Los influencers, como les han puesto ahora, son los que antes salían a vender tela. Osea, traficantes de droja. Lo usaban como tapadera, como los etnianos que vivían en mi calle.
Antes los civiles lo tenían más fácil porque no cuadraba el trabajo de vender tela -rollos de tela- con el dinero que manejaban, pero hoy en día pillarlos es más complicado.
Dicen que ganan 5 millones de euros en un mes subiendo tonterías, y tienen que tragar porque los mismos propietarios -y los no propietarios- de las redes se dedican a eso. Tráfico de droja, lavado de dinero, etc. Todo camuflado bajo las redes sociales.