Supervivencia en atolones del pacifico

unaie

Madmaxista
Desde
1 Mar 2009
Mensajes
2.479
Reputación
5.374
Un atolon en el pacifico. Aislados de todo el mundo. Hay miles de ellos, muchos no habitados.
Protegidos de grandes barcos por los arrecifes de coral.
Se puede vivir de la pesca, cocos, aves de granja, ... Energia por paneles solares.

Tras una conflagracion mundial, incluso atomica, segurian viviendo alli como si nada, escuchando noticias por la radio.

------------------------
Un testimonio en el atolon de Palmyra

Acepté vivir solo en el atolón de Palmyra durante un año. He aquí por qué y cómo me quedé durante ocho.
Había tanta belleza que hacía que la isla fuera mágica. Pero la soledad aún me atacaría.

232EHKI3RNA2ZJY42DVD4RRG4Q.jpg

Antes de ir al atolón de Palmyra en 1992, había estado viajando por todo el mundo en mi barco, principalmente solo. Cuando regresé a Hawái, estaba tan perdida; No tengo nada que hacer. Pero luego, el dueño de la isla se me acercó y me preguntó si podía salir y ser el administrador; era algo nuevo para él, porque la gente había estado yendo a la isla sin su permiso y luego, si tenían problemas, demandarlo cuando regresaron a Hawai. Quería hacer que todos los que fueran firmaran una lista de reglas y regulaciones, que reconocieran que estaban allí bajo su propio riesgo y que pagaran $5.

Dije: "Vaya, déjame pensarlo", porque había muchas cosas que tenía que considerar. Así que lo pensé, volví con él y le dije: "Está bien, lo haré. Lo haré durante un año".

¿Por que hice eso? Sobre todo porque quería alejarme de la complicación innecesaria de la vida moderna. Quería estar cerca de la naturaleza y no tener absolutamente ningún ser humano a mi alrededor, solo para ver si podía hacerlo. Era como un desafío; Quería probar algo completamente nuevo.



Pero estuve ocho años en Palmyra, porque allá arriba pasan cosas mágicas.

Fue un gran proyecto estar listo. Lo que hice primero fue que fui al refugio de animales y conseguí un perro, un pastor alemán al que llamé TouTou. Sabía que, si me sentía muy solo, tendría el animal; es muy, muy bueno para ti. Y tenía un bote de 50 pies, por lo que podía poner muchas cosas en él, lo cual era bueno, porque Palmyra es muy remota y no hay nadie alrededor. Iba a estar en medio del Pacífico, así que tuve que planear muy bien las cosas. Sabía que no iba a ser fácil.

Cuando llegué a la isla por primera vez, no había nada, así que tuve que construir todo lo que necesitaba. Durante la Segunda Guerra Mundial, Palmyra había sido una estación de reabastecimiento de combustible para la Marina de los EE. UU., y 6000 personas estaban estacionadas allí . Había habido vivienda y todo, pero cuando llegué ya no quedaba casi nada, porque la naturaleza afecta todo. Todo era madera, y gran parte se había podrido.

Pero con parte de la madera vieja que todavía estaba en buen estado, construí dos casas muy sencillas y bonitas. Utilicé un viejo edificio de hormigón, hundido profundamente en el suelo, con un techo de acero, y lo convertí en un tanque de retención de agua y luego, con una bañera que encontré sobresaliendo del barro en la jungla, hice una ducha.

Parte de eso vino de mi necesidad de luchar contra la soledad; Sentí la necesidad de construir cosas.

atoll-banner.jpg

A veces era muy difícil estar solo: trata de imaginar que estás en medio del océano; no hay nadie alrededor por 1,000 millas. A veces la soledad simplemente me atacaba.

La forma en que lucho contra la soledad es estar ocupado.

haría ejercicio. Fui a bucear todos los días, me sumergí con delfines y con mantarrayas. En Palmyra, los peces se te acercarán directamente a la cara para mirarte. Nunca se ha tocado nada allí; es prístino Bajo el agua es como otro mundo; Es tan hermoso. Esa fue una forma en que saqué mi soledad.
Además, como dije, tenía mi perro, TouTou; todas las mañanas, el perro y yo íbamos a pescar. Y más tarde un amigo que estaba en Fanning Island. Tenía algunos amigos allí; está a unas 400 millas de Palmyra, y hay gente de Gilbert que vive allí; me llamó y me preguntó: "¿Necesita algo?" Dije: "Si tienen perros y gatos mayores, por favor, tráeme algunos". Así que me trajo un perro y un gato. Al final, tuve tres perros, dos gatos y 100 gallinas. (Les construí un gallinero y usé asientos de inodoro viejos de la base naval para sus nidos. Conseguía unos 25 bemoles al día).

A veces tomaba mi pequeño bote de vela y salía de la isla. (Tenía un ancla adentro con mucha cuerda y una cadenita, porque si pasaba algo, podría estar saliendo y no poder regresar). Y cuando tomaba mi bote y salía alrededor de la isla , ¿Sabes que? El delfín mular me seguía, pasaba por debajo de mi bote y saltaba en el aire. Fue increíblemente hermoso hacer cosas como esta.

Además, yo tenía un contacto por radio todos los días a las 5 de la tarde con Hawaii, un amigo mío, que me podía decir si alguien venía a visitar la isla. La mayor parte del tiempo en Palmyra, por supuesto, nadie vino: solo tuve dos o tres meses durante los cuales vino gente. El resto del tiempo nadie navegó en nuestra dirección debido a la temporada de huracanes en el norte y el sur.

Pero a veces, tenía algunos visitantes, y cuando venían de Hawái, tenían que ponerse en contacto porque necesitaban pagar y firmar que entendían las reglas y regulaciones. También preguntaban: "¿Qué necesitas, Roger?" Siempre les decía: "Tráiganme un saco grande de cebollas, un saco grande de papas, ajo, una botella de ron, una caja de vino", y eso les daría dos o tres semanas gratis en la isla. En ocho años, no me quedé sin papas, ajo y cebolla.

Tenía un cóctel muy famoso en esos días, que bebía todos los días a las 5 de la tarde: estaba hecho de vino, ron y Tang.

Después de eso, iría con mi perro, o, al final, mis tres perros, y perseguiría a las ratas. Había muchas ratas allí ; el perro era tan bueno en eso. Luego, a veces me iba a dormir en mi bote, oa veces dormía en la habitación que construí.

A veces, cuando estaba solo durante largos períodos, me ponía un poco salvaje. Yo no me pondría zapatos. Me porté como un animal con mi perro. No usaría ropa. A veces pasaba cuatro o cinco meses y nunca me ponía ropa. A veces me ponía tan salvaje que el perro desafiaba mi autoridad.

Quería alejarme de la civilización, de la gente y estar muy cerca de la naturaleza, y lo hice. Al final, estaba muy, muy, muy feliz. Yo estaba tan feliz.


Sin embargo, cuando dejé Palmyra definitivamente en 2000, me costó mucho readaptarme a la civilización. Regresé a Hawái y vi a un tipo que pasaba en bicicleta y hablaba por teléfono, pero no tenía idea de que existieran los teléfonos celulares. No podía creer el ritmo acelerado de la sociedad; fue demasiado rápido Nadie tiene tiempo.

Y después de Palmira, ya no me gustaba estar solo. Eventualmente, sin embargo, conocí a mi esposa y, después de eso, fui bueno.

Creo que somos tan privilegiados de estar vivos y poder ir a ver cómo viven otras personas en este pequeño planeta. No sé por qué estoy aquí, pero soy muy, muy privilegiado de estar vivo. Es bonito ir a ver cómo viven otras personas, cómo hacen las cosas las otras culturas. Pero en el gran esquema de las cosas, no somos absolutamente nada en el universo.


Opinion | I agreed to live alone on a Pacific atoll for a year. Here's how I stayed for eight.
--------------------------

Para explorar atolones desiertos del pacifico en Google Maps.

Google Maps Atolones en el Pacifico
 
Última edición:
castaway-fapfapfap.gif
 
Pero tu estas orate?

Esos perros hasta atrapan tiburones, minuto 1:00:00 del video.

Por no hablar de la compañia de unos perros en una isla desierta.
h
Cuantas gayolas han caido viendo el reportaje?
 
Para beber esperando a que llueva o como va la cosa?
Por evaporación, no puedes mantener ni a una colonia de 100 personas y cuando la sal y el sol corroan los equipos ,game over

Enviado desde mi SM-N975F mediante Tapatalk
 
Para beber esperando a que llueva o como va la cosa?
Por evaporación, no puedes mantener ni a una colonia de 100 personas y cuando la sal y el sol corroan los equipos ,game over

Enviado desde mi SM-N975F mediante Tapatalk

Tradicionalmente las comunidades que viven en atolones, sin rios ni lagos de agua dulce, usan pozos. Los atolones tienen acuiferos poco profundos a 1.5 o 2 metros.

Agua dulce en los atolones

Geologic-cross-section-of-a-typical-atoll-island-from-the-lagoon-side-to-the-ocean-side.png

Tambien se montan depositos para recoger el agua de lluvia.

Tienes tambien montones de palmeras con cocos. Aunque no conviene beber solo agua de cocos durante mucho tiempo, pues es diuretico, te hace miccionar mas. Otro articulo sobre la supervivencia con agua de cocos.

Puedes tambien desalinizar agua de mar, con metodos caseros como un plato un vaso y una tela impermeable, o usar energia solar para equipos de desalinizacion Portatil.

Otra opcion en caso de emergencia, igualmente aplicable si estas perdido en el mar sin agua dulce y puedes pescar, es que se puede sacar el agua de los ojos del pescado y de la espina dorsal. Conviene no comer los pescados porque eso requiere mas gasto de agua del organismo. Solo en el caso de que consiguas recolectar agua de lluvia puedes comerlos.
 
Tradicionalmente las comunidades que viven en atolones, sin rios ni lagos de agua dulce, usan pozos. Los atolones tienen acuiferos poco profundos a 1.5 o 2 metros.

Agua dulce en los atolones

Ver archivo adjunto 1202329

Tambien se montan depositos para recoger el agua de lluvia.

Tienes tambien montones de palmeras con cocos. Aunque no conviene beber solo agua de cocos durante mucho tiempo, pues es diuretico, te hace miccionar mas. Otro articulo sobre la supervivencia con agua de cocos.

Puedes tambien desalinizar agua de mar, con metodos caseros como un plato un vaso y una tela impermeable, o usar energia solar para equipos de desalinizacion Portatil.

Otra opcion en caso de emergencia, igualmente aplicable si estas perdido en el mar sin agua dulce y puedes pescar, es que se puede sacar el agua de los ojos del pescado y de la espina dorsal. Conviene no comer los pescados porque eso requiere mas gasto de agua del organismo. Solo en el caso de que consiguas recolectar agua de lluvia puedes comerlos.
En un atolon un acuífero o pozo de agua dulce es casi imposible que no esté contaminado por agua salada , y como digo arriba, cualquier equipo de desalinizacion se corroe en menos de un lustro

Enviado desde mi SM-N975F mediante Tapatalk
 
En un atolon un acuífero o pozo de agua dulce es casi imposible que no esté contaminado por agua salada , y como digo arriba, cualquier equipo de desalinizacion se corroe en menos de un lustro

Enviado desde mi SM-N975F mediante Tapatalk
¿Desalinizadora solar de vidrio?


Como que "Supervivencia" no es lo más adecuado. Recibe ayuda del exterior.
 



Yo no soy de La Sagra, sino de Aragón, pero de un sitio reseco que comparte características de abandono y soledad. Es un territorio desértico, pero, aunque no haya motivos para sospecharlo, descansa sobre una falla geológica en la que desde hace millones de años se acumula un agua purísima a miles de metros de profundidad. En Medinaceli sale tan helada que aquellos viajeros no avisados que meten la cabeza bajo el chorro en los días más calurosos del estío sufren pasmos, en Alhama sale caliente, y en el resto de sitios normal, a saber por qué. Los científicos saben de sus ciencias, pero poco de lo que no se enseña en las clases magistrales en las aulas zaragozanas, tan lejos de los montes de encinos y las comarcas sin nombre, habitadas por personas que desarrollaron por fuerza ciertas peculiaridades, cuya existencia sólo conocen los que callan sobre ellas.

El carácter de los lugareños, sin dejar de ser seco, es más sociable si hay vino de garnacha de la zona de por medio, tosco y fuerte, que hace hablar a los ancianos viudos de las mujeres que aconsejaban no hablar de lo que habían visto u oído.

El lugareño de pueblo habla, cuando hay lumbre y jovenlandesapio, como exorcizándose a sí mismo. Habla de lo que sabe, le han contado o intuye para obligarse a no verse nunca en la situación en la que se hallan, no aquellos que se alejan de su casa tres o cuatro leguas para trabajar sus tierras, sino quienes viven en los montes detrás de las últimas tierras cultivadas, allá donde no hay necesidad de ir, del otro lado de los vados de torrentes extraña y cuidadosamente adoquinados con guijarros grandes y oblongos, en una especie de opus spicatum, posiblemente heredado de los romanos, y que trazan una especie de frontera. Digo frontera, aunque nadie ha escrito ningún cartel señalándola; lo digo porque aquellos que viven fuera de las grandes urbes y frecuentan terrenos que llevan miles de años sin cambiar de aspecto, interpretan señales que para el común de la gente civilizada son invisibles. Las ven y hasta las huelen.

Cuando a los abuelos se les calienta el pico, te cuentan que la Paca se casó en estado. -Cuánto tiempo hace de eso, Braulio? -Ufff, hará lo menos 60 años! -Pero, ¡de qué me estás hablando, Braulio! Sesenta años, válgame Dios, que sigues aún con eso!

Te cuentan de las tonadillas que se inventaba el Villita, que era muy de la juerga y la guitarra, que cantaba coplas por Miguel de Molina y le dedicó una canción a la mujer del pastor, la que se metió una botella por el shishi, le hizo ventosa y no la pudo sacar hasta que la desculó el herrero. Te cuentan de los jovenlandeses. Cuando hablan de donde "los jovenlandeses" has de saber pescar, porque te pueden hablar de unos jovenlandeses de la semana pasada, de hace 300 años, de romanos o de celtíberos, e igual interesa darse un garbeo con un aparato que no se puede nombrar, pero pita al pasar sobre un metal. Si te hablan ya de jovenlandeses y verracos enormes, es que te están haciendo partícipes de una antiquísima tras*misión oral respecto a habitantes del epipaleolítico. Luego volverán a sus relatos jaraneros sobre Jose El Cebollas, pero que no le digas El Cebollas, porque se mosqueará mucho, por unos asuntos que ocurrieron.

Son sitios con mucha historia, muchísima, infinita, insondable; son generaciones sobre generaciones sobre generaciones contándose cosas a la hora de encontrarse, y, así como aspiramos moléculas de aire que habrán pasado por las narices de Moisés en Egipto o bebemos una molécula de agua sobre que en algún momento habrá chapoteado un euparkérido, habrá moléculas de leyendas, usos, costumbres y relatos que siguen circulando, siendo nosotros, los Don Braulio o los Jose El Cebollas, tan sólo unos pequeños entes de los que la tradición se vale para que le demos un pequeño impulso hacia adelante, uno más, hasta el próximo.

Eso, lo de repetir cosas habladas en el pasado, el Braulio lo ejecutaba con enorme eficiencia, casi sin pensarlo. Pero si le preguntabas por las fiestas, a pesar de los años y la voluntad que ponía en que no se notara, aún se podía apreciar un breve respingo y la pregunta: "¿Las fiestas? ¿qué fiestas? Ah, las fiestas... sí, las fiestas, ya, bueeno, eso". Ya no se mostraba tan lenguaraz y se le veía como si le hubieras tocado el ojo, así se encerraba y retraía.

Al Braulio era mejor no hablarle de las fiestas.

En lo que se conoce como El Triángulo del Agua de Aragón, hay fiestas y fiestas, hay feligreses y feligreses.

Hay los pobladores que se creen antiguos, pero que en realidad no lo son tanto, que profesan un catolicismo ferviente, y que creen la tradición de la España católica apostólica y romana es "la de toda la vida". Ésos, tienen las fiestas y las romerías del santoral, de las que viven las radios y televisiones autonómicas en los meses de calor, haciendo como que ponen el micrófono a los Amantes de Teruel para que hablen con voz engolada y con supuesta entonación medieval, mientras detrás una señorita de tez morena con la camiseta de la selección de fútbol de Colombia vende jabones y velas y un poco más allá, una camarera rumana pone cañas en la terraza del bar.

Los "otros" se dan un paseo por la plaza y la iglesia, pero al regresar a casa, contemplan la foto del bisabuelo y meditan sobre lo que estaría haciendo en los meses de la canícula, en los que los chorros de agua empapan musgos y riegan helechos con la neblina que se levanta al golpe con la roca y alimentan higueras salvajes bajo cuya umbría se olvida el calor sofocante, regalos de la naturaleza que algunos agradecen con unos signos que muy pocos reconocerían, porque no se ven en iglesia alguna. Los "otros", son los que al pasar por un cruce de caminos, miran en derredor y cuando nadie los ve, agregan una piedra a un montículo, que por otra parte, periódicamente es derribado por los unos, que reniegan de los hábitos paganos, y vuelto a levantar por los otros, que prefieren que los senderos estén protegidos de todo mal.
 
Volver