Hace unos días me mandaron la charla de un sacerdote, profesor de una amiga mía.
Empieza preguntando al personal si han escuchado en el Evangelio alguna vez que "Jesús iba corriendo". Y la verdad es que no...Jesús en los Evangelios camina, se sienta a comer, alguna vez se escabulle, pero lo que tras*mite es que todo lo hace despacio, con parsimonia. Jesús no tenía prisa para nada, y los apóstoles en realidad tampoco porque vivían en la lentitud del tiempo, teniendo que ir caminando a todas partes sin poder coger atajos móviles. Los que somos caminantes natos, y cualquiera, sabe de la parte contemplativa que tiene el caminar, ayuda a que se ordenen los pensamientos y a que sean más positivos y a calmar la ansiedad que todos sufrimos en mayor o menor medida.
Habla de que el bichito de la prisa en el mundo moderno es una intromisión demoníaca en contraposición a ese ir despacio de Jesús. Cuando actuamos con prisa nos invade la soberbia de poder llegar a todo, de sentirnos importantes y poderosos, sin priorizar lo importante y sacándonos de la chistera (de la mente) nuevas responsabilidades que no son más que trampas para que no nos paremos ante lo importante y para contaminarnos de esa prisa con anteojeras que nos impide ver el panorama con una visión más amplia.
La obra de la santidad es una obra lenta porque es una obra de restauración, de restauración de toda la humanidad.¿ Como no va a actuar con una paciencia infinita? Para el no existe el tiempo pero conoce nuestras limitaciones y se atañe a ello, Dios lo podría hacer con un chasquido de los dedos pero respeta su obra y a su criatura predilecta y le ofrece toda la paciencia que necesita.
No estoy diciendo nada que no sepamos pero nunca lo había pensado desde esa perspectiva. En nuestra imitación a Cristo debemos actuar despacio, sin prisa, con paciencia para con nosotros mismos y con los demás, y así es más fácil que nos encontremos con Él, cuando frenamos todo se ralentiza y podemos elegir mejor y con mayor lucidez lo que tenemos que hacer, y lo que no.
Así que eso, hermanos, intentemos echar el freno de mano y que no nos domine la PRISA.
