Jefes de la Ertzaintza alertan de la saturación del centro de menores de Amorebieta
Advierten de que las instalaciones acogen a «más de 130» chavales cuando están pensadas para dar cobijo a 36
David S. Olabarri
Sábado, 30 de marzo 2024, 07:10
El centro de menores de Amorebieta presenta unos graves niveles de sobreocupación que preocupan a las instituciones. Según ha podido saber EL CORREO, en una reunión ordinaria de altos mandos de la Ertzaintza de Bizkaia, celebrada este mes de marzo, se explicó que en esta instalación de «primera acogida» viven en la actualidad «más de 130 menores» extranjeros no acompañados, conocidos como menas. Se trata de una cifra muy alta si se tiene en cuenta que el edificio está pensado para acoger a «36» chavales.
Es decir, en la actualidad el antiguo albergue de Zornotza presenta una ocupación casi cuatro veces mayor de la prevista para poder funcionar con normalidad. De hecho, hace sólo unas semanas la Diputación de Bizkaia -responsable de tutelar a los menores en situación de desamparo- admitió que el número de jóvenes sin arraigo familiar que llega al territorio viene registrando un «incremento» durante los últimos meses que les ha obligado a adoptar «medidas extraordinarias». Entre las mismas destaca la apertura de nuevos centros de acogida para evitar que la red de residencias públicas sufra unos índices de saturación y «tensión» mayores de los que ya padecía antes de este nuevo pico de entradas.
En este contexto, en la reciente reunión de mandos de la Ertzaintza, convocada para tratar diversos asuntos, los responsables policiales de la comisaría de la Ertzaintza de Durango y de la Oficina Territorial de Inteligencia de Bizkaia expusieron algunos de los problemas que esta sobreocupación está generando. En concreto, según los mismos medios, citaron la «alarma social» en el entorno de las instalaciones y «múltiples incidentes violentos» en el interior del edificio.
Se da la circunstancia de que, a finales del pasado verano había acogidos aquí 60 jóvenes, según una información remitida a las Juntas Generales. Una cifra que ya era considerada preocupante por algunos grupos junteros y profesionales del sector. Otro dato. Según información proporcionada por el área de Acción Social, la Diputación tenía tutelados a finales de septiembre a 310 chavales, una cifra que ya entonces tensionaba a los centros de acogida. Las trece residencias o pisos de la red pública cuentan oficialmente con capacidad para alojar a 287 chicos y chicas.
Noticia relacionada
Los recurrentes problemas del centro de primera acogida
David S. Olabarri
Se da la circunstancia de que el centro de menores de Amorebieta, propiedad de la Diputación de Bizkaia, reabrió sus puertas durante los primeros meses de 2023 con el objetivo de funcionar con un «modelo» distinto y menos plazas. Las instalaciones habían sido sometidas a una profunda reforma tras el incendio intencionado que se produjo en su interior por la quema de unos colchones. De forma paralela, la gestión del recurso se adjudicó a otra cooperativa privada con la idea de ofrecer una atención más personalizada y evitar la «sobreocupación» de las instalaciones de «primera acogida», que acoge a los menores extranjeros no acompañados (más conocidos como menas) recién llegados a Bizkaia antes de ser derivados a otros recursos más orientados a sus necesidades y a los que presentan peor comportamiento.
Este cambio de modelo en el centro de Amorebieta se produjo, además, después de que el Ararteko reclamase a la Diputación que garantice las «condiciones de seguridad y dignidad» de los chicos que están en los distintos programas de acogida. Manu Lezertua hizo estas consideraciones después de constatar la «sobreocupación» de las instalaciones.
Medidas más estrictas
Una de las primeras decisiones fue endurecer las medidas de control internas. Entre las nuevas reglas que se instauraron destacó la retirada del móvil y el dinero nada más llegar y la prohibición de salir al exterior durante las dos primeras semanas. Una vez superado ese periodo de 'aclimatación', empiezan a realizar salidas acompañados de educadores.
Estos cambios provocaron que un importante número de jóvenes abandonasen la instalación foral y que otros presentasen la documentación que certifica que son mayores de edad y que, por lo tanto, no debían estar ingresados allí. Con estas medidas se redujo un 42% el número de plazas ocupadas antes de la reapertura.
Sin embargo, en los últimos meses se ha producido un notable incremento en el número de llegadas, lo que también ha tensionado algunos de estos centros. A finales de enero, después de una serie de agresiones y problemas internos, la Ertzaintza realizó una redada en las instalaciones de Amorebieta y movilizó diversas unidades en busca de «drojas y armas». En este contexto, el Gobierno foral apeló hace unas semanas a la «solidaridad» de la ciudadanía vizcaína y recordó que, en lo que respecta a los menores sin referentes familiares, la protección institucional «es una obligación, no una opción».
Advierten de que las instalaciones acogen a «más de 130» chavales cuando están pensadas para dar cobijo a 36
David S. Olabarri
Sábado, 30 de marzo 2024, 07:10
El centro de menores de Amorebieta presenta unos graves niveles de sobreocupación que preocupan a las instituciones. Según ha podido saber EL CORREO, en una reunión ordinaria de altos mandos de la Ertzaintza de Bizkaia, celebrada este mes de marzo, se explicó que en esta instalación de «primera acogida» viven en la actualidad «más de 130 menores» extranjeros no acompañados, conocidos como menas. Se trata de una cifra muy alta si se tiene en cuenta que el edificio está pensado para acoger a «36» chavales.
Es decir, en la actualidad el antiguo albergue de Zornotza presenta una ocupación casi cuatro veces mayor de la prevista para poder funcionar con normalidad. De hecho, hace sólo unas semanas la Diputación de Bizkaia -responsable de tutelar a los menores en situación de desamparo- admitió que el número de jóvenes sin arraigo familiar que llega al territorio viene registrando un «incremento» durante los últimos meses que les ha obligado a adoptar «medidas extraordinarias». Entre las mismas destaca la apertura de nuevos centros de acogida para evitar que la red de residencias públicas sufra unos índices de saturación y «tensión» mayores de los que ya padecía antes de este nuevo pico de entradas.
En este contexto, en la reciente reunión de mandos de la Ertzaintza, convocada para tratar diversos asuntos, los responsables policiales de la comisaría de la Ertzaintza de Durango y de la Oficina Territorial de Inteligencia de Bizkaia expusieron algunos de los problemas que esta sobreocupación está generando. En concreto, según los mismos medios, citaron la «alarma social» en el entorno de las instalaciones y «múltiples incidentes violentos» en el interior del edificio.
Se da la circunstancia de que, a finales del pasado verano había acogidos aquí 60 jóvenes, según una información remitida a las Juntas Generales. Una cifra que ya era considerada preocupante por algunos grupos junteros y profesionales del sector. Otro dato. Según información proporcionada por el área de Acción Social, la Diputación tenía tutelados a finales de septiembre a 310 chavales, una cifra que ya entonces tensionaba a los centros de acogida. Las trece residencias o pisos de la red pública cuentan oficialmente con capacidad para alojar a 287 chicos y chicas.
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David S. Olabarri
Se da la circunstancia de que el centro de menores de Amorebieta, propiedad de la Diputación de Bizkaia, reabrió sus puertas durante los primeros meses de 2023 con el objetivo de funcionar con un «modelo» distinto y menos plazas. Las instalaciones habían sido sometidas a una profunda reforma tras el incendio intencionado que se produjo en su interior por la quema de unos colchones. De forma paralela, la gestión del recurso se adjudicó a otra cooperativa privada con la idea de ofrecer una atención más personalizada y evitar la «sobreocupación» de las instalaciones de «primera acogida», que acoge a los menores extranjeros no acompañados (más conocidos como menas) recién llegados a Bizkaia antes de ser derivados a otros recursos más orientados a sus necesidades y a los que presentan peor comportamiento.
Este cambio de modelo en el centro de Amorebieta se produjo, además, después de que el Ararteko reclamase a la Diputación que garantice las «condiciones de seguridad y dignidad» de los chicos que están en los distintos programas de acogida. Manu Lezertua hizo estas consideraciones después de constatar la «sobreocupación» de las instalaciones.
Medidas más estrictas
Una de las primeras decisiones fue endurecer las medidas de control internas. Entre las nuevas reglas que se instauraron destacó la retirada del móvil y el dinero nada más llegar y la prohibición de salir al exterior durante las dos primeras semanas. Una vez superado ese periodo de 'aclimatación', empiezan a realizar salidas acompañados de educadores.
Estos cambios provocaron que un importante número de jóvenes abandonasen la instalación foral y que otros presentasen la documentación que certifica que son mayores de edad y que, por lo tanto, no debían estar ingresados allí. Con estas medidas se redujo un 42% el número de plazas ocupadas antes de la reapertura.
Sin embargo, en los últimos meses se ha producido un notable incremento en el número de llegadas, lo que también ha tensionado algunos de estos centros. A finales de enero, después de una serie de agresiones y problemas internos, la Ertzaintza realizó una redada en las instalaciones de Amorebieta y movilizó diversas unidades en busca de «drojas y armas». En este contexto, el Gobierno foral apeló hace unas semanas a la «solidaridad» de la ciudadanía vizcaína y recordó que, en lo que respecta a los menores sin referentes familiares, la protección institucional «es una obligación, no una opción».
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