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Los hornillos de camping gas agotados en el amazon
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Una progenitora se prepara para el gran apagón: "Tengo bombonas y compraré un generador"
Alexandra ha comprado todo tipo de víveres, cuatro bombonas de butano, ha llenado el depósito con 1.200 litros de gasoil y está ahorrando para comprarse un generador eléctrico
Alexandra en su casa con varias bombonas de butano. (Alejandro Martínez Vélez)
Por
Carlos Barragán. Viso del Marqués
Fotografías: Alejandro Martínez Vélez
30/10/2021 - 05:00
Cuando el hijo de Alexandra vio que su progenitora hacía acopio de alimentos, él le recordó que se le olvidaba lo más importante: el kétchup. Ahora, entre varias cajas en las que se amontonan decenas de kilos de pasta y arroz, latas de conservas, leche en polvo, Cola-cao o pasta de dientes, tres botes de casi dos kilos cada uno de esta salsa destacan por encima del resto de víveres.
En la casa de Alexandra (Bucarest, 1985), situada en el pueblo Viso del Marqués, el garaje está dividido entre ordenadores de segunda mano —el negocio de su marido— y todas las existencias que han ido acumulando en los últimos meses. "Tenemos suficiente para sobrevivir seis semanas", dice ella mientras enseña los productos. "Pero el kétchup... ¿da para más, no?". "Bueno, con los dos niños... un mes y da gracias", dice soltando una carcajada.
Si esta salsa es el bien más preciado de sus hijos de 11 y 5 años, la humilde reserva energética que almacenan en el mismo garaje es el tesoro de Alexandra. Primero compró alimentos por temor a que su familia perdiera su principal fuente de ingresos, pero en el último mes ha empezado a preocuparse por algo más: un "gran apagón". Para estar preparada ha comprado cuatro bombonas de butano (solo usa una en la cocina), ha llenado el depósito con 1.200 litros de gasoil para la calefacción y el agua caliente y está ahorrando para comprarse un generador eléctrico.
Parte de la despensa donde Alexandra y su familia almacenan sus víveres y las bombonas. (A. M. V.)
"Si se va la luz no podría calentar la casa porque, aunque va por gasoil, necesita electricidad. Pero con el generador arreglo ese problema", explica en el sofá de su casa en este pequeño pueblo de Ciudad Real. "Cuando vine a vivir aquí maldije por no tener vitrocerámica, pero ahora estoy contentísima porque la cocina de butano es más barata y si hay cortes de luz… Yo puedo seguir comiendo caliente. Hay que prepararse para lo que venga".
La crisis energética y el frío invierno
La reciente escalada de precios de la energía y los alimentos, el corte del gasoducto argelino desde jovenlandia a España y las noticias alarmantes de desabastecimiento en otros países ha empujado a personas como Alexandra a hacer acopio de todo tipo de víveres. Además, los cortes de electricidad en China o los preparativos en Austria para un posible apagón han llevado a muchos a preguntarse: ¿Podría ocurrir en España?
Muchos expertos del sector han insistido en que es muy poco probable que se dé un apagón generalizado en nuestro país por las particularidades y robustez de nuestra red eléctrica. El propio Pedro Sánchez aseguró que España "tenía garantizado" el suministro del gas para el invierno. Pero si estas afirmaciones antes podían tener un efecto tranquilizador en la población española, ahora caen en saco roto para algunos ciudadanos —especialmente en la derecha— cuya confianza hacia políticos, instituciones y medios se ha esfumado tras la esa época en el 2020 de la que yo le hablo. Alexandra es la viva imagen de la psicosis y desconfianza que emerge después de la crisis sanitaria.
"Cuando lees todo tipo de informaciones contradictorias en Internet ya no sabes en qué creer. Si Pedro Sánchez dice que no va a haber problema piensas… ¿No será lo contrario?", dice esta rumana de 35 años. Si uno echa un vistazo a su Twitter (@Alexilla86, La Rumana de derechas), que exhibe con orgullo, ve todo tipo de retuits conspiranoicos propios de la derecha trumpista: tuits que niegan el el bichito, que alertan de una "esa época en el 2020 de la que yo le hablo" o que aseguran que Biden es un actor. Ella —como cada vez más españoles desde la crisis del el bichito— también coquetea con los extremos más conspiranoicos de Internet.
Sus opiniones políticas quedan en un segundo plano cuando uno descubre su dramática historia personal. Escucharla es, en parte, entenderla
Sin embargo, sus opiniones políticas quedan en un segundo plano cuando uno descubre su dramática historia personal. Escucharla es, de algún modo, entenderla. Porque la cicatriz de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo aún no ha terminado de cerrarse para esta mujer rumana que vino con 18 años a vivir a España y lleva años desempleada. "Cuando lo has pasado tan mal, piensas: esto no me va a volver a ocurrir. Y ahora solo me estoy preparando para una posible crisis", afirma.
"Fue la peor situación de mi vida"
En marzo de 2020, a principios de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo, Alexandra y su marido vivían en Quismondo (Castilla-La Mancha) y se quedaron sin trabajo. Conforme pasaban los días y la crisis sanitaria se iba agravando la cocina se iba vaciando de alimentos. No tenían ni un euro para llenarla. Una semana dejaron de comer carne. Otro día se le acabaron las patatas. Al día siguiente el arroz. Y, de repente, se vieron sin nada.
Una de las cajas donde Alexandra y su familia almacenan los víveres. Aquí, comida para el perro, leche en polvo y cola cao, entre otras cosas. (A. M. V.)
"Una noche abres la nevera para hacer la cena a tus hijos y ves que hay dos tristes bemoles y un paquete de salchichas. Nada más. ¿Qué van a comer mis hijos? Tenía los armarios vacíos. Pedía ayuda y veía que todo el mundo me daba la espalda. Incluso mis propios amigos de toda la vida. 'Jo, qué pena, lo siento, te llevaría algo pero con lo del bichito…'. Nadie nos ayudaba y yo pensaba en bucle: ¿qué van a comer mis hijos?".
Alexandra se puso a escribir a todo el mundo por correo o redes sociales: al Alcampo, a El Corte Inglés, a la Cruz Roja, al presidente de Castilla La Mancha, Emiliano García Page. Según cuenta, al principio ninguna ONG le ayudaba porque decía que no estaba empadronada. "Conseguí que me ofrecieran un puesto de trabajo en Alcampo, pero era a 60 kilómetros y yo no tenía dinero para llegar el primer mes hasta que empezara a cobrar". Después habló con el Ministerio de Agricultura y Pesca, que se puso en contacto con el asistente social y la Cruz Roja que, esta vez sí, le llenaron el coche de alimentos y le dieron dinero para comprar ropa a sus hijos.
Pero quien realmente ayudó a esta familia fue el colectivo rumano. Se abrió una cuenta de Twitter para hablar con ellos y leer qué estaba pasando en otras partes del mundo con el cobi19. Su marido le dio una idea para el usuario: la Rumana de derechas. "A mí no me gusta ni el PP, ni Vox, ni el PSOE, pero está claro que Pedro Sánchez ha mentido… Y de Podemos me fío menos", dice.
En Rumanía suelen tener comida para casi un año porque no se fían de lo que pueda pasar
Poco a poco su familia se fue recuperando. Su marido se dio de alta de autónomos y en 2021, un año después de solicitarlo, Alexandra recibió alrededor de 700 euros por el Ingreso Mínimo Vital. En febrero de 2021 se mudaron a Viso del Marqués —apenas a unos bloques de la casa del dueño del famoso Restaurante Tío Pepe, donde en su vivienda alza una bandera de la España constitucional—. Desde entonces, con el recuerdo muy presente, cada mes que les sobraban 50 euros compraban más alimentos no perecederos y los guardaban. "Nunca sabes qué tal te va a ir el siguiente mes y yo no quiero volver a pensar: '¿qué van a comer mis hijos?'".
Ese espíritu de supervivencia combinado con cierto pesimismo existencial lo lleva en su sangre. Uno de los primeros recuerdos que tiene Alexandra es cuando tenía cuatro años y le obligaron a meterse en un pequeño almacén en plena revolución rumana en 1989. Habían apiolado a Nicolae Ceacescu y la dictadura había caído, pero el futuro del país era completamente impredecible. "Aún recuerdo las balas contra el refugio", dice. Se vio rodeada de varias familias en un sótano de un vecino del pueblo donde almacenaban víveres para sobrevivir durante meses. "En Rumanía suelen tener comida para casi un año porque no se fían de lo que pueda pasar".
La supuesta predicción del gran apagón en Europa
Por eso, cuando empezó a leer noticias en septiembre sobre la crisis energética, empezó a investigar porque decidió que esta vez a ella no le iba a pillar por sorpresa. De nuevo, Twitter le hizo llegar la noticia de que Austria se estaba preparando para el gran apagón que iba a llegar a Europa. La noticia no era exactamente así. Pero entre la obsesión de los medios españoles por unos cuantos clics y la tergiversación de las redes sociales, Alexandra pensó que el apagón era inevitable.
Hace unas semanas, el Ministerio de Defensa austriaco hizo una campaña de concienciación alertando del peligro de un posible apagón entre otros posibles riesgos de seguridad nacional. Sin embargo, no era nada nuevo: Austria lleva mucho tiempo alertando del riesgo de un posible apagón a nivel nacional. En abril de este año, el ministerio presentó 350 páginas de la previsión anual de política de seguridad alertando del riesgo. Pero esta nueva campaña de concienciación llegó en un momento de crisis energética en el que la noticia correría por las redes como la pólvora. Encontró en España el caldo de cultivo perfecto.
Ribera viaja a Argelia para afianzar el suministro de gas en plena crisis energética
Cotizalia / Agencias
"Austria pronostica un apagón generalizado en Europa que podría durar varios días", tergiversaba Antena3 hace unos días. "El pronóstico más oscuro de Austria para Europa: un apagón eléctrico que durará varios días", titulaba Telecinco en su web después de dar la noticia en televisión. El miedo ya estaba en el cuerpo de Alexandra y de tantas otras personas que en las últimas semanas han comprado velas, linternas, bombonas de butano extra o incluso generadores de electricidad pese a que las empresas energéticas insisten en que no va a haber ni cortes ni escasez.
"Me lo dijo un amigo hace poco que era mentira. Mira, yo lo único que sé es que ya no me puedo fiar de nadie…", dice Alexandra cuando se le menciona el giro de la historia de Austria. "A raíz de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo conozco cada vez a más gente que prefiere informarse en Twitter o en prensa extranjera. Hay cada vez más gente desconfiada pero es normal, cuando el portavoz del Gobierno te dice A, y mañana es B, y pasado mañana es C... ¿A quién crees? Te están mareando: te están ocultando algo o no tienen ni idea de lo que hablan".
Alexandra vino a España desde Rumanía con 18 años. Ahora no tiene empleo y se prepara para un eventual 'apagón'. (A. M. V.)
Alexandra no cree que esté en el bando de los conspiranoicos. Cuando empezó a hacer un pequeño acopio y se lo contó a un amigo Guardia Civil, él se rio y dijo que era una exagerada. Ahora, Alexandra asegura que su colega ha empezado a abastecerse. "Si no pasa nada… ¡pues ya lo tengo! Además, los precios están subiendo muchísimo, yo antes iba a Mercadona y con 100 euros llenaba el carro. Ahora es imposible. ¡En mes y medio!".
En casa de Alexandra no sobra el dinero. Ella misma reconoce que ahora está tranquila para afrontar "pase lo que pase a nivel nacional o mundial", pero si tuviera más dinero compraría un poco más de todo. Insiste en que no es de esas que se preparan para una "guerra mundial" ni para sobrevivir un año, pero sí para una eventual crisis de unas horas o días. "Si no pasa nada, pues ya lo iremos gastando todo. Y si pasa... pues estamos preparados". Porque si algo ha aprendido ella es que, al menos a corto plazo, la vida consiste en luchar cada uno por su cuenta y, sobre todo, no dar nada por hecho.
"Yo ya sé que la vida te azota y, de repente, te ves sin nada. Es mejor estar preparado para lo que pueda venir", culmina. "Creo que, llegado el momento de otra gran crisis, mucha gente lo va a pasar muy mal porque estamos acostumbrados a tenerlo todo y a vivir al día".
https://www.elconfidencial.com/econ...ora-se-prepara-contra-el-gran-apagon_3314959/
Por las fotos puedo intuir que comete suficientes errores como para saber que no nos lee.
Por ejemplo, no veo agua embotellada para varios días. No obstante, me intriga que de repente, todos los medios den por descontado que habrá apagones energéticos.
Las bombonas de butano se pillan por wallapop a 5-10 euros cada una sin darte de alta ni pishas, que luego vendrán a hacerte la revisión del butano en casa. Las llevas tu a cambiar a la gasolinera o a donde te vaya mejor.
Cómo hacerse con bombonas de butano? Estoy tratando de informarme y parece más difícil de lo que debería.
Resumen del artículo.TIRO fistro AL JABALÍ como un piano de grande.
Nos están diciendo lo que va a pasar pero intentando ridiculizar a los preppers. Así, cuando pase, "ya os advertimos" pero la culpa es tuya que no te preparaste, gilipishas.
Qué sentido tiene darle semejante artículo a una doña nadie en un medio tan potente?
Además, mezclando todo convenientemente: unas gotitas de política, otras de experiencia vital anterior, un chorrito de ejtremaderecha, y una buena rociada de conspiranoia.
Gracias, periolisto, contra más sibilinamente ridiculizas, más claro tengo que algo va a pasar. Y no bonito.