Santo Evangelio de hoy y lecturas. Sábado, 10 de septiembre, "Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza" ************** Sto.ROSARIO A LAS 22.00 h.

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ACTUALIZACIÓN:

Santo Rosario. 22:00 horas, horario en España peninsular.

EMPEZAMOS A REZAR A LAS 22:00 HORAS.



Desde Lourdes (en castellano y en vivo):



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Letanías (no son obligatorias, pero agradan a nuestra progenitora del Cielo):



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Salve





Fuente 2: En español latino, con infografías:



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Letanías (no son obligatorias, pero agradan a nuestra progenitora del Cielo):



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Salve





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¿Cómo se reza el Rosario? Con viñetas explicativas.

¿Cómo rezar el rosario? Guía visual, paso por paso

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Promesas del Rosario (apariciones marianas):



Aquellos que recen con enorme fe el Rosario recibirán gracias especiales.

Prometo mi protección y las gracias más grandes a aquellos que recen el Rosario.

El Rosario es un arma poderosa para no ir al infierno, destruirá los vicios, disminuirá los pecados, y defendernos de las herejías.

Se otorgará la virtud y las buenas obras abundarán, se otorgará la piedad de Dios para las almas, rescatará a los corazones de la gente de su amor terrenal y vanidades, y los elevará en su deseo por las cosas eternas. Las mismas almas se santificarán por este medio.

El alma que se encomiende a mí en el Rosario no perecerá.

Quien rece el Rosario devotamente, y lleve los misterios como testimonio de vida no conocerá la desdicha. Dios no lo castigará en su justicia, no tendrá una fin violenta, y si es justo, permanecerá en la gracia de Dios, y tendrá la recompensa de la vida eterna.

Aquel que sea verdadero devoto del Rosario no perecerá sin los Sagrados Sacramentos.

Aquellos que recen con mucha fe el Santo Rosario en vida y en la hora de su fin encontrarán la luz de Dios y la plenitud de su gracia, en la hora de la fin participarán en el paraíso por los méritos de los Santos.

Libraré del purgatorio a quienes recen el Rosario devotamente.

Los niños devotos al Rosario merecerán un alto grado de Gloria en el cielo.

Obtendrán todo lo que me pidan mediante el Rosario.

Aquellos que propaguen mi Rosario serán asistidos por mí en sus necesidades.

Mi hijo me ha concedido que todo aquel que se encomiende a mí al rezar el Rosario tendrá como intercesores a toda la corte celestial en vida y a la hora de la fin.

Son mis niños aquellos que recitan el Rosario, y hermanos y hermanas de mi único hijo, Jesucristo.

La devoción a mi Rosario es una gran señal de profecía.

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Prosiguiendo con la iniciativa que comenzamos para subir diariamente la Palabra -siempre necesaria, pero especialmente en los tiempos bélicos y de desesperación que vivimos-, en primer lugar os recuerdo los beneficios que relaciona el Salmo 119 (en Spoiler porque es reiteración).

Beneficios de la Palabra

1) Nutre tu alma sedienta.

«Abatida hasta el polvo está mi alma; Vivifícame según tu palabra.» (Salmo 119: 25).

2) Fortalece tus huesos cansados.

«Afligido estoy en gran manera; Vivifícame, oh Jehová, conforme a tu palabra.» (Salmo 119: 107).

3) Redirige tu mirada a lo que es justo.

«Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; Avívame en tu camino.» (Salmo 119:37).

4) Calma tu corazón desanimado.

«Me anticipé al alba, y clamé; Esperé en tu palabra.» (Salmo 119:147).

5) Concede Completa Paz.

«Mucha paz tienen los que aman tu ley, Y no hay para ellos tropiezo.» (Salmo 119:165).

6) Llena De Esperanza.

«Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, En la cual me has hecho esperar.» (Salmo 119:49).

7) Alimenta Tu Espíritu Hambriento.

«¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca.» (Salmo 119:103).

8) Da Profunda Sabiduría.

«Más que los viejos he entendido, Porque he guardado tus mandamientos;» (Salmo 119:100).

9) Tranquilidad Durante El Dolor.

«Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos, Y que conforme a tu fidelidad me afligiste.» (Salmo 119:75)

10) Te Llena De Sus Alabanzas.

«A medianoche me levanto para alabarte Por tus justos juicios.» (Salmo 119:62).

11) Guarda De Caer En La Tentación.

«Apartaos de mí, malignos, Pues yo guardaré los mandamientos de mi Dios.» (Salmo 119:115).

12) Señala Tus Creencias y Acciones Equivocadas.

«Aparta de mí el camino de la mentira, Y en tu misericordia concédeme tu ley.» (Salmo 119:29).

13) Nos Da Seguridad De Nuestra Herencia Eterna.

«Mis ojos desfallecieron por tu salvación, Y por la palabra de tu justicia.» (Salmo 119:123).

14) Consuela En Tiempo De Angustia.

«Ella es mi consuelo en mi aflicción, Porque tu dicho me ha vivificado.» (Salmo 119:50).

15) En todo momento, puedes ir y dejar que la palabra de Dios te guie, Jesucristo.

«Yo anduve errante como oveja extraviada; busca a tu siervo, Porque no me he olvidado de tus mandamientos.»(Salmo 119:176).

«¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Es mi meditación todo el día.» (Salmo 119:97).

A continuación, el Evangelio de hoy sábado y las lecturas:


De lo que rebosa el corazón habla la boca

Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 10, 14-22

Queridos hermanos, huid de la idolatría. Os hablo como a personas sensatas; juzgad vosotros lo que digo.
El cáliz de la bendición que bendecimos, ¿no es comunión de la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión del cuerpo de Cristo?
Porque el pan es uno, nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo, pues todos comemos del mismo pan. Considerad al Israel según la carne: ¿los que comen de las víctimas no se unen al altar?
¿Qué quiero decir? ¿Que las víctimas sacrificadas a los ídolos son algo o que los ídolos son algo? No, sino que los gentiles ofrecen sus sacrificios a los demonios, no a Dios; y no quiero que os unáis a los demonios. No podéis beber del cáliz del Señor y del cáliz de los demonios. No podéis participar de la mesa del Señor y de la mesa de los demonios. ¿O vamos a provocar los celos del Señor? ¿Acaso somos más fuertes que él?

Salmo de hoy
Sal 115, 12-13. 17-18 R/. Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.

¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando el nombre del Señor.
Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.

Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando el nombre del Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.
Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 6, 43-49

En aquel tiempo, decía Jesús a sus discípulos:
«No hay árbol bueno que dé fruto malo, ni árbol malo que dé fruto bueno; por ello, cada árbol se conoce por su fruto; porque no se recogen higos de las zarzas, ni se vendimian racimos de los espinos.
El hombre bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal; porque de lo que rebosa el corazón habla la boca.
¿Por qué me llamáis Señor, Señor, y no hacéis lo que digo? Todo el que viene a mí, escucha mis palabras y las pone en práctica, os voy a decir a quién se parece: se parece a uno que edificó una casa: cayó, ahondó y puso los cimientos sobre roca; vino una crecida, arremetió el río contra aquella casa, y no pudo derribarla, porque estaba sólidamente construida.
El que escucha y no pone en práctica se parece a uno que edificó una casa sobre tierra, sin cimiento; arremetió contra ella el río, y enseguida se derrumbó desplomándose, y fue grande la ruina de aquella casa».

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Bonus: Añado audio de los dominicos con el Evangelio anterior + comentario, así como los comentarios del padre Pedro Brassesco en YT. Para quien prefiera las reflexiones por escrito, las dejo a continuación, hoy a cargo de Fray Juan Manuel Martínez Corral O.P., del Convento de Santo Tomás (Sevilla).






Reflexión del Evangelio de hoy

No podéis participar de la mesa del Señor y de la mesa de los demonios
San Pablo escribe con una determinada intención a la comunidad de Corinto. Trata de que en esta comunidad se profundice en el sentido de la fe. Toda una catequesis, volcada en el sacrificio de entrega de Jesús, la que emplea Pablo para persuadir a sus lectores. Para ello, utiliza una expresión fuerte: «Huid de la idolatría» con la que trata de que caigan en la cuenta de que no se puede jugar a dos aguas en el seguimiento de Jesucristo. Tampoco se puede hacer un cristianismo a la carta, tomando de aquí y de allá lo que más nos interesa para justificar en todo momento las faltas de coherencia y fidelidad que exige el Evangelio.

La Sagrada Eucaristía: pan partido y sangre derramada. Memorial de la pasión, fin y resurrección del Señor. Entrega total de Jesús por amor para nuestra redención. Al participar en ella nos une a Él y nos va identificando, configurando con Él, para de este modo ser más de Cristo. Sin embargo, el sacrificio a los ídolos es algo vacío: «Sus ídolos, en cambio, son plata y oro, hechura de manos humanas: tienen boca, y no hablan; tienen ojos, y no ven; tienen orejas, y no oyen; tienen nariz, y no huelen; tienen manos, y no tocan; tienen pies, y no andan; no tiene voz su garganta: que sean igual los que los hacen, cuantos confían en ellos» (Sal 115,4-8). Eso es lo que apunta san Pablo que el ídolo no te da la salvación ni sentido a tu vida.

La llamada de atención es a crecer y a madurar en nuestra fe en Jesucristo. Vivir en coherencia y en fidelidad a su Palabra y confiad en su providencia para que adquiramos un corazón agradecido. Así lo marca la experiencia del salmista en el clamor de su oración: ¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?

¿Por qué no hacéis lo que os digo?
El pasaje del Evangelio de la liturgia del día de hoy nos presenta a Jesús dando una enseñanza al discipulado. El Maestro de Nazaret quiere dejar un poso de sabiduría en sus seguidores. Para ello, comienza con un lenguaje sencillo, apoyado en el mundo rural, la imagen del árbol la traslada a la esencia de la persona. Al discipulado de Jesús lo reconocerán por «sus frutos».

Hay una profundidad en esta imagen del “árbol”. Hay una inmensa variedad de árboles frutales. Hay una infinita variedad de árboles que producen flores. Hay otros destinados a producir buena madera y otros se limitan a dar una reconfortante sombra y limpiar el aire de la contaminación. A cada uno de ellos, le corresponde una función y el que está sano, fuerte, vigoroso, da frutos en su sazón. Sin embargo, el que está “enfermo”, raquítico, no puede dar frutos, tiene bastante con subsistir.

Sigue el Maestro de Nazaret en la cátedra. Ahora después de mostrar la imagen de un aparente “árbol” toca llevarla al plano personal. Así somos los discípulos. El que es capaz de escuchar la Palabra de Dios, rumiarla, degustarla como si fuese un tesoro y la lleva al corazón, la contempla, la hace vida. Hace de esa Palabra la «sabia» que nutre todo su ser, por tanto, el mensaje de Jesús ha entrado en lo más íntimo de su corazón y brota hacia afuera con frutos que hablan del mandato del amor con sabor al Reino. Esos frutos realmente son sanos no perecen.

La clase sigue adelante y Jesús lanza una pregunta: ¿Por qué no hacéis lo que os digo? Parece ser, que cuesta trabajo encarnar la enseñanza de Jesús y la asignatura del «amaos unos a otros» la llevamos siempre cogida con alfileres. Ahora una parábola: «la casa edificada sobre roca», para reforzar y refrescar los conocimientos adquiridos junto a Jesús. Con una serie de verbos nos lleva a interiorizar lo anterior: Viene a mí, escucha mi palabra y la pone en práctica, ese será un discípulo “sano” que dará lo mejor de sí. Por el contrario, el que se autoexcluye de este proyecto, su ruina es grande.

Vendrá la crecida del río de la vida con sus contrariedades, obstáculos, noches oscuras, horizontes sin luz, pero el que hace de Jesucristo el cimiento de su vida no se hundirá. Jesús y su Palabra son cimientos firmes, que puestos en nuestra vida hacen que nuestro corazón se humanice, sea de carne, y una vez interiorizados nos envía a vivir en el reto del amor.

Fuente: De lo que rebosa el corazón habla la boca

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Y porque has resucitado, te damos las gracias. Contigo seremos invencibles. Contigo, llamados a la Vida.


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Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío.
Dios mío, confío en ti.» (Salmo 90)
 
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