cebollo
Será en Octubre
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Antes de la televisión, los videos y mucho antes de los ordenadores solo se veían películas en los cines. Costaba dinero, era casi un lujo. Era un acto social, una mezcla de ir al teatro o ir a misa. La gente se trajeaba e iba bien vestida al cine. Era el lujo del fin de semana, lo mejor de la semana, lo mejor de la vida. Las películas solo se veían en pantalla grande. Los ojos azules de Elizabeth Taylor solo se veían en pantallas enormes y parecían mares. Los actores más famosos eran como faraones, semidioses, eran algo incomparable a lo actual.
Con la televisión, se pueden ver películas en casa, en pijama. En pantalla pequeña y con rayas (las primeras televisiones se veían muy mal). Entre anuncios de calcetines y cigarrillos. Las películas se convierten al algo cotidiano y gratuito. Casi todo el glamour se pierde.
La mayor estrella actual (George Clooney o Julia Roberts, por ejemplo) no son ni de lejos lo superestrellas que fueron Gary Cooper o Rita Hayworth. No es fácil de explicar y creo que los jóvenes actuales no lo pueden ni concebir.
