Si eres lgtb pues eso que te llevas. Es drama, porque lo es, pero todo está claro en tu cabeza. Puedes ser consecuente. Además, todo el mundo quiere tener un amigo lgtb. Ser lgtb puede ser parte de tu personalidad. Igual que ser hetero.
No eres lgtb. Eres bisexual. Algunos tíos te gustan, te enamoras pero no te gustan los tíos sino algunos muy concretos.
Si se te acerca un lgtb al que le gustes percibe que lo eres, compartes con él mucho, pero no lo eres y en realidad no compartes nada.
Respecto a las tías, todo es más fácil, pero son tías, son exigencias sin fin. Ellas no son cómo tú pero tú las entiendes mejor de lo que se imaginan.
Entiendes a todos pero pocos te entienden a tí, y si lo hacen se engañan cómo tú te engañas también. No te entiendes realmente. Debes engañarte, justificar el deseo.
Básicamente así se resumen mi gaieria. Toda deseo de ser lo que siento y que el mundo me acepte tal cual soy. Me siento muy raro.
Lo quería compartir porque ya me da lo mismo. Los amores más verdaderos y grandes de mí vida, los que me dieron sentido, o más bien quitaron todo sentido, han sido algunos amigos. Soñaba con que en algún momento ese deseo inmenso, casi irrefrenable, fuera posible expresarlo sin más necesidad de explicarse que la de simplemente ser.
No eres lgtb. Eres bisexual. Algunos tíos te gustan, te enamoras pero no te gustan los tíos sino algunos muy concretos.
Si se te acerca un lgtb al que le gustes percibe que lo eres, compartes con él mucho, pero no lo eres y en realidad no compartes nada.
Respecto a las tías, todo es más fácil, pero son tías, son exigencias sin fin. Ellas no son cómo tú pero tú las entiendes mejor de lo que se imaginan.
Entiendes a todos pero pocos te entienden a tí, y si lo hacen se engañan cómo tú te engañas también. No te entiendes realmente. Debes engañarte, justificar el deseo.
Básicamente así se resumen mi gaieria. Toda deseo de ser lo que siento y que el mundo me acepte tal cual soy. Me siento muy raro.
Lo quería compartir porque ya me da lo mismo. Los amores más verdaderos y grandes de mí vida, los que me dieron sentido, o más bien quitaron todo sentido, han sido algunos amigos. Soñaba con que en algún momento ese deseo inmenso, casi irrefrenable, fuera posible expresarlo sin más necesidad de explicarse que la de simplemente ser.
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