Santo Evangelio de hoy y lecturas. Jueves, 22 de junio, "Justicia y verdad son las obras de tus manos, Señor" **************** Sto.ROSARIO A LAS 22.00

Ya que pones el texto en latín, he de advertir que la traducción del texto original en griego koine ha sido tergiversada. Yo he de enmendar tamaña manipulación para mis hermanos burbujos.

Como ves en el texto en latín, a finales de los 80 se hicieron un par de cambios importantes que pueden alterar el significado del texto:
  1. "perdona nuestras deudas" paso a ser "perdona nuestras ofensas". Mi abuela todavía lo recita así, porque es como lo aprendió de pequeña, y como ha sido por siglos. Para mí no es lo mismo, porque las ofensas a Dios implican deudas con Dios, pero puede haber otras deudas que no son ofensas. La palabra griega "ofeilémata" significa deberes, deudas.
  2. "y no nos induzcas a la tentación" pasó a ser "no nos dejes caer en la tentación". La palabra griega "eisfero" tal como se traduce el resto de veces en el evangelio sería más bien "no nos cargues adentro de", o "no nos lleves hasta". La traducción griega literal es por tanto definitivamente esa. Así que podríamos interpretarlo en el mismo sentido que el rey David usa en el salmo 141: "Coloca, Señor, una guardia en mi boca, un centinela a la puerta de mis labios; no dejes inclinarse mi corazón a la maldad, a cometer crímenes y delitos; ni que con los hombres malvados participe en banquetes". Es decir, no permitas que caigamos en tentaciones. Sin embargo hay otras interpretaciones que tienen que ver con la palabra griega "peirasmon", que se puede traducir por tentación, pero también por prueba o tribulación, como se hace por ejemplo en Hechos, 14,22. Con lo cual ya no sería "no nos permitas", sino el literal "no nos conduzcas" a las pruebas o tribulaciones.
Al final la iglesia católica simplificó la traducción como ya se hizo con los mandamientos, para evitar que los fieles se confundan y piensen que Dios es el que tienta. El texto modernizado que en España se reza en su forma actual desde los 80 lo unificó el papa Francisco definitivamente en lengua española, ya que había países americanos en los que todavía se rezaba a la manera antigua.

Pero lo más grave es lo siguiente:

Hay una palabra que ya en el padre nuestro en latín (la versión más reciente) estaba traducida de aquella manera: panen nostrum quotidianum (el pan nuestro diario, de cada día). Pues aquí también hay miga (y mucha) porque la palabra griega original es epiousion, que la mayoría de estudiosos coinciden en que no significa ni de coña cotidiano, sino que se traduciría como super-sustancial, o super-esencial. Así lo vió también San Jerónimo en su traducción al latín de la Bilia (conocida como la Vulgata), para la que se inventó una palabra nueva que no existía en latín: supersubstantialem. Así lo vieron también San Agustín, San Juan Casiano y San Cirilo de Jerusalén, entre otros. En la actualidad la iglesia católica a pesar de mantener la traducción "peor", sin embargo en el apartado del catecismo dedicado al Padre Nuestro más o menos lo admite:



Es decir, que se nos está ocultando lo más importante: que el "pan nuestro" que nos da Dios no es el pan mundano con el que alimentamos el cuerpo, sino el pan espiritual, y en clara referencia también a la eucaristía.
Lo del pan me ha dejado a cuadros.

He consultado a Santo Tomás, que siempre es caballo ganador, y podemos estar tranquilos. El admite las dos interpretaciones, la del pan más terrenal y la del pan sobrenatural. Y en el catecismo hacen lo mismo, dan diferentes interpretaciones hermenéuticas del pan, de la frase completa
de la oración, etc...
@lapetus , es verdad que las traducciones las carga el diablo y que con el paso de lo siglos la contaminación ha podido ir instalándose en palabras, frases, párrafos, pero me niego a creer que en el Padre Nuestro se nos esté omitiendo algo. Otra cosa es que la Iglesia por "eficiencia" haya purgado algunas partes y llegado a consensos de practicidad y que, por fuerza, la pureza del original se haya resentido.

Pero debemos rezar el Padre Nuestro sabiendo que son las siete consignas que nos legó Jesús para orar de manera más perfecta.


El pan nuestro de cada día dánosle hoy
Esta petición se relaciona con el don de fortaleza de corazón, don necesario para no desfallecer ante las dificultades. Este don hace que nuestro corazón no flaquee por miedo a no alcanzar lo necesario, y nos ayuda a creer firmemente que Dios nos proporciona todo lo que necesitamos.

En las tres peticiones anteriores se piden bienes espirituales que ya comienzan a hacerse realidad en este mundo, aunque de forma incompleta. Con esta petición el Espíritu Santo nos enseña a pedir algunas cosas necesarias para conseguir el perfeccionamiento de la vida presente, y nos muestra al mismo tiempo que Dios se preocupa también de nuestras necesidades temporales.

Con esta petición se nos enseña a evitar cinco pecados nacidos del deseo de las cosas terrenas. El primero de ellos consiste en desear desmesuradamente más de lo que necesitamos. Este deseo demasiado apegado a lo temporal nos aparta de las inquietudes espirituales. En cambio, Cristo, con esta petición nos anima a pedir lo necesario para nuestra vida. El pan de cada día resume todas estas necesidades. El segundo pecado consiste en adueñarse de los bienes de otro. En cambio, Cristo nos enseña a pedir el pan “nuestro” y no el ajeno. El tercer pecado es la ambición desmesurada. En cambio, es la necesidad la que debe regular nuestro deseos. La expresión “de cada día”, entendida como el de un día o el de un cierto tiempo, se opone a este pecado. El cuarto pecado es la voracidad desmesurada, consistente en consumir en un solo día lo que sería suficiente para muchos días. Y el quinto pecado es el de la ingratitud que brota de la soberbia. En cambio, esta cuarta petición es una forma de reconocer que todos nuestros bienes proceden en última instancia de Dios. Esta petición es también una forma de suplicar que nuestras riquezas nos sean útiles, pues si las amontonamos no serán útiles para nosotros. Otro pecado al que se opone esta petición es el de la preocupación excesiva por el mañana, de modo que uno no encuentra jamás sosiego.

Este pan puede entenderse también como el pan del sacramento de la Eucaristía y como el pan de la palabra de Dios. Desde esta interpretación podemos asociar la petición a la bienaventuranza que proclama dichosos a los que tienen hambre y sed de justicia (Mt 5, 6).


Y PERDÓNANOS NUESTRAS DEUDAS, ASI COMO NOSOTROS PERDONAMOS A NUESTROS DEUDORES

63. --- Hay algunos de gran sabiduría y fortaleza; y por confiar demasiado en su capacidad no efectúan sabiamente sus obras, ni llevan a su término lo que pretenden. Prov 20, 18: "Las empresas con el consejo se afianzan". Pero advirtamos que el Espíritu Santo, que da la fortaleza, da también el consejo. Porque todo buen consejo relativo a la salvación de los hombres del Espíritu Santo procede. Ahora bien, el consejo le es necesario al hombre cuando vive en tribulación, como la consulta de los médicos cuando alguien enferma. Por lo cual también el hombre, como espiritualmente está enfermo por el pecado, para sanar debe pedir consejo. En Daniel 4, 24 se ve que el consejo le es necesario al pecador cuando dice [a Nabucodonosor]: "Oh rey, acepta mi consejo. Redime con limosnas tus pecados". El mejor consejo contra el pecado es la limosna y la misericordia. Por lo cual el Espíritu Santo enseña a los pecadores que pidan y oren: "Perdónanos nuestras deudas".

64. --- Por otra parte, a Dios le debemos lo que le quitamos de su derecho. Ahora bien, derecho de Dios es que hagamos su voluntad, prefiriéndola a la nuestra. Así es que menoscabamos su derecho cuando preferimos nuestra voluntad a la suya; y esto es pecado. Y los pecados son deudas nuestras. Por lo mismo el consejo del Espíritu Santo es que le pidamos a Dios el perdón de nuestros pecados; por lo cual decimos: "Perdónanos nuestras deudas".

65. --- En estas palabras podemos considerar tres cosas. Primeramente el porqué de esta petición; en segundo lugar cuándo se cumple; en tercer lugar qué se necesita de nuestra parte para que se cumpla. A) En cuanto a lo primero debemos saber que de esta petición podemos colegir dos cosas que les son necesarias a los hombres en esta vida. Una es que el hombre se mantenga siempre en temor y humildad. En efecto, ha habido algunos tan presuntuosos que enseñaron que el hombre puede vivir en este mundo de tal manera que por sí mismo le es posible evitar el pecado. Pero esto a nadie le ha sido dado sino sólo a Cristo, que poseyó el Espíritu sin medida, y a la Santísima Virgen, que fue la llena de gracia, concebida Inmaculada sin pecado original, en la que no hubo ningún pecado, como dice San Agustín: "De ella (o sea de la Virgen) no quiero hacer ninguna mención cuando se trata del pecado". Pero a ninguno de los otros Santos se le concedió el no incurrir al menos en algún pecado venial: 1 Juan 1, 8: "Si decimos que no tenemos pecado nos engañamos nosotros mismos y no hay verdad en nosotros". Esto mismo se demuestra por esta petición. En efecto, es evidente que a todos, aun a los mismos Santos, les conviene decir estas palabras del "Padre Nuestro": "Perdónanos nuestras deudas". Así es que todos reconocen y confiesan que son pecadores y deudores. Por lo tanto, como eres pecador, debes temer y humillarte.
 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 


OFICIO DE LECTURA

V.
Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno: VOZ MÁS RICA QUE UN CONCIERTO

Voz más rica que un concierto
y que sube hasta el Jordán
es la voz, a campo abierto,
del que clama en el desierto,
y que lo llamaron Juan.

Vio cómo el cielo se abría
sobre el Cordero de Dios,
y su voz le anunciaría.
¡Oh radiante profecía
que por siempre unió a los dos!

Más aún, en su presencia,
con humilde sumisión,
pide el que es Dios por esencia
bautismo de penitencia
para empezar su misión.

Juan bautiza al Deseado,
¡doble abismo de humildad!:
ante el Hijo muy amado,
por el Padre proclamado,
se rindió su caridad.

¡Oh sin par doxología!:
voz del Padre en el Jordán,
el Hijo que la acogía
y la Paloma que ardía
sobre Jesús y san Juan. Amén.

SALMODIA

Ant 1.
El Señor me llamó desde el vientre de mi progenitora, cuando aún estaba yo en el seno materno pronunció mi nombre.

Salmo 20, 2-8. 14 - ACCIÓN DE GRACIAS POR LA VICTORIA DEL REY.

Señor, el rey se alegra por tu fuerza,
¡y cuánto goza con tu victoria!
Le has concedido el deseo de su corazón,
no le has negado lo que pedían sus labios.

Te adelantaste a bendecirlo con el éxito,
y has puesto en su cabeza una corona de oro fino.
Te pidió vida, y se la has concedido,
años que se prolongan sin término.

Tu victoria ha engrandecido su fama,
lo has vestido de honor y majestad.
Le concedes bendiciones incesantes,
lo colmas de gozo en tu presencia;
porque el rey confía en el Señor,
y con la gracia del Altísimo no fracasará.

Levántate, Señor, con tu fuerza,
y al son de instrumentos cantaremos tu poder.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. El Señor me llamó desde el vientre de mi progenitora, cuando aún estaba yo en el seno materno pronunció mi nombre.

Ant 2. El Señor hizo de mi boca una espada afilada, me escondió en la sombra de su mano.

Salmo 91 - I

Es bueno dar gracias al Señor
y tocar para tu nombre, oh Altísimo,
proclamar por la mañana tu misericordia
y de noche tu fidelidad,
con arpas de diez cuerdas y laúdes
sobre arpegios de cítaras.

Tus acciones, Señor, son mi alegría,
y mi júbilo, las obras de tus manos.
¡Qué magníficas son tus obras, Señor,
qué profundos tus designios!
El ignorante no los entiende
ni el necio se da cuenta.

Aunque germinen como hierba los malvados
y florezcan los malhechores,
serán destruidos para siempre.
Tú, en cambio, Señor,
eres excelso por los siglos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant.
El Señor hizo de mi boca una espada afilada, me escondió en la sombra de su mano.

Ant 3.
Juan declaró como testigo: «El que ha de venir después de mí existía antes que yo.»

Salmo 91 - II

Porque tus enemigos, Señor, perecerán,
los malhechores serán dispersados;
pero a mí me das la fuerza de un búfalo
y me unges con aceite nuevo.
Mis ojos no temerán a mis enemigos,
mis oídos escucharán su derrota.

El justo crecerá como una palmera
y se alzará como un cedro del Líbano:
plantado en la casa del Señor,
crecerá en los atrios de nuestro Dios;

en la vejez seguirá dando fruto
y estará lozano y frondoso,
para proclamar que el Señor es justo,
que en mi Roca no existe la maldad.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Juan declaró como testigo: «El que ha de venir después de mí existía antes que yo.»

V. Éste vino como testigo enviado a declarar en favor de la luz.
R. Para que por su medio todos abrazasen la fe.

PRIMERA LECTURA

Del libro del profeta Jeremías 1, 4-10. 17-19

LA VOCACIÓN DEL PROFETA

Recibí esta palabra del Señor:
«Antes de formarte en el vientre, te escogí; antes de que salieras del seno materno, te consagré: te nombré profeta de los gentiles.»

Yo repuse:
«¡Ay, Señor mío! Mira que no sé hablar, que soy un muchacho.»

El Señor me contestó:
«No digas: "Soy un muchacho", que adonde yo te envíe irás, y lo que yo te mande lo dirás. No les tengas miedo, yo estoy contigo para librarte —oráculo del Señor—.»

El Señor extendió la mano y me tocó la boca; y me dijo:
«Mira: yo pongo mis palabras en tu boca, hoy te establezco sobre pueblos y reyes, para arrancar y arrasar, para destruir y demoler, para edificar y plantar. Pero tú cíñete los lomos, ponte en pie y diles lo que yo te mando. No les tengas miedo, que yo no te haré desmayar delante de ellos. Mira: Yo te convierto hoy en plaza fuerte, en columna de hierro, en muralla de bronce, frente a todo el país: frente a los reyes y príncipes de Judá, frente a los sacerdotes y la gente del pueblo; lucharán contra ti, pero no podrán contigo, porque yo estoy contigo para librarte —oráculo del Señor—.»

RESPONSORIO Jr 1, 5. 9. 10

R.
Antes de formarte en el vientre, te escogí; antes de que salieras del seno materno, te consagré: * te nombré profeta de los gentiles.
V. Yo pongo mis palabras en tu boca, yo te establezco sobre pueblos y reyes.
R. Te nombré profeta de los gentiles.

SEGUNDA LECTURA

De los Sermones de san Agustín, obispo
(Sermón 293, 1-3: PL 38, 1327-1328)

LA VOZ DEL QUE CLAMA EN EL DESIERTO

La Iglesia celebra el nacimiento de Juan como algo sagrado, y él es el único de los santos cuyo nacimiento se festeja; celebramos el nacimiento de Juan y el de Cristo. Ello no deja de tener su significado, y, si nuestras explicaciones no alcanzaran a estar a la altura de misterio tan elevado, no hemos de perdonar esfuerzo para profundizarlo y sacar provecho de él.

Juan nace de una anciana estéril; Cristo, de una jovencita virgen. El futuro padre de Juan no cree el anuncio de su nacimiento y se queda mudo; la Virgen cree el del nacimiento de Cristo y lo concibe por la fe. Esto es, en resumen, lo que intentaremos penetrar y analizar; y, si el poco tiempo y las pocas facultades de que disponemos no nos permiten llegar hasta las profundidades de este misterio tan grande, mejor os adoctrinará aquel que habla en vuestro interior, aun en ausencia nuestra, aquel que es el objeto de vuestros piadosos pensamientos, aquel que habéis recibido en vuestro corazón y del cual habéis sido hechos templo.

Juan viene a ser como la línea divisoria entre los dos Testamentos, el antiguo y el nuevo. Así lo atestigua el mismo Señor, cuando dice: La ley y los profetas llegan hasta Juan. Por tanto, él es como la personificación de lo antiguo y el anuncio de lo nuevo. Porque personifica lo antiguo, nace de padres ancianos; porque personifica lo nuevo, es declarado profeta en el seno de su progenitora. Aún no ha nacido y, al venir la Virgen María, salta de gozo en las entrañas de su progenitora. Con ello queda ya señalada su misión, aun antes de nacer; queda demostrado de quién es precursor, antes de que él lo vea. Estas cosas pertenecen al orden de lo divino y sobrepasan la capacidad de la humana pequeñez. Finalmente, nace, se le impone el nombre, queda expedita la lengua de su padre. Estos acontecimientos hay que entenderlos con toda la fuerza de su significado.

Zacarías calla y pierde el habla hasta que nace Juan, el precursor del Señor, y abre su boca. Este silencio de Zacarías significaba que, antes de la predicación de Cristo, el sentido de las profecías estaba en cierto modo latente, oculto, encerrado. Con el advenimiento de aquel a quien se referían estas profecías, todo se hace claro. El hecho de que en el nacimiento de Juan se abre la boca de Zacarías tiene el mismo significado que el rasgarse el velo al morir Cristo en la cruz. Si Juan se hubiera anunciado a sí mismo, la boca de Zacarías habría continuado muda. Si se desata su lengua es porque ha nacido aquel que es la voz; en efecto, cuando Juan cumplía ya su misión de anunciar al Señor, le dijeron: Dinos quién eres. Y él respondió: Yo soy la voz del que clama en el desierto. Juan era la voz; pero el Señor era la Palabra que existía ya al comienzo de las cosas. Juan era una voz pasajera, Cristo la Palabra eterna desde el principio.

RESPONSORIO Lc 1, 76-77

R.
A ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, * porque irás delante del Señor a preparar sus caminos.
V. Anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados.
R. Porque irás delante del Señor a preparar sus caminos.

Himno: SEÑOR, DIOS ETERNO

Señor, Dios eterno, alegres te cantamos,
a ti nuestra alabanza,
a ti, Padre del cielo, te aclama la creación.

Postrados ante ti, los ángeles te adoran
y cantan sin cesar:

Santo, santo, santo es el Señor,
Dios del universo;
llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.

A ti, Señor, te alaba el coro celestial de los apóstoles,
la multitud de los profetas te enaltece,
y el ejército glorioso de los mártires te aclama.

A ti la Iglesia santa,
por todos los confines extendida,
con júbilo te adora y canta tu grandeza:

Padre, infinitamente santo,
Hijo eterno, unigénito de Dios,
santo Espíritu de amor y de consuelo.

Oh Cristo, tú eres el Rey de la gloria,
tú el Hijo y Palabra del Padre,
tú el Rey de toda la creación.

Tú, para salvar al hombre,
tomaste la condición de esclavo
en el seno de una virgen.

Tú destruiste la fin
y abriste a los creyentes las puertas de la gloria.

Tú vives ahora,
inmortal y glorioso, en el reino del Padre.

Tú vendrás algún día,
como juez universal.

Muéstrate, pues, amigo y defensor
de los hombres que salvaste.

Y recíbelos por siempre allá en tu reino,
con tus santos y elegidos.

La parte que sigue puede omitirse, si se cree oportuno.

Salva a tu pueblo, Señor,
y bendice a tu heredad.

Sé su pastor,
y guíalos por siempre.

Día tras día te bendeciremos
y alabaremos tu nombre por siempre jamás.

Dígnate, Señor,
guardarnos de pecado en este día.

Ten piedad de nosotros, Señor,
ten piedad de nosotros.

Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.

A ti, Señor, me acojo,
no quede yo nunca defraudado.

ORACIÓN

OREMOS,
Dios todopoderoso, que suscitaste a san Juan Bautista, para que le preparara a Cristo un pueblo bien dispuesto, concede a tu pueblo el don de la alegría espiritual y guíanos por el camino de la salvación y de la paz. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén

CONCLUSIÓN

V.
Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.

Of La Tr Sx Nn Vs Cm
 
Última edición:
Volver