Vlad_Empalador
Será en Octubre
La propina entra en la nómina: «Quería ser honrada con mis camareros»
BEA COSTACAMBADOS / LA VOZ
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MONICA IRAGO
Taberna do Trasno, en Cambados, implanta un sistema por el que el cliente fija la cuantía que desea aportar y el empresario la incluye en su contabilidad
14 abr 2023. Actualizado a las 16:00 h.
Comentar · 33
Los pagos con tarjeta en el restaurante son cada vez más frecuentes y este sistema plantea un problema a la hora de monetizar las propinas de los camareros. Cuando solo se daban en efectivo todo era más fácil; se metían físicamente en un bote y al terminar el día, la semana o el mes se repartían entre el personal. Pero las cosas han cambiado con el dinero de plástico y hacer estas cuentas se complican. No por sumar y dividir, se complican, sobre todo, a efectos fiscales a la hora de justificar estos ingresos a sus trabajadores.
Ante los retos que plantean los nuevos hábitos de consumo hay que buscar soluciones y Juan Carlos García la encontró para sus restaurantes en Barcelona. Desde junio de 2022, en los locales de Labarra funciona un sistema que le permite incluir las propinas como retribución dentro de la nómina que abona a sus empleados, y el modelo empieza a extenderse por otros lugares del país.
La propina tendría que tributar a Hacienda. (Solo tendría)
SOFÍA VÁZQUEZ
Mónica Salam Oubiña vio la en la televisión la noticia sobre esta iniciativa y pensó que sería bueno hacer lo mismo en su local, A Taberna do Trasno, situado en Cambados. El pago de las propinas empezaba a ser un quebradero de cabeza y decidió probar el modelo catalán. Se puso en contacto con el empresario y buscó el soporte legal y técnico para darle forma al proyecto. Así, desde hace dos meses, las propinas en Taberna do Trasno se cobran ya en nómina.
Para el cliente no supone ningún coste adicional. Cuando a los postres recibe el tique con el importe del servicio solo debe indicar cuánta propina quiere dejar, tanto si paga en metálico como con tarjeta, y el software se encarga del resto para que al final de mes los ingresos por propinas se repartan equitativamente entre los camareros, cocineros y personal de limpieza.
Los tiques incorporan tres emojis que indican cuánta propina se quiere dejar: cero euros, lo que considere el cliente o un 10 % del total de la factura, que se ilustra con una carita sonriente.
MONICA IRAGO
Mónica Salam afirma que desde que se implantó este modelo no solo ha mejorado la operativa contable del establecimiento sino que también han aumentado las propinas. La empresaria sabe lo que es estar al otro lado, ella y su pareja Carlos Revelo con la que comparte el negocio han sido antes camareros y quizás por ello valoren más el aliciente que suponen las propinas para el personal. «Los camareros están más motivados. Quería ser honrada con ellos, no quería quedarme con su dinero, por eso hice todo esto. Dicen que no hay camareros para trabajar, pero lo que hay que hacer es darles unas condiciones laborales adecuadas», señala.
Mónica Salam está más que satisfecha con esta iniciativa e invita a otros empresarios del sector a implementarla porque, afirma, todas son ventajas. De la misma opinión es Juan Carlos García, que desde Barcelona está consiguiendo crear escuela. Pese a las reticencias que puede tener algún cliente a la hora de coger el bolígrafo para indicar cuanto quiere dejar de propina —algo que es opcional—, en general, explica, la propuesta está siendo bien recibida.
Es «un premio» al camarero por un servicio eficaz y es una manera de evitar que los restaurantes tengan que subir los precios de la carta en un contexto de carestía de la vida, explica: «Nosotros no nos llevamos nada y todo el mundo está contento». No es para menos. En su negocio las propinas se han multiplicado por tres desde que implantó este sistema y otros quieren seguir por esta senda.
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MONICA IRAGO
Taberna do Trasno, en Cambados, implanta un sistema por el que el cliente fija la cuantía que desea aportar y el empresario la incluye en su contabilidad
14 abr 2023. Actualizado a las 16:00 h.
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Los pagos con tarjeta en el restaurante son cada vez más frecuentes y este sistema plantea un problema a la hora de monetizar las propinas de los camareros. Cuando solo se daban en efectivo todo era más fácil; se metían físicamente en un bote y al terminar el día, la semana o el mes se repartían entre el personal. Pero las cosas han cambiado con el dinero de plástico y hacer estas cuentas se complican. No por sumar y dividir, se complican, sobre todo, a efectos fiscales a la hora de justificar estos ingresos a sus trabajadores.
Ante los retos que plantean los nuevos hábitos de consumo hay que buscar soluciones y Juan Carlos García la encontró para sus restaurantes en Barcelona. Desde junio de 2022, en los locales de Labarra funciona un sistema que le permite incluir las propinas como retribución dentro de la nómina que abona a sus empleados, y el modelo empieza a extenderse por otros lugares del país.
La propina tendría que tributar a Hacienda. (Solo tendría)
SOFÍA VÁZQUEZ
Mónica Salam Oubiña vio la en la televisión la noticia sobre esta iniciativa y pensó que sería bueno hacer lo mismo en su local, A Taberna do Trasno, situado en Cambados. El pago de las propinas empezaba a ser un quebradero de cabeza y decidió probar el modelo catalán. Se puso en contacto con el empresario y buscó el soporte legal y técnico para darle forma al proyecto. Así, desde hace dos meses, las propinas en Taberna do Trasno se cobran ya en nómina.
Para el cliente no supone ningún coste adicional. Cuando a los postres recibe el tique con el importe del servicio solo debe indicar cuánta propina quiere dejar, tanto si paga en metálico como con tarjeta, y el software se encarga del resto para que al final de mes los ingresos por propinas se repartan equitativamente entre los camareros, cocineros y personal de limpieza.
Los tiques incorporan tres emojis que indican cuánta propina se quiere dejar: cero euros, lo que considere el cliente o un 10 % del total de la factura, que se ilustra con una carita sonriente.
MONICA IRAGO
Mónica Salam afirma que desde que se implantó este modelo no solo ha mejorado la operativa contable del establecimiento sino que también han aumentado las propinas. La empresaria sabe lo que es estar al otro lado, ella y su pareja Carlos Revelo con la que comparte el negocio han sido antes camareros y quizás por ello valoren más el aliciente que suponen las propinas para el personal. «Los camareros están más motivados. Quería ser honrada con ellos, no quería quedarme con su dinero, por eso hice todo esto. Dicen que no hay camareros para trabajar, pero lo que hay que hacer es darles unas condiciones laborales adecuadas», señala.
Mónica Salam está más que satisfecha con esta iniciativa e invita a otros empresarios del sector a implementarla porque, afirma, todas son ventajas. De la misma opinión es Juan Carlos García, que desde Barcelona está consiguiendo crear escuela. Pese a las reticencias que puede tener algún cliente a la hora de coger el bolígrafo para indicar cuanto quiere dejar de propina —algo que es opcional—, en general, explica, la propuesta está siendo bien recibida.
Es «un premio» al camarero por un servicio eficaz y es una manera de evitar que los restaurantes tengan que subir los precios de la carta en un contexto de carestía de la vida, explica: «Nosotros no nos llevamos nada y todo el mundo está contento». No es para menos. En su negocio las propinas se han multiplicado por tres desde que implantó este sistema y otros quieren seguir por esta senda.