Si se refiere a que los sefardies en general ocupan los peores puestos, mientras los ashkenazim ocupan puesto más destacados o que incluso los judíos de Etiopía realizan los trabajos que los demás judíos no quieren, pues le doy la razón, pero eso no es racismo sino la lógica aplicada. Le recuerdo como viven los católicos ecuatorianos en España o los jovenlandeses filipinos en Arabia.
El problema es que desde ADL.ORG se preocuparán precisamente de los casos que expone, menos de la realidad racista de Israel