Soraya y los privilegiados

Soraya y los privilegiados

El pasado día 22 de diciembre, Soraya Sáenz de Santamaría juraba ante el Rey su cargo con la siguiente fórmula: "Juro cumplir con las obligaciones de vicepresidenta del Gobierno, con lealtad al rey, y guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, así como mantener el secreto de las deliberaciones del Consejo de Ministros". Si bien en un lapsus, dijo "jurar y hacer guardar la Constitución" en lugar de "guardar y hacer guardar la Constitución". (1)

Recordemos que nuestra Carta Magna, la que ha sido aprobada por el pueblo español y rige nuestra Nación, dice en su artículo 35: "1. Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sesso." (2)

Pues bien, tan sólo un día después de jurar guardar la Constitución (confiemos que el error en la fórmula haya sido sólo un lapsus) declaraba la flamante vicepresidenta en su primera rueda de prensa tras un Consejo de Ministros: "el que tiene trabajo debe sentirse un privilegiado" (3)

Convendría ver lo que la Real Academia Española dice sobre los derechos y los privilegios: Derecho: 10. m. Facultad de hacer o exigir todo aquello que la ley o la autoridad establece en nuestro favor, o que el dueño de una cosa nos permite en ella. (4). Privilegio: 1. m. Exención de una obligación o ventaja exclusiva o especial que goza alguien por concesión de un superior o por determinada circunstancia propia. (5)

Entonces parece que la concepción del trabajo como derecho que proclama nuestra Constitución no se ajusta con la concepción de la señora vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría y que los trabajadores no están haciendo uso de ningún privilegio sino de un derecho.

También, quizás habría que recordarle a la señora vicepresidenta que los cinco millones de parados con los que cuenta España en la actualidad (una de las tasas de paro más altas del mundo) no buscan ningún privilegio, solo buscan elegir una profesión, salir adelante en la vida con el ejercicio de esta y tener una remuneración para satisfacer sus necesidades; y eso es un derecho, un derecho garantizado por nuestra Carta Magna.

Esperemos que, al igual que el lapsus del juramento, esta definición del trabajo solo sea cuestión de matiz, del nerviosismo de estos días, y no de una cuestión de falta de visión o de de inteligencia políticas, ya que eso sería muy perjudicial para todos, pensando además que Soraya Sáenz de Santamaría es uno de los máximos dirigentes de instituciones en que se requiere de ambas.



(1) larazon.es/noticias/show_sin_cache/10083-los-trece-ministros-de-rajoy-juran-su-cargo-ante-el-rey?abrir=abrir

(2) noticias.juridicas.com/base_datos/Admin/constitucion.t1.html#a35

(3) intereconomia.com/noticias-gaceta/economia/deficit-y-reformas-laboral-y-financiera-prioridades-gobierno-rajoy-20111223

(4) buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=derecho

(5) buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=privilegio

De todas maneras es lo que hay.

El otro día salían los chicos del instituto de la excelencia de Espe. Los de las buenas notas y tal.

Les preguntaban su vocación:

ECONOMICAS
A.D.E.
DERECHO


Y es lo que hay.

Esas carreras tienen ese glamour que no tiene el físico cuántico encerrado en su laboratoría, con bata blanca, mendigando subvenciones de I+D+I y con celofán en la unión de las gafas.... (estoy caricaturizando)

Y eso es lo que sus papis les meten en las cabezas.