Espartano27
Madmaxista
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La cruzada europea del ultra Steve Bannon | Internacional
El 'sueño europeo' de Steve Bannon se llama 'El Movimiento' ('The Movement'). Bajo ese nombre se resonancias franquistas, el ex estratega de Donald Trump se propone reunir a todos los grupos de la derecha populista europea bajo un mismo paraguas. El Movimiento tendrá su sede en Bruselas y su misión será dar la campanada en las próximas elecciones europeas
Mientras decenas de miles de británicos se manifestaban en las calles de Londres contra la visita de Trump, Steve Bannon convocaba en un hotel de cinco estrellas de Mayfair a una nutrida representación de la ultraderecha europea. "La reunión tuvo tanto éxito que vamos a empezar a contratar personal", reconoció Bannon a 'The Daily Beast'. "El mes de mayo del 2019 va a se enormemente importante para Europa".
El Movimiento aspira a ser algo así como la Internacional de la alt-right, tomando precisamente como modelo el "Momentum" que aupó a Jeremy Corbyn y que sirvió para reactivar a la izquierda británica. El propio Bannon asegura que su meta en convertirse en la antítesis de la fundación Open Society, del multimillonario americano de origen húngaro George Soros, que ha desviado el equivalente a 28.000 millones de euros para causas liberales en las tres últimas décadas.
"Soros es malvado, pero brillante", atestigua Steve Bannon, que ha dedicido apoyarse en la pequeña estructura de El Movimiento (creado realmente en enero del 2017 por el abogado belga Mischäel Modrikamen) para impulsar la fundación y el think tank con el que pretende dar alas a los grupos de la derecha dura europea.
Lejos de ahuecar el ala tras su dimisión como asesor de Donald Trump, y tras salir por la puerta trasera de Breitbart, Steve Bannon se ha reinventado a sí mismo como profeta de la alt-right en versión europea. El 50% de su tiempo, anticipa, lo pasará en los próximos meses en el viejo continente. El Movimiento arrancará con nueve personas en plantilla, con ambiciones de superar los 25. Su misión será hacer sondeos, acuñar mensajes, desplegar las armas de marketing electoral y contribuir todo lo posible al éxito del populismo de derechas en Europa.
El desembarco a la americana de Bannon causó divisiones iniciales en la ultraderecha tradicional europea, pero las resistencias van menguando al cabo de casi seis meses. Su bautismo de fuego se produjo precisamente en Francia, donde fue padrino de Marine Le Pen en la metaformosis del Frente Nacional en la Agrupación Nacional.
Allí tuvo, según él mismo reconoce, su momento 'eureka'... "¿De qué quieres que hable?", le preguntó a Marine Le Pen. "Todo lo que tienes que decir es que no estamos solos". Y Brennan se tomó a pecho la invitación y extendió su tarjeta de visita europea...
"Lucháis por vuestro país y os llaman racistas. Pero los días en que eso era un insulto se han quedado atrás. Los medios del establishment son los perros guardianes del sistema. Cada día que pasa, nosotros somos más fuertes, y ellos más débiles. Dejadles que os llamen racistas, xenófobos o lo que quieran, y llevad esas palabras como una medalla".
El segundo momento álgido fue su paso por Hungría, donde ejerció de adulador del primer ministro Viktor Orban, al frente del Fidesz-Unión Cívica Húngara. "Orban fue Trump antes que Trump", dijo. En Budapest, a finales de mayo, ante una audiencia a la que sumaron ultraderechistas de Polonia, de Eslovaquia y de la República Checa, lanzó otra de sus proclamas más difundidas: "Lo que importa es la supervivencia del Occidente ****o-cristiano. No tenemos por qué creer en el declive. No es una ley de Física. Podemos darle la vuelta".
En Suiza se reunió días después con los líderes de Alternativa para Alemania (AfD), también se dejó caer por Austria y finalmente volvió a Roma, a tiempo parar celebrar el éxito de su amigo, 'Il Capitano' Matteo Salvini, incrustado como ministro de Interior en el Gobierno de coalición del Movimiento Cinco Estrellas y la Liga Norte... "Italia es hoy por hoy la vanguardia de Europa. Si funciona en Italia, funciona en cualquier parte del mundo".
Los tentáculos de Bannon llegan ya a los países escandinavos, con el partido xenófobo Demócratas de Suecia (que supera el 20% en los últimos sondeos) y el ultraconservador Verdaderos Finlandeses como sus próximos objetivos. El ex asesor de Trump tiene también la mirada puesta en España y se ha convertido en asesor de Vox, el partido liderado por el ex parlamentario del PP Santiago Abascal.
Las incursiones de profeta de la alt-right han disparado las alarmas en Bruselas, ante las sospechas que su auténtico "sueño" sería dinamitar la Unión Europea desde dentro, y de paso hacerle un favor a su antiguo jefe. "La visión de extrema derecha de Steve Bannon y su intento de importar la política del repruebo al continente será rechazada por los europeos decentes", ha escrito en Twitter Guy Verhofstadt, el negociador del Brexit del Parlamento europeo. "Nosotros conocimos la pesadilla del nacionalismo y sabemos el daño que causó a nuestros países en el pasado".
El 'sueño europeo' de Steve Bannon se llama 'El Movimiento' ('The Movement'). Bajo ese nombre se resonancias franquistas, el ex estratega de Donald Trump se propone reunir a todos los grupos de la derecha populista europea bajo un mismo paraguas. El Movimiento tendrá su sede en Bruselas y su misión será dar la campanada en las próximas elecciones europeas
Mientras decenas de miles de británicos se manifestaban en las calles de Londres contra la visita de Trump, Steve Bannon convocaba en un hotel de cinco estrellas de Mayfair a una nutrida representación de la ultraderecha europea. "La reunión tuvo tanto éxito que vamos a empezar a contratar personal", reconoció Bannon a 'The Daily Beast'. "El mes de mayo del 2019 va a se enormemente importante para Europa".
El Movimiento aspira a ser algo así como la Internacional de la alt-right, tomando precisamente como modelo el "Momentum" que aupó a Jeremy Corbyn y que sirvió para reactivar a la izquierda británica. El propio Bannon asegura que su meta en convertirse en la antítesis de la fundación Open Society, del multimillonario americano de origen húngaro George Soros, que ha desviado el equivalente a 28.000 millones de euros para causas liberales en las tres últimas décadas.
"Soros es malvado, pero brillante", atestigua Steve Bannon, que ha dedicido apoyarse en la pequeña estructura de El Movimiento (creado realmente en enero del 2017 por el abogado belga Mischäel Modrikamen) para impulsar la fundación y el think tank con el que pretende dar alas a los grupos de la derecha dura europea.
Lejos de ahuecar el ala tras su dimisión como asesor de Donald Trump, y tras salir por la puerta trasera de Breitbart, Steve Bannon se ha reinventado a sí mismo como profeta de la alt-right en versión europea. El 50% de su tiempo, anticipa, lo pasará en los próximos meses en el viejo continente. El Movimiento arrancará con nueve personas en plantilla, con ambiciones de superar los 25. Su misión será hacer sondeos, acuñar mensajes, desplegar las armas de marketing electoral y contribuir todo lo posible al éxito del populismo de derechas en Europa.
El desembarco a la americana de Bannon causó divisiones iniciales en la ultraderecha tradicional europea, pero las resistencias van menguando al cabo de casi seis meses. Su bautismo de fuego se produjo precisamente en Francia, donde fue padrino de Marine Le Pen en la metaformosis del Frente Nacional en la Agrupación Nacional.
Allí tuvo, según él mismo reconoce, su momento 'eureka'... "¿De qué quieres que hable?", le preguntó a Marine Le Pen. "Todo lo que tienes que decir es que no estamos solos". Y Brennan se tomó a pecho la invitación y extendió su tarjeta de visita europea...
"Lucháis por vuestro país y os llaman racistas. Pero los días en que eso era un insulto se han quedado atrás. Los medios del establishment son los perros guardianes del sistema. Cada día que pasa, nosotros somos más fuertes, y ellos más débiles. Dejadles que os llamen racistas, xenófobos o lo que quieran, y llevad esas palabras como una medalla".
El segundo momento álgido fue su paso por Hungría, donde ejerció de adulador del primer ministro Viktor Orban, al frente del Fidesz-Unión Cívica Húngara. "Orban fue Trump antes que Trump", dijo. En Budapest, a finales de mayo, ante una audiencia a la que sumaron ultraderechistas de Polonia, de Eslovaquia y de la República Checa, lanzó otra de sus proclamas más difundidas: "Lo que importa es la supervivencia del Occidente ****o-cristiano. No tenemos por qué creer en el declive. No es una ley de Física. Podemos darle la vuelta".
En Suiza se reunió días después con los líderes de Alternativa para Alemania (AfD), también se dejó caer por Austria y finalmente volvió a Roma, a tiempo parar celebrar el éxito de su amigo, 'Il Capitano' Matteo Salvini, incrustado como ministro de Interior en el Gobierno de coalición del Movimiento Cinco Estrellas y la Liga Norte... "Italia es hoy por hoy la vanguardia de Europa. Si funciona en Italia, funciona en cualquier parte del mundo".
Los tentáculos de Bannon llegan ya a los países escandinavos, con el partido xenófobo Demócratas de Suecia (que supera el 20% en los últimos sondeos) y el ultraconservador Verdaderos Finlandeses como sus próximos objetivos. El ex asesor de Trump tiene también la mirada puesta en España y se ha convertido en asesor de Vox, el partido liderado por el ex parlamentario del PP Santiago Abascal.
Las incursiones de profeta de la alt-right han disparado las alarmas en Bruselas, ante las sospechas que su auténtico "sueño" sería dinamitar la Unión Europea desde dentro, y de paso hacerle un favor a su antiguo jefe. "La visión de extrema derecha de Steve Bannon y su intento de importar la política del repruebo al continente será rechazada por los europeos decentes", ha escrito en Twitter Guy Verhofstadt, el negociador del Brexit del Parlamento europeo. "Nosotros conocimos la pesadilla del nacionalismo y sabemos el daño que causó a nuestros países en el pasado".