Buenos días a todos, y feliz sábado. Aunque esté escribiendo en el hilo del viernes. Es que lo leí bien tempranito pero luego se me olvidó. En los salmos del oficio de lectura de ayer, a los que me he aficionado gracias a Noticiesprofecies, leí esto que a mí me dice mucho y, tal vez, a alguno de vosotros también. En mi caso no veo que nadie quiera hacerme daño ni se alegre de mis males. Para fallar me basto sola, la verdad. Sin embargo, la imperiosa de necesidad del Señor, subsiste. Y gracias a Él también por conocer que lo necesito . Por permitirme fallar, incluso, para no engreirme. En fin, sólo me ha recordado a alguien que también necesita mucho del Señor y le confortará, tal vez, leerlo. ¿no tenemos una palabra específica para nosotros cada vez que leemos la Palabra en la Biblia?
Seguramente no me acordaré exactamente de éstas en mis últimos momentos pero son las que me gustaría decirle al Señor antes de expirar y comparecer ante Él al otro lado (ya lo sabes, Señor
). Además de imitar a Benedicto XVI.
(...)
esto pido: que no se alegren por mi causa,
que, cuando resbale mi pie, no canten triunfo.
Porque yo estoy a punto de caer,
y mi pena no se aparta de mí:
yo confieso mi culpa,
me aflige mi pecado.
(...)
No me abandones, Señor,
Dios mío, no te quedes lejos;
ven aprisa a socorrerme,
Señor mío, mi salvación.