Este jilo es un claro ejemplo de los dos errores típicos al catalogar un país.
1) Tomar por verídica toda la información que llegue al sofá de tu casa. La de insensateces que se justifican tomando como referencia el vidrio de un particular o los rankings de websites abarcatodo, en esta vurvuja sensacionalista no veas el mar de citas. Ej que KL es insegura porque lo dice numbeo, ej que no me voy a Indonesia porque son jovenlandesacos y no habrá fiesta y luego resulta que un lugar aislado de allí como Manado tiene una marcha que te cagas. O sea, para saber cómo funciona realmente un país hay que pisarlo. Además también te sirve para observar si cumple con tu orden de prioridades, por ejemplo Filipinas es la leche de hospitalaria, entonces si lo que te va es recibir un montón de cariño pues palante. O si entre otras cosas lo que buscas son servicios del primer mundo lo contrario, mejor no vayas.
Este punto no deja de lado que debas conocer algunas normas básicas antes de ir o de instalarte así por las buenas. En el Líbano por ejemplo pagar con tarjeta es la fin prematura, ya que la tras*acción se vintuplica, sí 20 veces lo que pagas con cash. Y en Filipinas la tierra no se vende, que para eso surgieron las Special Economic Zone, para animar a la inversión extranjera, insuficiente a todas luces y que les ha dejado como nación maquila. Duterte, el sujeto paradigmático, se cagó en los useños, se cagó en la Iglesia católica, y no le ocurrió nada en las encuestas, hasta un ejjperto como yo flipaba, el tío zarandeando un par de iconos que me creía sacrosantos. Entonces lo intentó igualmente con liberar la tierra, juer no tardó ni dos miliseconds en recular. O séase, si uno pretende escalar en la política el tema es tabú.
2) Otra de las novatadas muy típicas es dar por hecho que tu ética y tus costumbres son las buenas y las coherentes, exportables al sitio que te desplaces y sin rechistar. Muy presente este error en mochileros occidentales, porque la democracia nació en Uropa y tal. Y valgan como ejemplo esos atontaos que se fueron a repartir amor yendo en bicicleta por Turkmenistán creo que era, con el resultado conocido. Y en el caso de Filipinas está el asunto de casarse con una pinay, sujeta que te puede tratar como un marqués pero que necesita de un casting previo y no solo ellas sino su entorno y su familia sobre todo. Porque le da prioridad a su familia antes que a ti, entonces si te casas con ella y pones a su nombre esa propiedad que como extranjero no puedes validar por ti mismo pasas a ser simplemente uno más y lo que es peor, una vez cogido por las pelotas, tooodo cristo te va a pedir dinero para lo que sea, una moto, un entierro, lo que sea, allí se considera que un occidental es Onassis y no se cortan un pelo presionándote o chantajeándote.
Claro, el novato daba por hecho que las cosas funcionaban como en su casa, que esa vecina, esa chica del instituto con la que ha compartido muchos temas, con la que guarda años de complicidad y de mutua confianza, no se la va a pegar inesperadamente en caso de arrejuntarse.