El Gran Cid
Madmaxista
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Y lo dicen ellos, que no dejaron un indio vivo en sus dominios ¿cómo puede haber españoles anglofilos? Es increíble.
La Plaza Mayor, donde los turistas se reúnen para beber cervezas y deleitarse con una paella cara, puede ser más conocida. También la Puerta del Sol, donde los lugareños reciben el año nuevo comiendo una uva en cada una de las 12 campanadas.
Pero la Plaza de Colón de Madrid, a 25 minutos a pie de estos espacios, ha llegado a desempeñar un papel especial en la vida social, política e histórica de la capital y del resto de España .
Es aquí, debajo de la estatua de Colón, que da nombre a la plaza, y a la sombra de la enorme bandera española que mide 294 metros cuadrados y pesa más de 30 kilos, donde la derecha del país le gusta congregarse para defender las glorias del país. pasado y lamentar las humillaciones del presente.
En febrero de 2019, los líderes del Partido Popular de derecha (PP), el partido Ciudadanos de centro derecha y el partido Vox de extrema derecha se unieron a decenas de miles de manifestantes que estaban furiosos por lo que vieron como la capitulación del primer ministro Pedro Sánchez ante Separatistas catalanes. Este junio, los tres partidos regresaron a Colón con simpatizantes para manifestarse contra la controvertida decisión de Sánchez de indultar a los 12 líderes independentistas catalanes condenados por el fallido intento de secesión casi cuatro años antes.
El atractivo y el simbolismo de Colón no son difíciles de sondear, especialmente en un momento en el que los partidos de derecha y extrema derecha españoles se embarcan en otro viaje de revisionismo histórico.y nostalgia imperial. No para ellos el derribo de estatuas, los ofrecimientos de disculpas o los episodios de introspección nacional.
En agosto, Vox marcó el 500 aniversario de la conquista de México al afirmar que España había "logrado liberar a millones de personas del régimen sangriento y el terror de los aztecas". Unas semanas más tarde, Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de derecha de la región de Madrid, reprendió al Papa por tener la temeridad de disculparse por el comportamiento de la iglesia en México, argumentando que España y el catolicismo romano habían traído “civilización y libertad a los Estados Unidos”. continente".
Para no quedarse fuera, Pablo Casado, el líder del PP, presumió de que el proceso iniciado por la conquista española de Américahabía resultado en “el evento histórico más importante desde el imperio romano”.
Menos de quince días antes del día nacional de España, que se celebra el 12 de octubre, fecha en que Colón llegó a América, uno de los predecesores del líder del PP, Pablo Casado, se burló de los pedidos de disculpas coloniales del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Fue un poco rico del primer ministro mexicano quejarse de España con sus nombres, dijo José María Aznar. "¿Entonces Andrés vino de los aztecas, Manuel de los mayas?"
Casado, que estaba sentado junto a Aznar, se unió al sugerir que López debía ser un nombre inca, aparentemente olvidando o sin saber que ese imperio surgió y fue derrocado por Francisco Pizarro y sus conquistadores en un continente completamente diferente.
El partido de López Obrador respondió diciendo que no estaba del todo sorprendido de que el exlíder de un partido que surgió del régimen de Franco “debería negar el genocidio indígena en nuestro continente”. También se refirió a Aznar como un "instigador belicoso" por su apoyo a la guerra de Irak de 2003.
Independientemente de las emociones que provoquen las proclamas de la derecha española en muchos latinoamericanos, la conmoción no parece ser una de ellas. “Simplemente te sientes avergonzado por ellos y todos sus desvaríos imperiales”, dice Gabriela Wiener, una escritora peruana que ha vivido en España durante los últimos 18 años. "Todavía están en las garras de un sueño franquista y no pueden ver lo que tienen delante".
Wiener señala los signos más obvios de la fetichización de España de sus glorias coloniales, desde el día nacional del país hasta la Plaza de Colón.
"Tienes que tener un complejo de patria realmente estropeado para necesitar una bandera tan grande y toda esta pompa y ceremonia", dice.
El último libro de Wiener, Huaco Retrato , es una inquebrantable reflexión personal sobre el racismo, la identidad, el deseo, el duelo, el poliamor, los celos, la traición y el abandono. Pero también explora lo que significa llevar un apellido europeo y ser una mujer latinoamericana en la España del siglo XXI.
El libro, que toma su título de las vasijas de retratos de cerámica de la cultura Moche precolombina, comienza con la visita del narrador al Musée du quai Branly en París. Allí mira a través de las vitrinas y contempla algunas de las muchas figurillas traídas a Europa por el aventurero franco-austríaco Charles Wiener, que también resultó ser el tatarabuelo del autor.
En su piel morena, sus narices, sus pómulos y “sus ojos como pequeñas y brillantes heridas” la protagonista ve eco tras eco de su propio rostro. El encuentro da lugar a una pregunta ineludible: ¿cómo conciliar esos rasgos con ese apellido?
Mientras la narradora busca respuestas, decide enfrentarse a la figura de Charles Wiener y excavar más allá del orgullo familiar - y el racismo interiorizado - despertado durante mucho tiempo por el intruso europeo que ahora es mejor conocido como el hombre que casi redescubrió Machu Picchu.
Si bien ve
alguna evidencia de un proceso de descolonización lento y demorado en los EE. UU., El Reino Unido y Francia, Wiener no está conteniendo la respiración por esfuerzos similares en su hogar adoptivo.
“No creo que España haya iniciado realmente su proceso de memoria histórica, incluso cuando se trata de los cuerpos de quienes murieron en su propio territorio y yacen enterrados en zanjas . ¿Cómo podemos esperar que este país, que todavía está tan envuelto en una visión imperialista franquista, busque cómo hacer las paces con otras personas en otros lugares? ”.
Además, agrega, aunque gran parte de la riqueza de España todavía se deriva de sus relaciones coloniales, el país, como muchos otros, todavía se resiste a reconocer sus pecados. Observe el trato que reciben los migrantes en sus fronteras y dentro de ellas.
“Todo lo que está sucediendo en el mundo de hoy es consecuencia de las políticas coloniales. Vas al sur global, saqueas, matas y vendes gente, vuelves a las comunidades unas contra otras, les vendes armas y dejas un lío terrible. Y luego, cuando llaman a tu puerta, reciben una bala de goma en la cara ".
El revisionismo, sin embargo, no se limita a España. Jair Bolsonaro, el presidente de extrema derecha de Brasil, fue fotografiado con una camiseta de fútbol español y sonriendo a la cámara cuando el líder de Vox, Santiago Abascal, viajó para reunirse con él a principios de esta semana.
Mientras tanto, la Cruz de Borgoña, una bandera asociada con la monarquía de España y las hazañas imperiales del país, ha estado apareciendo en las manifestaciones en Perú y es popular entre quienes abrazan su historia católica colonial.
Como señala Wiener, hay una narrativa paternalista perdurable sobre la conquista de las Américas: “todo el discurso sobre cómo hicimos tanto por estas personas porque eran una página en blanco o eran salvajes que se comían unos a otros”.
El autor ganador del premio Nobel Mario Vargas Llosa, con cierto margen el escritor vivo más conocido de Perú, recientemente causó revuelo cuando dijo que votar de la manera correcta en las elecciones era más importante que tener elecciones libres.
Vargas Llosa, quien protagonizó un intento fallido para convertirse en presidente de Perú en 1990, y cuya ficción ha analizado repetidamente los usos y abusos del poder en su tierra natal y más allá, se ha desviado más a la derecha con la edad y se ha encontrado a sí mismo dirigiéndose a la convención nacional del PP. en octubre.
“Sin duda, América Latina saldrá de [una situación muy difícil] cuando los latinoamericanos descubran que han votado mal”, dijo. “Lo importante en las elecciones no es que haya libertad en esas elecciones; está votando bien, y votar bien es algo muy importante porque los países que votan mal, como ha sucedido en algunos países de América Latina, lo pagan caro ”.
Para Wiener y para muchos otros latinoamericanos, especialmente las mujeres, la negación del pasado sigue envenenando el presente. El poema que llega hacia el final de Huaco Retrato ofrece una vívida y amarga articulación de la vida en España para tantas mujeres migrantes latinoamericanas: de que te digan que el español que hablas está mal; de ser felicitado por lo bien que puedes hacer pollo frito y por lo bonitas que son tus manitas oscuras; de que tu historia y tu cultura sean denigradas; y de ser visto como apto para nada más que limpiar o cambiar los pañales de los bebés y ancianos de España.
“La relación que España tiene con estas personas migrantes es totalmente temporal”, dice Wiener. “Son tratados como niños y patrocinados. Se les agradece, pero nadie firmó el trato para mejorar sus derechos ”.
Wiener espera que Huaco Retrato , que se publicará en inglés en 2023, sirva para contrarrestar la narrativa paternalista y revisionista imperante. Pero ella dice que España haría igualmente bien en dejar de reinventar el pasado y en reconocer, respetar y escuchar a los migrantes latinoamericanos de los que ha llegado a depender. “España vive bajo un autoengaño. ¿Qué puede resolver si ni siquiera mira toda la violencia que causó y sigue causando? Estamos aquí para recordarles un poco de todo eso ".
www.theguardian.com
La Plaza Mayor, donde los turistas se reúnen para beber cervezas y deleitarse con una paella cara, puede ser más conocida. También la Puerta del Sol, donde los lugareños reciben el año nuevo comiendo una uva en cada una de las 12 campanadas.
Pero la Plaza de Colón de Madrid, a 25 minutos a pie de estos espacios, ha llegado a desempeñar un papel especial en la vida social, política e histórica de la capital y del resto de España .
Es aquí, debajo de la estatua de Colón, que da nombre a la plaza, y a la sombra de la enorme bandera española que mide 294 metros cuadrados y pesa más de 30 kilos, donde la derecha del país le gusta congregarse para defender las glorias del país. pasado y lamentar las humillaciones del presente.
En febrero de 2019, los líderes del Partido Popular de derecha (PP), el partido Ciudadanos de centro derecha y el partido Vox de extrema derecha se unieron a decenas de miles de manifestantes que estaban furiosos por lo que vieron como la capitulación del primer ministro Pedro Sánchez ante Separatistas catalanes. Este junio, los tres partidos regresaron a Colón con simpatizantes para manifestarse contra la controvertida decisión de Sánchez de indultar a los 12 líderes independentistas catalanes condenados por el fallido intento de secesión casi cuatro años antes.
El atractivo y el simbolismo de Colón no son difíciles de sondear, especialmente en un momento en el que los partidos de derecha y extrema derecha españoles se embarcan en otro viaje de revisionismo histórico.y nostalgia imperial. No para ellos el derribo de estatuas, los ofrecimientos de disculpas o los episodios de introspección nacional.
En agosto, Vox marcó el 500 aniversario de la conquista de México al afirmar que España había "logrado liberar a millones de personas del régimen sangriento y el terror de los aztecas". Unas semanas más tarde, Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de derecha de la región de Madrid, reprendió al Papa por tener la temeridad de disculparse por el comportamiento de la iglesia en México, argumentando que España y el catolicismo romano habían traído “civilización y libertad a los Estados Unidos”. continente".
Para no quedarse fuera, Pablo Casado, el líder del PP, presumió de que el proceso iniciado por la conquista española de Américahabía resultado en “el evento histórico más importante desde el imperio romano”.
Menos de quince días antes del día nacional de España, que se celebra el 12 de octubre, fecha en que Colón llegó a América, uno de los predecesores del líder del PP, Pablo Casado, se burló de los pedidos de disculpas coloniales del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Fue un poco rico del primer ministro mexicano quejarse de España con sus nombres, dijo José María Aznar. "¿Entonces Andrés vino de los aztecas, Manuel de los mayas?"
Casado, que estaba sentado junto a Aznar, se unió al sugerir que López debía ser un nombre inca, aparentemente olvidando o sin saber que ese imperio surgió y fue derrocado por Francisco Pizarro y sus conquistadores en un continente completamente diferente.
El partido de López Obrador respondió diciendo que no estaba del todo sorprendido de que el exlíder de un partido que surgió del régimen de Franco “debería negar el genocidio indígena en nuestro continente”. También se refirió a Aznar como un "instigador belicoso" por su apoyo a la guerra de Irak de 2003.
Independientemente de las emociones que provoquen las proclamas de la derecha española en muchos latinoamericanos, la conmoción no parece ser una de ellas. “Simplemente te sientes avergonzado por ellos y todos sus desvaríos imperiales”, dice Gabriela Wiener, una escritora peruana que ha vivido en España durante los últimos 18 años. "Todavía están en las garras de un sueño franquista y no pueden ver lo que tienen delante".
Wiener señala los signos más obvios de la fetichización de España de sus glorias coloniales, desde el día nacional del país hasta la Plaza de Colón.
"Tienes que tener un complejo de patria realmente estropeado para necesitar una bandera tan grande y toda esta pompa y ceremonia", dice.
El último libro de Wiener, Huaco Retrato , es una inquebrantable reflexión personal sobre el racismo, la identidad, el deseo, el duelo, el poliamor, los celos, la traición y el abandono. Pero también explora lo que significa llevar un apellido europeo y ser una mujer latinoamericana en la España del siglo XXI.
El libro, que toma su título de las vasijas de retratos de cerámica de la cultura Moche precolombina, comienza con la visita del narrador al Musée du quai Branly en París. Allí mira a través de las vitrinas y contempla algunas de las muchas figurillas traídas a Europa por el aventurero franco-austríaco Charles Wiener, que también resultó ser el tatarabuelo del autor.
En su piel morena, sus narices, sus pómulos y “sus ojos como pequeñas y brillantes heridas” la protagonista ve eco tras eco de su propio rostro. El encuentro da lugar a una pregunta ineludible: ¿cómo conciliar esos rasgos con ese apellido?
Mientras la narradora busca respuestas, decide enfrentarse a la figura de Charles Wiener y excavar más allá del orgullo familiar - y el racismo interiorizado - despertado durante mucho tiempo por el intruso europeo que ahora es mejor conocido como el hombre que casi redescubrió Machu Picchu.
Si bien ve
alguna evidencia de un proceso de descolonización lento y demorado en los EE. UU., El Reino Unido y Francia, Wiener no está conteniendo la respiración por esfuerzos similares en su hogar adoptivo.
“No creo que España haya iniciado realmente su proceso de memoria histórica, incluso cuando se trata de los cuerpos de quienes murieron en su propio territorio y yacen enterrados en zanjas . ¿Cómo podemos esperar que este país, que todavía está tan envuelto en una visión imperialista franquista, busque cómo hacer las paces con otras personas en otros lugares? ”.
Además, agrega, aunque gran parte de la riqueza de España todavía se deriva de sus relaciones coloniales, el país, como muchos otros, todavía se resiste a reconocer sus pecados. Observe el trato que reciben los migrantes en sus fronteras y dentro de ellas.
“Todo lo que está sucediendo en el mundo de hoy es consecuencia de las políticas coloniales. Vas al sur global, saqueas, matas y vendes gente, vuelves a las comunidades unas contra otras, les vendes armas y dejas un lío terrible. Y luego, cuando llaman a tu puerta, reciben una bala de goma en la cara ".
El revisionismo, sin embargo, no se limita a España. Jair Bolsonaro, el presidente de extrema derecha de Brasil, fue fotografiado con una camiseta de fútbol español y sonriendo a la cámara cuando el líder de Vox, Santiago Abascal, viajó para reunirse con él a principios de esta semana.
Mientras tanto, la Cruz de Borgoña, una bandera asociada con la monarquía de España y las hazañas imperiales del país, ha estado apareciendo en las manifestaciones en Perú y es popular entre quienes abrazan su historia católica colonial.
Como señala Wiener, hay una narrativa paternalista perdurable sobre la conquista de las Américas: “todo el discurso sobre cómo hicimos tanto por estas personas porque eran una página en blanco o eran salvajes que se comían unos a otros”.
El autor ganador del premio Nobel Mario Vargas Llosa, con cierto margen el escritor vivo más conocido de Perú, recientemente causó revuelo cuando dijo que votar de la manera correcta en las elecciones era más importante que tener elecciones libres.
Vargas Llosa, quien protagonizó un intento fallido para convertirse en presidente de Perú en 1990, y cuya ficción ha analizado repetidamente los usos y abusos del poder en su tierra natal y más allá, se ha desviado más a la derecha con la edad y se ha encontrado a sí mismo dirigiéndose a la convención nacional del PP. en octubre.
“Sin duda, América Latina saldrá de [una situación muy difícil] cuando los latinoamericanos descubran que han votado mal”, dijo. “Lo importante en las elecciones no es que haya libertad en esas elecciones; está votando bien, y votar bien es algo muy importante porque los países que votan mal, como ha sucedido en algunos países de América Latina, lo pagan caro ”.
Para Wiener y para muchos otros latinoamericanos, especialmente las mujeres, la negación del pasado sigue envenenando el presente. El poema que llega hacia el final de Huaco Retrato ofrece una vívida y amarga articulación de la vida en España para tantas mujeres migrantes latinoamericanas: de que te digan que el español que hablas está mal; de ser felicitado por lo bien que puedes hacer pollo frito y por lo bonitas que son tus manitas oscuras; de que tu historia y tu cultura sean denigradas; y de ser visto como apto para nada más que limpiar o cambiar los pañales de los bebés y ancianos de España.
“La relación que España tiene con estas personas migrantes es totalmente temporal”, dice Wiener. “Son tratados como niños y patrocinados. Se les agradece, pero nadie firmó el trato para mejorar sus derechos ”.
Wiener espera que Huaco Retrato , que se publicará en inglés en 2023, sirva para contrarrestar la narrativa paternalista y revisionista imperante. Pero ella dice que España haría igualmente bien en dejar de reinventar el pasado y en reconocer, respetar y escuchar a los migrantes latinoamericanos de los que ha llegado a depender. “España vive bajo un autoengaño. ¿Qué puede resolver si ni siquiera mira toda la violencia que causó y sigue causando? Estamos aquí para recordarles un poco de todo eso ".
‘A Francoist daydream’: how Spain’s right clings to its imperialist past
A Peruvian author antiestéticars her adopted home is far from an apology for its Latin American abuses
www.theguardian.com
