Sorpresa en la industria por la apuesta del Gobierno por el gigante militar de EEUU
Sánchez cuida a Lockheed Martin con un gran contrato antes de la visita a Biden
Fernando H. Valls
Madrid
30/04/2023
España afianza la relación con el gigante del armamento estadounidense Lockheed Martin coincidiendo con la inversión en Defensa más ambiciosa de la historia. El Gobierno ha decidido dar prioridad a la adquisición de material de guerra ‘made in USA’, decisión plasmada esta misma semana en la aprobación de un importante contrato millonario en el último Consejo de Ministros.
No es el primer compromiso ni será el último. Pedro Sánchez visita el próximo día 12 a Joe Biden en la Casa Blanca con varios puntos en el orden del día entre los que se incluye el horizonte en materia militar. En la industria militar nacional esta apuesta ha provocado sorpresa. Lockheed Martin es el mayor contratista del Ejército estadounidense. Cazas de combate, helicópteros, misiles, radares…
Pocas empresas tienen en el mundo un catálogo tan amplio de material defensivo y ofensivo. Con España, donde la multinacional dispone de una oficina comercial, la relación ha sido histórica y acaba de ser reforzada. El Ministerio de Defensa autorizó el 25 de abril el primer gran contrato de los nuevos programas especiales de Defensa, que fue a parar al gigante con sede en Maryland. Unos 820,5 millones para adquirir ocho helicópteros multipropósito MH-60R, los conocidos como “Romeo” en el argot militar. “Estos nuevos aparatos –explica el Gobierno- sustituirán a la flota de helicópteros SH-60B [también de Lockheed Martin] y permitirán a la Armada cubrir sus necesidades y actualizar y potenciar sus capacidades”.
“La adquisición de este sistema de armas conlleva asimismo el suministro de distintos equipos asociados al mismo y un apoyo logístico inicial”, añade el Ejecutivo. Operación estratégica, en definitiva. La industria militar nacional mira con cierto resquemor este primer movimiento económico. Entienden que el anuncio se realice en un momento político clave, la visita de Sánchez a Washington en el inicio de la campaña electoral, pero echan de menos un apoyo similar a la tecnología hecha en España y que genera puestos de trabajo en Europa.
“Nos gustaría que colaborar con Estados Unidos en el Romeo y en otros proyectos, claro”, admite una gran compañía nacional. Reclaman, por tanto, acelerar los grandes contratos con empresas como Airbus o Indra. El Ministerio de Defensa y la empresa Lockheed Martin fueron contactadas pero no respondieron a la solicitud de información sobre sus relaciones comerciales. La apuesta de España por Lockheed Martin no acaba en los helicópteros Romeo. El Gobierno contempló en los Presupuestos en vigor un gasto de 145 millones para comprar nuevos misiles Patriot, uno de los productos estrella del gigante estadounidense.
Actualmente España tiene desplegada en Turquía una batería de estos misiles. Además, Defensa, a través de la Armada, tiene que tomar en los próximos meses otra gran decisión que afectaría a Lockheed Martin. Se trata de la renovación de los actuales Harrier, aviones de despegue y aterrizaje vertical que ya se encuentran obsoletos. El programa, dotado con 6.250 millones, aún no tiene adjudicatario, pero sí un gran favorito: los F-35 de la marca estadounidense, que es el único avión en el mercado capaz de operar verticalmente en buques militares.
Este cazabombardero de quinta generación que puede llegar a alcanzar los 2.000 kilómetros por hora es, según fuentes del sector, el mejor posicionado para ganar este importante contrato militar. Sánchez se presentará en la Casa Blanca ante Biden con estas credenciales económicas y militares bajo el brazo. Desde la moción de censura los nexos con Washington nunca habían sido tan intensos y eso es fruto de una evolución por parte del Gobierno español. La Moncloa está ahora firmemente comprometida con la apuesta militar, en un escenario de guerra en Ucrania, pero en 2019, con Donald Trump en el poder, el propio Sánchez tomó la decisión de retirar la fragata Méndez Núñez del grupo de combate liderado por Estados Unidos. Eso fue considerado como un agravio en Washington. La ampliación de las bases de Rota y Morón también ha llegado con el Gobierno de coalición.
Lockheed Martin, Indra y el radar
La colaboración de Lockheed Martin, un gigante con una capitalización bursátil que se acerca a los 120.000 millones de dólares, con las empresas españolas ha sido puntal en el terreno militar. La compañía estadounidense comenzó a trabajar en 2017 en un proyecto junto a Indra, la firma de tecnología militar española llamada a ser la joya de la corona del entramado empresarial público en el sector, para construir radares de última generación para las fragatas F-110 de la Armada.
Sin embargo, divergencias por la tecnología a emplear llevaron a ambas compañías a romper de forma parcial esta alianza empresarial hispanoestadounidense.
Fue una ocasión perdida y tuvo su eco en la industria de Defensa nacional. Fuentes del sector apuntan que detrás de la reciente salida del consejero delegado de Indra, Ignacio Mataix, podría encontrarse, entre otras cuestiones, esta operación fallida con Estados Unidos. En la empresa española este desencuentro aún colea. Lockheed Martin también se ha encargado de desarrollar el principal sensor acústico para operaciones sumergidas del submarino S-80 de la Armada, tal y como la empresa destaca en su porfolio oficial.
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