Standard Cable vuelve a andar tras dos años: La multinacional alemana Wilms la quiere como puente a

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A pesar de que nosotros todavía no nos queremos enterar, los listos de Europa sí saben cuál es nuestro potencial y utilizan nuestra ceguera a su favor.

Sigamos con la ceguera.

PD: El instituto que creo el Movimiento para las relaciones con Hispanoamérica fue, desgraciademente, no una idea propia sino una jugada estratégica de las altas jerarquías del nazismo para utilizar a España como Lacayo en su planeada conquista de Hispanoamérica para la Gran Alemania que planeaban. Algún día aprenderemos, sólo hemos de volver la vista hacia la historia y confiar en lo que La Montaña puede volver a hacer por España y la Hispanidad.


«De nuestro trabajo dependen nuestros compañeros». eldiariomontanes.es

Standard Cableteam Spain, antigua B3, ha conseguido fabricar los primeros cables de telecomunicaciones después de casi dos años parada y en el tiempo récord de diez días. Sus 25 trabajadores han tardado apenas una semana en poner a punto la maquinaria y arrancar la producción. Y si hay un denominador común a todos ellos es la ilusión y las ganas de trabajar. Pero también el nerviosismo. De sus resultados depende que una parte de sus compañeros vuelvan al trabajo. Poner en marcha la fábrica en la que algunos han pasado la mitad de su vida, ha sido complicado. Y lo que más les preocupa es que sus compañeros, y amigos en muchos casos, están en el paro, esperando que la fábrica funcione para volver cuanto antes a su puesto de trabajo. «De nuestro trabajo dependen nuestros compañeros. A mejores resultados antes podrán volver a trabajar y podrán reincorporarse un número mayor», indica un grupo de ellos.

Pero el comienzo no ha sido un camino fácil. Producir los primeros cables con la marca Standard Cableteam Spain ha estado rodeado de grandes complicaciones. «Hasta poder grabar los cables con la marca ha sido complicado. Todo se traduce en pagos y papeleo», dice un operario. Casi dos años parada la factoría, que se encuentra junto a una ría, no han ayudado tampoco a mantener las máquinas de la antigua B3 de Maliaño en buen estado. Más bien todo lo contrario. Sus 25 trabajadores afrontaron este desafío de poner en marcha la factoría con ilusión y con muchas ganas de recuperar la producción de cables, lo que llevan haciendo toda la vida.

Para ellos es importante saber que hay un grupo industrial potente detrás. B3 tuvo que cerrar por falta de dinero y porque ningún banco concedía ya créditos a la empresa para poder comprar material. Y aunque había clientes y pedidos, no pudieron fabricar porque nadie les fiaba para poder comprar cobre. Cuál fue la sorpresa del nuevo director cuando recién firmado el contrato se encontró con un camión en la puerta cargado con 30 toneladas de cobre y dos camiones más con 50 toneladas de plástico. Todo listo para empezar a producir.

Fue el pasado 16 de octubre, un día después de que el grupo alemán Wilms firmara los papeles para comprar B3 y empezar a producir cables bajo la marca Standard Cableteam. Ese día entraron los primeros 25 trabajadores. Y se encontraron un panorama desolador. Goteras, suciedad, máquinas oxidadas, herramientas rotas... A más dificultad, más ganas de trabajar. Se pusieron manos a la obra y en apenas una semana lograron la puesta a punto de una pequeña parte de la factoría. Hoy su primera línea de producción –hay trece– está en funcionamiento y los primeros cables listos para entregar a Telefónica. Pero no todo ha sido un camino de rosas. Han ido probando máquinas y líneas de producción y la mayoría fallaron. Tuvieron que cambiar piezas y centrarse en una única línea de producción. «Hay que saber un poco de todo», dicen.

Lo mejor es que los plazos se han cumplido y Telefónica les ha encargado un nuevo pedido. En él trabajan ya. Ilusión y optimismo no faltan entre los trabajadores. Saben que de su esfuerzo depende que se incorporen otros a la plantilla. A más esfuerzo, más trabajadores y antes en el tiempo. Los planes iniciales del grupo Wilms prevén que este año termine con 25 trabajadores, el próximo con 37 y 2015 con 50 operarios.

Unas cifras alejadas de las que manejan David Cano y el personal. «Con 25 trabajadores, declaran los empleados, es imposible que la fábrica sea viable. Hacen falta más operarios, porque la carga de trabajo llegará». El objetivo de Cano es alcanzar una plantilla de 75 personas a finales de 2014.

Los trabajadores que están ahora fabricando cables llevan entre diez y veinte años en la planta. Saben mucho de cables y la mayoría han pasado por distintos departamentos. Pueden estar en cualquier parte del proceso productivo. Desde el aislado, hasta el cableado. En ‘la Standard’, como se conoce a esta planta en Maliaño, se fabrican cables de cobre y fibra óptica de telecomunicaciones y señalización ferroviaria. «Somos muy buenos», dicen los trabajadores, quienes explican que llevan «toda la vida haciendo este trabajo y sabemos de lo que hablamos». Siempre se dijo en Maliaño que en la Standard entra cobre y sale oro.

Reducir la fábrica a la mitad

Ahora el objetivo es poner a punto entre siete y nueve líneas de producción y, de las otras, utilizar las piezas que estén en mejor estado para reparar las máquinas que queden en funcionamiento. La dirección calcula que el arranque real de la planta será en enero de 2014.

Ahora lo que se ha conseguido es completar el pedido de Telefónica. «Perderlo hubiera sido nefasto», dice un trabajador, quien señala que si no se llegan a cumplir los plazos, la empresa debería iniciar el proceso de homologación para volver a trabajar con Telefónica, proceso que podría prolongarse durante un año.

En enero, la fábrica tendrá listas sus siete o nueve líneas de producción. La mitad de lo que tenía antes de cerrar. No se trata de vender la maquinaria, sino de dejar menos líneas de producción, pero que funcionen al cien por cien. «Se trata de producir un buen producto, el mejor, y recuperar los antiguos clientes», indican desde la fábrica. En apenas siete días se ha contactado con antiguos clientes de 27 países que, en algunos casos, están dispuestos a volver a trabajar con la Standard.

«Cuanto antes crezcamos, antes la planta será rentable y así podremos incrementar la plantilla» dijo el responsable de Standard, que también considera que se estará por encima de los compromisos adquiridos. Su objetivo es facturar 2 millones de euros en 2014 y llegar a una plantilla de 75 empleados.

Están contentos, aunque con el nerviosismo propio de saber que de ellos depende el futuro de muchos extrabajadores de B3. «Poco a poco sacaremos la empresa adelante. Y se que saldrá adelante, lo pensé en el pasado, lo pienso en el presente y lo pensaré en el futuro», dice uno de los operarios que estuvo más de quince años en la antigua B3, antes Nexans. Mientras, su compañero se ocupa en desatascar una máquina. Nada parece funcionar, pero hay que estudiar bien la máquina para ponerla a trabajar. Tampoco funcionan las máquinas que controlan el proceso. Y es que la humedad ha secado la tinta y habrá que limpiarlas. Todos trabajan en todo. Codo con codo. Pero con el objetivo común de sacar adelante la empresa. Y es que todos piensan que la empresa tiene futuro. «Llevamos cien años fabricando cables. Sabemos lo que hacemos», dicen los contratados.

Otra gran esperanza de estos trabajadores es que el grupo Wilms quiere utilizar la planta de Maliaño como puente entre Europa y Latinoamérica, donde quiere empezar a expandirse. El motivo principal: el idioma. Son buenas noticias, pero al final los resultados económicos son los que mandan. La factoría de Maliaño, como el resto de las que integran el grupo Wilms, funcionará de forma independiente, aunque aspectos como la compra de materia prima se gestionen desde una central. Los beneficios o pérdidas serán suyos.

El grupo Wilms tiene 65 fábricas en el mundo –22 relacionadas con la fabricación de cable–, facturó 1.200 millones de euros en 2012 y emplea a unos 5.500 trabajadores. Está considerado como el segundo mayor consumidor de cobre de Europa.
 
Alemania suempre nos empuja a Latinoamérica, porque Alemania también somos nosotros.
 
Ya, pero joroba que la iniciativa no salga de nosotros.

¿Conoces la historia de Von Faupel, instituto de cultura Hispánica, etc...?

No se puede en esta vida ser un pusilánime que sólo se mueve cuando ve que los demás lo hacen.

Alemania suempre nos empuja a Latinoamérica, porque Alemania también somos nosotros.
 
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