Sir Connor
Excelentisimo Sir
Trias vuelve a la palestra política. Lo hace, lo dice claramente, para ganar y volver a ser alcalde.
Para ello necesita dos condiciones.
La primera es quedar por delante de todos, por encima de Colau, Collboni y Maragall. Pero todavía tendrá que cumplir una segunda, poder pactar para tener la mayoría necesaria para conseguir la alcaldía
No lo tiene nada fácil, pero es factible si sabe recoger el clamor que hay en la ciudad contra el gobierno de Colau y logra expresar claramente la complicidad de los Maragalls y Colllbonis con el desbarajuste actual, aunque ahora estos subalternos de la alcaldesa intenten desmarcarse.
La última intervención pública del candidato socialista es francamente «brillante» al afirmar que la ciudad ha perdido una década. Pues bien, él es corresponsable del 80% de esa pérdida. El ciudadano no puede aceptar que personas como Collboni y Maragall que se han rendido a las políticas de Colau quieran ahora presentarse como una realidad diferente. Ésta es la ventaja de Trias si consigue explotarlo.
En estas elecciones habrá una cuestión clave:
La destrucción del Pla Cerdà con la supermanzana del Eixample que creará una ciudad de primera y otra segunda, todo lo contrario de lo que quería el gran constructor de la Barcelona moderna. El programa de la supermanzana asfixia la movilidad y la economía, habrá calles en las que los coches no circularán, una de cada tres, y que serán rápidamente colonizados por terrazas de bares y la gentrificación, como ya muestra la zona de Sant Antoni. Se multiplicará el modelo de Enric Granados en el que todos los bajos están ocupados por bares y restaurantes y que representan una tortura cotidiana para los vecinos; eso sí, habrá jardineras y macetas. Mientras, las demás calles soportarán la asfixia de los coches y autobuses que verán incrementada su intensidad en un 50%.
Los candidatos deben definirse claramente al respecto.
Por ello Converses en Catalunya se ha dirigido a todos los partidos del Consistorio para que expongan de manera concreta cuál es la posición sobre esta cuestión en la que se juega el presente y futuro de Barcelona. Converses lo que pide es detener la tras*formación, efectuar una consulta a la ciudadanía por una cuestión tan extraordinaria y, si ésta resultara afirmativa, tramitar el cambio como lo que es, una modificación sustancial del plan general de urbanismo y no cómo lo está haciendo el Ayuntamiento por medio de un plan de obras, como si se tratara de pavimentar una calle como otras tantas veces se hace.
Trias debe pronunciarse claramente sobre esta cuestión, y aún no ha dicho de forma taxativa cómo cree que debe detener el proyecto.
La presencia de Trias modifica sustancialmente el panorama electoral. Su opción debilitará a ERC en ese votante que se siente fuertemente catalanista o independentista y quiere recuperar una Barcelona ordenada, y al otro lado del espectro, también captará al votante menos ideológico del PSC.
Trias pone difícil la candidatura de Rossell y es muy posible que éste acabe no presentándose. Si lo hace lo que conseguirá será dividir el voto de este espacio más central y, por tanto, lo debilitará. También deja muy tocada la siempre posible y nunca nacida candidatura de un centro catalanista surgido de lo que queda del PDeCAT, de Centrem y de otros grupos. La presencia de Trias hace muy difícil que esta opción pueda configurarse, mucho dependerá de si presenta un candidato con fuerza y dispone de medios.
De hecho, la principal limitación de Trias serán las acusaciones de independentismo que le abocarán, sobre todo, como reacción defensiva por parte de los sectores más españoles que intentarán frenar, así, la fuga de votos. En este sentido, el grado de responsabilidad y respeto de JxCat por la opción Trias es muy decisivo, porque si carga mucho las tintas con el independentismo el exalcalde volverá a perder votos como ya ocurrió en la última contienda electoral.
Para ello necesita dos condiciones.
La primera es quedar por delante de todos, por encima de Colau, Collboni y Maragall. Pero todavía tendrá que cumplir una segunda, poder pactar para tener la mayoría necesaria para conseguir la alcaldía
No lo tiene nada fácil, pero es factible si sabe recoger el clamor que hay en la ciudad contra el gobierno de Colau y logra expresar claramente la complicidad de los Maragalls y Colllbonis con el desbarajuste actual, aunque ahora estos subalternos de la alcaldesa intenten desmarcarse.
La última intervención pública del candidato socialista es francamente «brillante» al afirmar que la ciudad ha perdido una década. Pues bien, él es corresponsable del 80% de esa pérdida. El ciudadano no puede aceptar que personas como Collboni y Maragall que se han rendido a las políticas de Colau quieran ahora presentarse como una realidad diferente. Ésta es la ventaja de Trias si consigue explotarlo.
En estas elecciones habrá una cuestión clave:
La destrucción del Pla Cerdà con la supermanzana del Eixample que creará una ciudad de primera y otra segunda, todo lo contrario de lo que quería el gran constructor de la Barcelona moderna. El programa de la supermanzana asfixia la movilidad y la economía, habrá calles en las que los coches no circularán, una de cada tres, y que serán rápidamente colonizados por terrazas de bares y la gentrificación, como ya muestra la zona de Sant Antoni. Se multiplicará el modelo de Enric Granados en el que todos los bajos están ocupados por bares y restaurantes y que representan una tortura cotidiana para los vecinos; eso sí, habrá jardineras y macetas. Mientras, las demás calles soportarán la asfixia de los coches y autobuses que verán incrementada su intensidad en un 50%.
Los candidatos deben definirse claramente al respecto.
Por ello Converses en Catalunya se ha dirigido a todos los partidos del Consistorio para que expongan de manera concreta cuál es la posición sobre esta cuestión en la que se juega el presente y futuro de Barcelona. Converses lo que pide es detener la tras*formación, efectuar una consulta a la ciudadanía por una cuestión tan extraordinaria y, si ésta resultara afirmativa, tramitar el cambio como lo que es, una modificación sustancial del plan general de urbanismo y no cómo lo está haciendo el Ayuntamiento por medio de un plan de obras, como si se tratara de pavimentar una calle como otras tantas veces se hace.
Trias debe pronunciarse claramente sobre esta cuestión, y aún no ha dicho de forma taxativa cómo cree que debe detener el proyecto.
La presencia de Trias modifica sustancialmente el panorama electoral. Su opción debilitará a ERC en ese votante que se siente fuertemente catalanista o independentista y quiere recuperar una Barcelona ordenada, y al otro lado del espectro, también captará al votante menos ideológico del PSC.
Trias pone difícil la candidatura de Rossell y es muy posible que éste acabe no presentándose. Si lo hace lo que conseguirá será dividir el voto de este espacio más central y, por tanto, lo debilitará. También deja muy tocada la siempre posible y nunca nacida candidatura de un centro catalanista surgido de lo que queda del PDeCAT, de Centrem y de otros grupos. La presencia de Trias hace muy difícil que esta opción pueda configurarse, mucho dependerá de si presenta un candidato con fuerza y dispone de medios.
De hecho, la principal limitación de Trias serán las acusaciones de independentismo que le abocarán, sobre todo, como reacción defensiva por parte de los sectores más españoles que intentarán frenar, así, la fuga de votos. En este sentido, el grado de responsabilidad y respeto de JxCat por la opción Trias es muy decisivo, porque si carga mucho las tintas con el independentismo el exalcalde volverá a perder votos como ya ocurrió en la última contienda electoral.
