Martaurado2
Himbersor
Primero por pedir disculpas sobre la longitud del tema; pero hay que explicar una serie de cosas sobre MENÉAME Y sobre su funcionamiento para que quien no lo conozca no se pierda:
En Menéame, en cambio, hay dos cosas que dan el pasaporte cualquier atisbo de libertad ideológica en el agregador: el sistema de negativos y sanciones, y la “Chupipandi” Y ¿qué es la “Chupipandi”, dirá alguno? Pues veréis:
Allá para 2005 o 2006, en los albores de Menéame, había muy pocos usuarios, lógicamente; apenas unos cientos en toda España. Como nuevas ideas producen entusiasmo, los usuarios comenzaron a realizar quedadas en varias ciudades de España, y así se conocían personalmente, cenaban juntos, etc. La mayoría de ellos eran de izquierda, pero no todos, y aún había respeto y buen rollo durante los primeros tiempos. Con los años, se fueron yendo los más moderados o de derecha de entre ellos (veremos por qué) y, si queda alguno, permanece alejado de todo poder de decisión. Los que quedan, muy escorados hacia la línea de Podemos y PSOE, son lo que llamaríamos La Vieja Guardia de Menéame: coloquialmente, la “Chupipandi”, o "Chupis"
Ahora veremos cómo controlan todo el sistema, imponiendo en la práctica una asfixiante tiranía.
El sistema funciona por “Karma”, que aumenta si envías noticias que llegan a “Portada”. Para ello los usuarios pueden votar ”positivo” o “negativo” a los envíos de otros usuarios; pero como resulta que el voto de un usuario (a favor o en contra) vale mucho más si su karma es alto, es fácil que, entre tres o cuatro usuarios de karma alto (el máximo es 20) suban una noticia a portada o hundan otra cuyo sesgo político no les convence. Ya pueden imaginar qué noticias aparecen más en portada y cuáles son hundidas en cero coma.
Los usuarios pueden comentar sobre una noticia, y también en una utilidad aparte llamada “Nótame”. Los comentarios también reciben votos a favor y en contra; si tu comentario pasa a tener “karma” negativo, se pondrá en gris y se ocultará a la vista de los otros usuarios.
Hay muchas más reglas, pero lo anterior basta para comprender cómo, “la Chupipandi” de 2006, que alcanzó enseguida karmas cercanos a 20 (por el simple expediente de votarse entre ellos (“Eh, un envío de ZoeZoe” y todos a votar) ha podido, gracias a unos dueños absentistas (sobre todo los actuales, Daniel Seijo y Remo Domingo) controlar sin esfuerzo toda la web.
Hay unos administradores: en este momento dos son fijas (Carme y Patchgirl) y existen otros que se van turnando, pero nada de sorteo ni democracia: como los visigodos, nombrados a dedo entre la “Chupipandi”. Son ellos los que aplican las sanciones. En teoría, son para moderar el debate, pero en la práctica son para imponer su tiranía y cortar cualquier atisbo de Libertad de Expresión.
Alcanzar un karma mayor a 15 o 17 te da unos ciertos privilegios, pero ni sueñes alcanzarlos si eres un “díscolo con su sistema”. Como me pasó a mí en varias ocasiones, en cuanto pasas de 10 (a base de no discutir con nadie, no contestar a ninguna provocación, y no mandar noticias “polémicas”) te “calzan” un strike o un baneo (temporal o definitivo) por cualquier motivo, a veces ridículos (por dudar si se gasta bien el dinero invertido en Centros de Acogida; por contar que a mis hijos les relataba la fábula de “La Cigarra y la Hormiga” haciendo que al final a la cigarra le dieran una Pensión No Contributiva…); y hay que tener en cuenta que un strike o baneo de tres o cuatro días, más el tiempo de recuperar el karma para que puedas votar (6,25) es una semana fuera; y si debatías con alguien, has quedado ya fuera de toda la discusión. En teoría hay un sistema de reclamación, @Abuse, pero a mí solo me han contestado una vez, para decirme que me leyera las normas (que, a mi juicio, habían aplicado mal…) Hay un Tribunal de Apelación, formado por los mismos administradores que te han sancionado, y para más recochineo el sistema de comunicación es el mismo: @Abuse…
Los motivos “oficiales” de sanción pueden ser “incitación al repruebo”, “mandar bulos”, “insultos”, etc. donde, por supuesto, son los “Chupiadministradores” los que deciden qué es bulo o qué incita al repruebo; y, claro, el insulto será insulto o “descripción” según quién lo lanza, y contra quién. Por cierto que, como en tiempos de la Gestapo o la NKVD, el sistema es muy eficiente gracias a los abundantes chivatos y pelota que avisan a los administradores para que ningún “díscolo” se quede sin sanción”.
En fin, baste esto para señalar la absoluta arbitrariedad, endogamia, falta de tras*parencia y de libertades que imperan en Menéame.
Aunque, últimamente, entre los usuarios normales se detecta un cierto hartazgo de la tiranía impuesta por los administradores. De vez en cuando algún artículo (se pueden escribir artículos de colaboración, además de mandar noticias) denuncia esta situación y las injusticias cometidas y no se atreven a censurarlo por los apoyos que recibe. Hace relativamente poco tiempo, una queja así, y sobre todo si eras de los “díscolos”, era cerrada por los propios administradores, y el atrevido autor del artículo recibía a los tres o cuatro días una sanción, por cualquier otro tema sin relación. Por supuesto, esto ha servido para que los pelota de los chupipandi digan “¿Veis? Luego os quejáis de falta Libertad de Expresión. ¡jorobar, esto ya parece Forocoches!” Pero lo cierto es que los dueños, o los administradores, se han dado cuenta de que mucha gente se ha largado (y no sólo de izquierdas); Menéame pierde fuelle (según Alexa, pasó del nº 37 en España en 2016 al 129 en 2019) y la facturación anual está, según el dueño, 120000 – 130000 € … con publicidad.
- EL FUNCIONAMIENTO DE MENÉAME:
En Menéame, en cambio, hay dos cosas que dan el pasaporte cualquier atisbo de libertad ideológica en el agregador: el sistema de negativos y sanciones, y la “Chupipandi” Y ¿qué es la “Chupipandi”, dirá alguno? Pues veréis:
Allá para 2005 o 2006, en los albores de Menéame, había muy pocos usuarios, lógicamente; apenas unos cientos en toda España. Como nuevas ideas producen entusiasmo, los usuarios comenzaron a realizar quedadas en varias ciudades de España, y así se conocían personalmente, cenaban juntos, etc. La mayoría de ellos eran de izquierda, pero no todos, y aún había respeto y buen rollo durante los primeros tiempos. Con los años, se fueron yendo los más moderados o de derecha de entre ellos (veremos por qué) y, si queda alguno, permanece alejado de todo poder de decisión. Los que quedan, muy escorados hacia la línea de Podemos y PSOE, son lo que llamaríamos La Vieja Guardia de Menéame: coloquialmente, la “Chupipandi”, o "Chupis"
Ahora veremos cómo controlan todo el sistema, imponiendo en la práctica una asfixiante tiranía.
El sistema funciona por “Karma”, que aumenta si envías noticias que llegan a “Portada”. Para ello los usuarios pueden votar ”positivo” o “negativo” a los envíos de otros usuarios; pero como resulta que el voto de un usuario (a favor o en contra) vale mucho más si su karma es alto, es fácil que, entre tres o cuatro usuarios de karma alto (el máximo es 20) suban una noticia a portada o hundan otra cuyo sesgo político no les convence. Ya pueden imaginar qué noticias aparecen más en portada y cuáles son hundidas en cero coma.
Los usuarios pueden comentar sobre una noticia, y también en una utilidad aparte llamada “Nótame”. Los comentarios también reciben votos a favor y en contra; si tu comentario pasa a tener “karma” negativo, se pondrá en gris y se ocultará a la vista de los otros usuarios.
Hay muchas más reglas, pero lo anterior basta para comprender cómo, “la Chupipandi” de 2006, que alcanzó enseguida karmas cercanos a 20 (por el simple expediente de votarse entre ellos (“Eh, un envío de ZoeZoe” y todos a votar) ha podido, gracias a unos dueños absentistas (sobre todo los actuales, Daniel Seijo y Remo Domingo) controlar sin esfuerzo toda la web.
Hay unos administradores: en este momento dos son fijas (Carme y Patchgirl) y existen otros que se van turnando, pero nada de sorteo ni democracia: como los visigodos, nombrados a dedo entre la “Chupipandi”. Son ellos los que aplican las sanciones. En teoría, son para moderar el debate, pero en la práctica son para imponer su tiranía y cortar cualquier atisbo de Libertad de Expresión.
Alcanzar un karma mayor a 15 o 17 te da unos ciertos privilegios, pero ni sueñes alcanzarlos si eres un “díscolo con su sistema”. Como me pasó a mí en varias ocasiones, en cuanto pasas de 10 (a base de no discutir con nadie, no contestar a ninguna provocación, y no mandar noticias “polémicas”) te “calzan” un strike o un baneo (temporal o definitivo) por cualquier motivo, a veces ridículos (por dudar si se gasta bien el dinero invertido en Centros de Acogida; por contar que a mis hijos les relataba la fábula de “La Cigarra y la Hormiga” haciendo que al final a la cigarra le dieran una Pensión No Contributiva…); y hay que tener en cuenta que un strike o baneo de tres o cuatro días, más el tiempo de recuperar el karma para que puedas votar (6,25) es una semana fuera; y si debatías con alguien, has quedado ya fuera de toda la discusión. En teoría hay un sistema de reclamación, @Abuse, pero a mí solo me han contestado una vez, para decirme que me leyera las normas (que, a mi juicio, habían aplicado mal…) Hay un Tribunal de Apelación, formado por los mismos administradores que te han sancionado, y para más recochineo el sistema de comunicación es el mismo: @Abuse…
Los motivos “oficiales” de sanción pueden ser “incitación al repruebo”, “mandar bulos”, “insultos”, etc. donde, por supuesto, son los “Chupiadministradores” los que deciden qué es bulo o qué incita al repruebo; y, claro, el insulto será insulto o “descripción” según quién lo lanza, y contra quién. Por cierto que, como en tiempos de la Gestapo o la NKVD, el sistema es muy eficiente gracias a los abundantes chivatos y pelota que avisan a los administradores para que ningún “díscolo” se quede sin sanción”.
En fin, baste esto para señalar la absoluta arbitrariedad, endogamia, falta de tras*parencia y de libertades que imperan en Menéame.
Aunque, últimamente, entre los usuarios normales se detecta un cierto hartazgo de la tiranía impuesta por los administradores. De vez en cuando algún artículo (se pueden escribir artículos de colaboración, además de mandar noticias) denuncia esta situación y las injusticias cometidas y no se atreven a censurarlo por los apoyos que recibe. Hace relativamente poco tiempo, una queja así, y sobre todo si eras de los “díscolos”, era cerrada por los propios administradores, y el atrevido autor del artículo recibía a los tres o cuatro días una sanción, por cualquier otro tema sin relación. Por supuesto, esto ha servido para que los pelota de los chupipandi digan “¿Veis? Luego os quejáis de falta Libertad de Expresión. ¡jorobar, esto ya parece Forocoches!” Pero lo cierto es que los dueños, o los administradores, se han dado cuenta de que mucha gente se ha largado (y no sólo de izquierdas); Menéame pierde fuelle (según Alexa, pasó del nº 37 en España en 2016 al 129 en 2019) y la facturación anual está, según el dueño, 120000 – 130000 € … con publicidad.