El pasado viernes se ha hecho público el acuerdo entre el astillero estatal frances DCNS y el semiestatal español NAVANTIA, astillero heredero de la gloriosa e histórica Empresa Nacional BAZAN de Construcciones Navales Militares, por el que se pone fin al litigio que venían manteniendo acerca de la construcción de submarinos.
Hace 42 años -en 1968- comenzó la entonces EN Bazán a construir su primer submarino de diseño francés, el S-61 Delfín. Y así continuó intermitentemente durante nada menos que 18 años, entregándose hasta ocho submarinos a la Armada, 4 de la citada serie S-60 y otros 4 de la mas moderna serie S-70. En los últimos años,la empresa española fue socio de la francesa en el diseño y construcción de dos Scorpene para Chile y otros dos para Malasia. Finalmente, en Marzo del 2004 se dio la Orden de Ejecución de los cuatro S-80.
El padrino arrogante, DCN y un discípulo ambicioso NAVANTIA, habían hecho inevitable la emancipación que ahora se confirma, permitiendo a cada empresa perseguir a sus clientes independientemente, Navantia con el S-80 y la DCNS con el Scorpene.
A falta de conocer los detalles del acuerdo, secretos comerciales para ambos, creo que puede ser un buen acuerdo especialmente para Navantia, pues el Scorpene es un buen barco, uno de los mejores y quizá el último de los submarinos tradicionales, pero el S-80 es el primer -y brillante- ejemplo de una nueva generación. El Scorpene y el S-80 son magníficos buques del pasado y el futuro -respectivamente- de lo que representa el arma submarina.
La DCNS tiene una debilidad estructural pues construye submarinos convencionales que su Marina no opera. En esto, que tiene especial repercusión negativa en el adiestramiento de sus futuros clientes, es única en el mundo.
Sé que habrá que esforzarse mucho y que hará falta suerte, pero si todo va bien, a Navantia solo le pueden inquietar los alemanes, el HDW. Pero con toda su calidad y prestigio, sus submarinos también están orientados excesivamente hacia atrás, hacia lo antisubmarino defensivo.
Todo este futuro potencialmente brillante para Navantia -lo cual es siempre una buena noticia para la Armada- podría ser muy ayudado por una decisión gubernamental: que se capacitase a los S-80 para operar con misiles UGM-109 Tomahawk. Si esto sucediera, hasta los más escépticos comprenderían que el S-80 es el primero de una nueva era de submarinos convencionales. O quizá no tan convencionales.
Escrito por el Almirante Ángel Tafalla.(resumen; el articulo completo en el blog citado al pié9
Hace 42 años -en 1968- comenzó la entonces EN Bazán a construir su primer submarino de diseño francés, el S-61 Delfín. Y así continuó intermitentemente durante nada menos que 18 años, entregándose hasta ocho submarinos a la Armada, 4 de la citada serie S-60 y otros 4 de la mas moderna serie S-70. En los últimos años,la empresa española fue socio de la francesa en el diseño y construcción de dos Scorpene para Chile y otros dos para Malasia. Finalmente, en Marzo del 2004 se dio la Orden de Ejecución de los cuatro S-80.
El padrino arrogante, DCN y un discípulo ambicioso NAVANTIA, habían hecho inevitable la emancipación que ahora se confirma, permitiendo a cada empresa perseguir a sus clientes independientemente, Navantia con el S-80 y la DCNS con el Scorpene.
A falta de conocer los detalles del acuerdo, secretos comerciales para ambos, creo que puede ser un buen acuerdo especialmente para Navantia, pues el Scorpene es un buen barco, uno de los mejores y quizá el último de los submarinos tradicionales, pero el S-80 es el primer -y brillante- ejemplo de una nueva generación. El Scorpene y el S-80 son magníficos buques del pasado y el futuro -respectivamente- de lo que representa el arma submarina.
La DCNS tiene una debilidad estructural pues construye submarinos convencionales que su Marina no opera. En esto, que tiene especial repercusión negativa en el adiestramiento de sus futuros clientes, es única en el mundo.
Sé que habrá que esforzarse mucho y que hará falta suerte, pero si todo va bien, a Navantia solo le pueden inquietar los alemanes, el HDW. Pero con toda su calidad y prestigio, sus submarinos también están orientados excesivamente hacia atrás, hacia lo antisubmarino defensivo.
Todo este futuro potencialmente brillante para Navantia -lo cual es siempre una buena noticia para la Armada- podría ser muy ayudado por una decisión gubernamental: que se capacitase a los S-80 para operar con misiles UGM-109 Tomahawk. Si esto sucediera, hasta los más escépticos comprenderían que el S-80 es el primero de una nueva era de submarinos convencionales. O quizá no tan convencionales.
Escrito por el Almirante Ángel Tafalla.(resumen; el articulo completo en el blog citado al pié9