...Italia.
"La división del Brexit tardará varias generaciones en cerrarse"
(...)Diez mapas le bastaron a Tim Marshall para demostrar al mundo cómo somos Prisioneros de la geografía (Ed. Península). El ex periodista de Sky News y de la BBC, convertido en uno de los máximos expertos en geopolítica, vuelve ahora con un atinado diagnóstico del preocupante momento histórico en el que estamos: Divided: why we are living in an age of walls. Desde su mirador en el sur de Londres, el fundador de la plataforma thewhatandthewhy.com (para ayudar a los analistas a llegar a la raíz de los problemas políticos), se asoma con comprensible inquietud a este 2019 marcado ya de entrada por las divisiones y los muros.
PREGUNTA.- Arranca un año crítico para Europa. ¿Sobrevivirá la UE a las turbulencias del Brexit y al ascenso de la extrema derecha?
RESPUESTA.- Todos estos últimos años han sido críticos para Europa, pero éste lo va a ser especialmente. Yo no creo que la UE se vaya a desintegrar, pero sí pienso que los resultados de las elecciones de mayo van servir para provocar un cambio de dirección. La extrema derecha no logrará probablemente una mayoría, pero sí tomará posiciones a escala continental. Y la respuesta debería ser una UE más flexible y de velocidades múltiples. Si se hubiera avanzado por ese camino, posiblemente nos habríamos evitado el Brexit. La idea de unos Estados Unidos de Europa, con una mayor integración política y económica y con su propio ejército, debería pasar la historia.
P.- ¿Cómo interpreta el ascenso de una fuerza como Vox en España?
R.- El voto a favor de Vox en las elecciones regionales es una señal de la falta de voluntad de los españoles para acoger a los pagapensiones y refugiados que rechaza Italia. Es también el principio de la resurgencia de la política extrema que hemos visto en otros lugares de Europa. Todos los países de la UE están experimentando de una manera u otra el mismo fenómeno ¿Quién iba a pensar que una fuerza hasta ahora minoritaria como Demócratas Suecos iba a lograr el 17,5% de los votos en el país de la tolerancia y el multiculturalismo por excelencia? Marine Le Pen en Francia y Geert Wilders en los Países Bajos no han ganado aún unas elecciones, pero no han sido ni mucho menos derrotados y están esperando su momento. Las dificultades de Macron dan mucho que pensar.
P.- ¿La inmi gración es el chivo expiatorio o el auténtico caballo de batalla? Usted mismo cuestiona en su libro la idea de las fronteras abiertas...
R.- El concepto de fronteras abiertas es muy bello como aspiración, en el contexto de un mundo progresista y humanista. Pero lo cierto es que se está estrellando contra las rocas de la realidad. Los líderes europeos y los grandes partidos políticos no han sabido calibrar el efecto de la libertad de movimientos y la reacción que está provocando en la gente. La respuesta no es tanto unas fronteras abiertas como una distribución más justa y equitativa de la riqueza, empezando por Europa. Hoy por hoy, la libertad de movimientos está sirviendo de coartada para la extrema derecha. En pocos años se han levantado más muros en Europa que durante la Guerra Fría. Hay muros separando Grecia de Macedonia, Macedonia de Serbia, Serbia de Hungría, Austria de Eslovenia. Los países bálticos han empezado a fortificar también sus fronteras con Rusia... Vivimos en la era de los muros y las divisiones. Hemos pasado de la confianza al miedo, de la apertura al deseo de protección, que fue la primera razón por la que se erigió hace más de 2.000 años la Gran Muralla china.
P.- En 30 años hemos pasado del «¡Tire abajo el muro!» de Ronald Reagan al polémico muro en la frontera de Donald Trump ¿Cómo se explica el cambio histórico?
R.- Tras la caída del muro Berlín entramos en una etapa de unidad y solidaridad, que sirvió entre otras cosas para fortalecer a la Unión Europea. Los atentados del 11-S nos hicieron volver a la mentalidad de la fortaleza, amplificada por los efectos de la globalización, las inmigraciones masivas y el ascenso de los nacionalismos. Ahí es donde estamos ahora, y el ascenso de Trump se explica en ese contexto de miedo, de nosotros contra ellos. Trump no ha inventado las divisiones, en todo caso las está exacerbando y está contribuyendo a las tensiones raciales.
P.- Hablemos del muro invisible que el Brexit ha levantado en la sociedad británica...
"La división del Brexit tardará varias generaciones en cerrarse"
R.- Estamos sin duda ante el asunto más divisivo en la política británica en décadas. No sé si se puede comparar con la división que ha creado en España la cuestión de la independencia de Cataluña. Incluso durante el referéndum de Escocia, el debate fue aquí más civilizado. Con el Brexit estamos llegando sin embargo a una división irreconciliable en el mapa y en nuestras conciencias que llega a las propias familias.
P.- Llegados a este punto, hay básicamente tres opciones: el acuerdo de May, el no deal y el segundo referéndum. ¿Cuál de las tres podría crear aún más divisiones?
R.- Creo que tenemos guerra incivil para rato. Cualquiera de las tres va a seguir agrandando una grieta que, mucho me temo, tardará una generación en cerrarse, y eso en el caso de que la economía no colapse.
P.- ¿Volverá el Reino Unido al espléndido aislamiento?
R.- Eso no creo que sea posible, ni siquiera con la opción del no deal... Es cierto que el Canal de la Mancha ha actuado como un muro de agua, y que el país siente esa distancia física y psicológica del continente. Pero en el mundo en que vivimos, ningún país puede vivir aislado de su contexto geográfico.
P.- ¿Tiene solución la frontera de Irlanda?
"El voto a favor de Vox en España es el principio de la resurgencia de la política extrema vista en otros lugares de Europa"
R.- La frontera en Irlanda es totalmente artificial. Lo que más sentido tiene es que siga abierta como ahora. Otra cosa distintas es que se ponga fin a la división sectaria en Irlanda del Norte, a esa separación física que sigue existiendo entre católicos y protestantes y que está siendo patente en los muros de Belfast. Es muy fácil llegar desde fuera y decir: ¿a qué esperan para derribar esos muros? Hay que entender que antes de derribarlos hay que cambiar las condiciones de vida a los dos lados.
P.- Le han acusado de determinismo geográfico por sus dos últimos libros...
R.- Admito las críticas, pero lo cierto es que la tierra en la que vivimos nos da forma y condiciona nuestra historia. Pongamos por caso España, separada del resto de Europa por el muro geográfico de los Pirineos y condicionada al sur por unas barrera cultural y económica con el norte de África. Esa situación propició sin duda los 40 años de aislamiento del régimen de Franco. Y esa ubicación en la periferia del continente le impide tener un protagonismo mayor en la UE, frente a la centralidad de Alemania y Francia. Pero a España no le ha ido mal, teniendo en cuenta lo tarde que se subió al carro de la UE.
P.- ¿Y qué me dice del papel de pilinguin, convertido en nuevo zar del mayor país del planeta?
R.- pilinguin se debe estar frotando las manos con todas las divisiones que están ocurriendo en Europa y que él mismo está alentando. A pilinguin le interesa el Brexit, la independencia de Escocia, la independencia en Cataluña...
"La división del Brexit tardará varias generaciones en cerrarse" | Crónica
"La división del Brexit tardará varias generaciones en cerrarse"
(...)Diez mapas le bastaron a Tim Marshall para demostrar al mundo cómo somos Prisioneros de la geografía (Ed. Península). El ex periodista de Sky News y de la BBC, convertido en uno de los máximos expertos en geopolítica, vuelve ahora con un atinado diagnóstico del preocupante momento histórico en el que estamos: Divided: why we are living in an age of walls. Desde su mirador en el sur de Londres, el fundador de la plataforma thewhatandthewhy.com (para ayudar a los analistas a llegar a la raíz de los problemas políticos), se asoma con comprensible inquietud a este 2019 marcado ya de entrada por las divisiones y los muros.
PREGUNTA.- Arranca un año crítico para Europa. ¿Sobrevivirá la UE a las turbulencias del Brexit y al ascenso de la extrema derecha?
RESPUESTA.- Todos estos últimos años han sido críticos para Europa, pero éste lo va a ser especialmente. Yo no creo que la UE se vaya a desintegrar, pero sí pienso que los resultados de las elecciones de mayo van servir para provocar un cambio de dirección. La extrema derecha no logrará probablemente una mayoría, pero sí tomará posiciones a escala continental. Y la respuesta debería ser una UE más flexible y de velocidades múltiples. Si se hubiera avanzado por ese camino, posiblemente nos habríamos evitado el Brexit. La idea de unos Estados Unidos de Europa, con una mayor integración política y económica y con su propio ejército, debería pasar la historia.
P.- ¿Cómo interpreta el ascenso de una fuerza como Vox en España?
R.- El voto a favor de Vox en las elecciones regionales es una señal de la falta de voluntad de los españoles para acoger a los pagapensiones y refugiados que rechaza Italia. Es también el principio de la resurgencia de la política extrema que hemos visto en otros lugares de Europa. Todos los países de la UE están experimentando de una manera u otra el mismo fenómeno ¿Quién iba a pensar que una fuerza hasta ahora minoritaria como Demócratas Suecos iba a lograr el 17,5% de los votos en el país de la tolerancia y el multiculturalismo por excelencia? Marine Le Pen en Francia y Geert Wilders en los Países Bajos no han ganado aún unas elecciones, pero no han sido ni mucho menos derrotados y están esperando su momento. Las dificultades de Macron dan mucho que pensar.
P.- ¿La inmi gración es el chivo expiatorio o el auténtico caballo de batalla? Usted mismo cuestiona en su libro la idea de las fronteras abiertas...
R.- El concepto de fronteras abiertas es muy bello como aspiración, en el contexto de un mundo progresista y humanista. Pero lo cierto es que se está estrellando contra las rocas de la realidad. Los líderes europeos y los grandes partidos políticos no han sabido calibrar el efecto de la libertad de movimientos y la reacción que está provocando en la gente. La respuesta no es tanto unas fronteras abiertas como una distribución más justa y equitativa de la riqueza, empezando por Europa. Hoy por hoy, la libertad de movimientos está sirviendo de coartada para la extrema derecha. En pocos años se han levantado más muros en Europa que durante la Guerra Fría. Hay muros separando Grecia de Macedonia, Macedonia de Serbia, Serbia de Hungría, Austria de Eslovenia. Los países bálticos han empezado a fortificar también sus fronteras con Rusia... Vivimos en la era de los muros y las divisiones. Hemos pasado de la confianza al miedo, de la apertura al deseo de protección, que fue la primera razón por la que se erigió hace más de 2.000 años la Gran Muralla china.
P.- En 30 años hemos pasado del «¡Tire abajo el muro!» de Ronald Reagan al polémico muro en la frontera de Donald Trump ¿Cómo se explica el cambio histórico?
R.- Tras la caída del muro Berlín entramos en una etapa de unidad y solidaridad, que sirvió entre otras cosas para fortalecer a la Unión Europea. Los atentados del 11-S nos hicieron volver a la mentalidad de la fortaleza, amplificada por los efectos de la globalización, las inmigraciones masivas y el ascenso de los nacionalismos. Ahí es donde estamos ahora, y el ascenso de Trump se explica en ese contexto de miedo, de nosotros contra ellos. Trump no ha inventado las divisiones, en todo caso las está exacerbando y está contribuyendo a las tensiones raciales.
P.- Hablemos del muro invisible que el Brexit ha levantado en la sociedad británica...
"La división del Brexit tardará varias generaciones en cerrarse"
R.- Estamos sin duda ante el asunto más divisivo en la política británica en décadas. No sé si se puede comparar con la división que ha creado en España la cuestión de la independencia de Cataluña. Incluso durante el referéndum de Escocia, el debate fue aquí más civilizado. Con el Brexit estamos llegando sin embargo a una división irreconciliable en el mapa y en nuestras conciencias que llega a las propias familias.
P.- Llegados a este punto, hay básicamente tres opciones: el acuerdo de May, el no deal y el segundo referéndum. ¿Cuál de las tres podría crear aún más divisiones?
R.- Creo que tenemos guerra incivil para rato. Cualquiera de las tres va a seguir agrandando una grieta que, mucho me temo, tardará una generación en cerrarse, y eso en el caso de que la economía no colapse.
P.- ¿Volverá el Reino Unido al espléndido aislamiento?
R.- Eso no creo que sea posible, ni siquiera con la opción del no deal... Es cierto que el Canal de la Mancha ha actuado como un muro de agua, y que el país siente esa distancia física y psicológica del continente. Pero en el mundo en que vivimos, ningún país puede vivir aislado de su contexto geográfico.
P.- ¿Tiene solución la frontera de Irlanda?
"El voto a favor de Vox en España es el principio de la resurgencia de la política extrema vista en otros lugares de Europa"
R.- La frontera en Irlanda es totalmente artificial. Lo que más sentido tiene es que siga abierta como ahora. Otra cosa distintas es que se ponga fin a la división sectaria en Irlanda del Norte, a esa separación física que sigue existiendo entre católicos y protestantes y que está siendo patente en los muros de Belfast. Es muy fácil llegar desde fuera y decir: ¿a qué esperan para derribar esos muros? Hay que entender que antes de derribarlos hay que cambiar las condiciones de vida a los dos lados.
P.- Le han acusado de determinismo geográfico por sus dos últimos libros...
R.- Admito las críticas, pero lo cierto es que la tierra en la que vivimos nos da forma y condiciona nuestra historia. Pongamos por caso España, separada del resto de Europa por el muro geográfico de los Pirineos y condicionada al sur por unas barrera cultural y económica con el norte de África. Esa situación propició sin duda los 40 años de aislamiento del régimen de Franco. Y esa ubicación en la periferia del continente le impide tener un protagonismo mayor en la UE, frente a la centralidad de Alemania y Francia. Pero a España no le ha ido mal, teniendo en cuenta lo tarde que se subió al carro de la UE.
P.- ¿Y qué me dice del papel de pilinguin, convertido en nuevo zar del mayor país del planeta?
R.- pilinguin se debe estar frotando las manos con todas las divisiones que están ocurriendo en Europa y que él mismo está alentando. A pilinguin le interesa el Brexit, la independencia de Escocia, la independencia en Cataluña...
"La división del Brexit tardará varias generaciones en cerrarse" | Crónica