Esto es lo que creen los materialistas, porque son incapaces de creer en que una luz marque el camino, ni que existan los milagros, y en lugar de eso creen en la astronomía y en sus rebuscadas hipótesis para explicar como sea que el universo se ha hecho sólo, sin Dios. Y para la estrella dicen que es un cometa, o una conjunción.
Lamentablemente muchos curas de hoy en día no creen en milagros, ni en la presencia real, ni en la resurrección.
Pero el texto de Mateo es claro:
Es decir, no es un fenómeno astronómico que los magos hayan visto y dure muchos meses, y esté estático o siga una trayectoria. Está hablando de una luz celestial que cambia de trayectoria y se detiene justo encima de donde estaba el niño. Eso no lo puede hacer ningún astro.
Más información nos da el protoevangelio de Santiago, texto muy influyente en el cristianismo aunque no canónico, del que proceden por ejemplo la tradición de que Jesús nace en una cueva, o los nombres de los padres de la Virgen.
Por ejemplo, en 19:2
en el capítulo 21 se cuenta la visita de los magos: