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Las enormes ruinas que podemos ver en Roma yacen en el seno de una ciudad moderna de una forma que las hacen incompresibles. Voy a intentar dar sentido y contexto a estos monumentos.
El Tíber origen de Roma.
En la Roma moderna el Tíber no tiene un especial significado o influencia. Pero la elección de la fundación de Roma está absolutamente condicionado a la presencia del río.
El paisaje original era muy diferente del actual. Unas relativamente agrestes colinas rocosas (volcánicas en su mayoría) entre valles pantanosos y próximas a una isla y probablemente un vado eran un lugar fácilmente defendible. La vegetación debía ser muy espesa como lo es todavía en las colinas no urbanizadas cercanas a Roma.
La topografía de Roma ha sido suavizada, por las grandes obras durante el imperio, por las ruinas de la Edad Media y por las inundaciones. En consecuencia las colinas son solo ligeramente más altas, las faldas de las colinas (y las vaguadas entre ellas) se han alzado incluso 18 metros por los escombros y los valles por las inundaciones.
Las famosas siete colinas (en realidad son más y su listado se cambió según crecía la ciudad) estaban separadas por tres valles pantanosos. El Velabro (donde se desarrollaría el foro), el Murcia donde se construiría el Circo Máximo y el Campo de Marte.
Los tres valles fueron progresivamente desecados (empezando con la Cloaca Máxima) pero siempre sometidos a las inundaciones (Incluso una cada 10 años en los siglos I a.C. y I d.C.). Por ello las residencias estuvieron fundamentalmente en las colinas y los monumentos fueron desplazándose a los valles donde había espacio para obras más grandiosas.
El Tíber origen de Roma.
En la Roma moderna el Tíber no tiene un especial significado o influencia. Pero la elección de la fundación de Roma está absolutamente condicionado a la presencia del río.
El paisaje original era muy diferente del actual. Unas relativamente agrestes colinas rocosas (volcánicas en su mayoría) entre valles pantanosos y próximas a una isla y probablemente un vado eran un lugar fácilmente defendible. La vegetación debía ser muy espesa como lo es todavía en las colinas no urbanizadas cercanas a Roma.
En la imagen la zona del foro y el Aventino.
La topografía de Roma ha sido suavizada, por las grandes obras durante el imperio, por las ruinas de la Edad Media y por las inundaciones. En consecuencia las colinas son solo ligeramente más altas, las faldas de las colinas (y las vaguadas entre ellas) se han alzado incluso 18 metros por los escombros y los valles por las inundaciones.
Las famosas siete colinas (en realidad son más y su listado se cambió según crecía la ciudad) estaban separadas por tres valles pantanosos. El Velabro (donde se desarrollaría el foro), el Murcia donde se construiría el Circo Máximo y el Campo de Marte.
Los tres valles fueron progresivamente desecados (empezando con la Cloaca Máxima) pero siempre sometidos a las inundaciones (Incluso una cada 10 años en los siglos I a.C. y I d.C.). Por ello las residencias estuvieron fundamentalmente en las colinas y los monumentos fueron desplazándose a los valles donde había espacio para obras más grandiosas.
Inundaciones históricas de Roma
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