Aún poniéndome en la postura de que aceptase como válidos todos los parámetros del cambio climático, incluyendo la influencia humana, e incluyendo la capacidad de revertirlo bajando las emisiones, hay un factor para mi crucial que los políticos han ocultado a los ciudadanos, y que se lo están empezando a encontrar. Que es...el coste de la factura.
Los más simples y activistas piensan que volvernos super ecologistas y funcionar sin combustibles fósiles bajará un puntito nuestras vidas. Ya sabemos, lo del consumismo excesivo, que tenemos demasiadas cosas y demás.
El problema es que no comprenden, ni de lejos, en qué terreno nos estamos metiendo. Estamos perdiendo competitividad, y aún no hemos llegado a rozar las consecuencias reales. Ya vemos que la inflación ha llegado para quedarse, que tenemos intereses (e hipotecas por las nubes...), y ahora viene la fase en que nuestras empresas simplemente empezarán a bajar ingresos, y todo lo que venga después. Congelaciones de salarios, paro, etc.
Para más inri, todos esos cambios que se están haciendo tienen una reversibilidad muy mala. Cerrar una nuclear es fácil, construirla son 10 años entre burocracia y obras, y una inversión de muchísimos millones. Poner impuestos es fácil, quitarlos roza lo imposible.
El gran problema será que cuando la población explote y empiece a encorrer a gorrazos a los políticos, cuando comprueben lo que de verdad significaban todas esas palabras tan guays, darle la vuelta a la tortilla requerirá de 1-2 décadas, y mucho acierto. Se habrá destruido una barbaridad de capital, con lo que cuesta crearlo.
La peña piensa que estas cosillas son como si te quitasen 50€ de la cuenta al mes, algo deseable y asumible. Cuando todos los factores negativos se junten, y la capacidad adquisitiva haya bajado un 30% ó un 40%, se van a enterar de lo que vale un peine.