Pobre Rita, la que se reía de los fallecidos del metro, pero no te rías de sus adicciones.
¿Hasta matarla? Tú también le das al gin tonic por las mañanas
Yo me tomo una taberna de cazalla entera, que poca verguenza tenéis decir que Barberá se reía de los fallecidos del metro, que facilongos sois de haceros creer las cosas más absurdas y sin pies ni cabeza, faltando a la lógica y al mismo cerebro que de eso no tenéis y os las cuelan hasta por el tercer ojo.
Sí, lo digo y lo repito, lo viví, lo que hicieron todos los puñeteros días , día trás día con Barberá fue el mismo infierno, nadie lo habría aguantado , fue de no creer pero cierto.