaría. No me veo capaz”, dijo Sosa Wagner.
Financiación autonómica
El candidato de UPyD se refirió también a la actual negociación de la financiación autonómica. “La idea de la negociación bilateral es una técnica desafortunada -dijo- y nada tiene que ver con los estados federales. En Alemania tienen el mismo problema. Pero en el 2007, se creó una comisión formada por los partidos políticos, las instituciones y los municipios para llegar a acuerdos integradores y a un gran pacto. Además, los ciudadanos pueden tener acceso a los documentos a través de Internet. Este procedimiento no tiene nada que ver con el nuestro, que es muy malo y no entiende de la racionalidad del asunto”. Por eso, está en contra del reforzamiento de las comunidades autónomas en detrimento de las instituciones del Estado.
Sosa dejó claras las prioridades de su actividad en el Parlamento europeo: ahondar en la política de servicios públicos, en la política energética, en la educación y en la cultura. Son las cuatro patas de su banco. Su teoría parte de la base de que las cuestiones que afectan a la vida cotidiana están siendo reguladas, cada día más, desde Bruselas: desde los componentes de los alimentos hasta la tarifa de los móviles o las órdenes judiciales para intervenir en Internet dependen ya de la legislación comunitaria. Y apuesta por que los europeos valoren más las cuestiones que les unen que las cuestiones que les separan.
Pero, además de pretender convertirse “en la tercera fuerza política de España” después de estas elecciones, tras el PP y el PSOE, quiere cambiar muchas cosas: las administraciones públicas (“que son caras e ineficaces”), la estructura interna (“donde hay riesgo de una ruptura del mercado interior”), la toma de protagonismo de instituciones como el Gobierno central o el Tribunal de Cuentas (“que son órganos que están desactivados en el control del resto de instituciones”), la reordenación del sistema, la reforma de la Ley Electoral (“que el Consejo Consultivo ya ha dictaminado hace un mes”) o la aplicación del Tratado de Lisboa, que será un paso importantísimo en la constitución de la Unión Europea. Y rehoye todos los tópicos: “Aquí se acepta la historia sólo cuando interesa”. O a quien le interesa.