Santo Evangelio de hoy y lecturas. Domingo, 23 de abril, "Señor, me enseñarás el sendero de la vida" **************************Sto.ROSARIO A LAS 22.00

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ACTUALIZACIÓN:

Santo Rosario. 22:00 horas, horario en España peninsular.

EMPEZAMOS A REZAR A LAS 22:00 HORAS.



Desde Lourdes (en castellano y en vivo):



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Letanías (no son obligatorias, pero agradan a nuestra progenitora del Cielo):



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Salve



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Ave María (cantado)





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¿Cómo se reza el Rosario? Con viñetas explicativas.


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Promesas del Rosario (apariciones marianas):



Aquellos que recen con enorme fe el Rosario recibirán gracias especiales.

Prometo mi protección y las gracias más grandes a aquellos que recen el Rosario.

El Rosario es un arma poderosa para no ir al infierno, destruirá los vicios, disminuirá los pecados, y defendernos de las herejías.

Se otorgará la virtud y las buenas obras abundarán, se otorgará la piedad de Dios para las almas, rescatará a los corazones de la gente de su amor terrenal y vanidades, y los elevará en su deseo por las cosas eternas. Las mismas almas se santificarán por este medio.

El alma que se encomiende a mí en el Rosario no perecerá.

Quien rece el Rosario devotamente, y lleve los misterios como testimonio de vida no conocerá la desdicha. Dios no lo castigará en su justicia, no tendrá una fin violenta, y si es justo, permanecerá en la gracia de Dios, y tendrá la recompensa de la vida eterna.

Aquel que sea verdadero devoto del Rosario no perecerá sin los Sagrados Sacramentos.

Aquellos que recen con mucha fe el Santo Rosario en vida y en la hora de su fin encontrarán la luz de Dios y la plenitud de su gracia, en la hora de la fin participarán en el paraíso por los méritos de los Santos.

Libraré del purgatorio a quienes recen el Rosario devotamente.

Los niños devotos al Rosario merecerán un alto grado de Gloria en el cielo.

Obtendrán todo lo que me pidan mediante el Rosario.

Aquellos que propaguen mi Rosario serán asistidos por mí en sus necesidades.

Mi hijo me ha concedido que todo aquel que se encomiende a mí al rezar el Rosario tendrá como intercesores a toda la corte celestial en vida y a la hora de la fin.

Son mis niños aquellos que recitan el Rosario, y hermanos y hermanas de mi único hijo, Jesucristo.

La devoción a mi Rosario es una gran señal de profecía.

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Prosiguiendo con la iniciativa que comenzamos para subir diariamente la Palabra -siempre necesaria, pero especialmente en los tiempos bélicos y de desesperación que vivimos-, en primer lugar os recuerdo los beneficios que relaciona el Salmo 119 (en Spoiler porque es reiteración).

Beneficios de la Palabra

1) Nutre tu alma sedienta.

«Abatida hasta el polvo está mi alma; Vivifícame según tu palabra.» (Salmo 119: 25).

2) Fortalece tus huesos cansados.

«Afligido estoy en gran manera; Vivifícame, oh Jehová, conforme a tu palabra.» (Salmo 119: 107).

3) Redirige tu mirada a lo que es justo.

«Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; Avívame en tu camino.» (Salmo 119:37).

4) Calma tu corazón desanimado.

«Me anticipé al alba, y clamé; Esperé en tu palabra.» (Salmo 119:147).

5) Concede Completa Paz.

«Mucha paz tienen los que aman tu ley, Y no hay para ellos tropiezo.» (Salmo 119:165).

6) Llena De Esperanza.

«Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, En la cual me has hecho esperar.» (Salmo 119:49).

7) Alimenta Tu Espíritu Hambriento.

«¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca.» (Salmo 119:103).

8) Da Profunda Sabiduría.

«Más que los viejos he entendido, Porque he guardado tus mandamientos;» (Salmo 119:100).

9) Tranquilidad Durante El Dolor.

«Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos, Y que conforme a tu fidelidad me afligiste.» (Salmo 119:75)

10) Te Llena De Sus Alabanzas.

«A medianoche me levanto para alabarte Por tus justos juicios.» (Salmo 119:62).

11) Guarda De Caer En La Tentación.

«Apartaos de mí, malignos, Pues yo guardaré los mandamientos de mi Dios.» (Salmo 119:115).

12) Señala Tus Creencias y Acciones Equivocadas.

«Aparta de mí el camino de la mentira, Y en tu misericordia concédeme tu ley.» (Salmo 119:29).

13) Nos Da Seguridad De Nuestra Herencia Eterna.

«Mis ojos desfallecieron por tu salvación, Y por la palabra de tu justicia.» (Salmo 119:123).

14) Consuela En Tiempo De Angustia.

«Ella es mi consuelo en mi aflicción, Porque tu dicho me ha vivificado.» (Salmo 119:50).

15) En todo momento, puedes ir y dejar que la palabra de Dios te guie, Jesucristo.

«Yo anduve errante como oveja extraviada; busca a tu siervo, Porque no me he olvidado de tus mandamientos.»(Salmo 119:176).

A continuación, el Evangelio de hoy domingo y las lecturas:


Jesús se acercó y siguió caminando con ellos

Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 2, 14. 22-33

El día de Pentecostés Pedro, poniéndose en pie junto a los Once, levantó su voz y con toda solemnidad declaró:
«Judíos y vecinos todos de Jerusalén, enteraos bien y escuchad atentamente mis palabras.
A Jesús el Nazareno, varón acreditado por Dios ante vosotros con los milagros, prodigios y signos que Dios realizó por medio de él, como vosotros mismos sabéis, a este, entregado conforme al plan que Dios tenía establecido y previsto, lo matasteis, clavándolo a una cruz por manos de hombres inicuos. Pero Dios lo resucitó, librándolo de los dolores de la fin, por cuanto no era posible que esta lo retuviera bajo su dominio, pues David dice, refiriéndose a él:
“Veía siempre al Señor delante de mí,
pues está a mi derecha para que no vacile.
Por eso se me alegró el corazón,
exultó mi lengua,
y hasta mi carne descansará esperanzada.
Porque no me abandonarás en el lugar de los muertos,
ni dejarás que tu Santo experimente corrupción.
Me has enseñado senderos de vida,
me saciarás de gozo con tu rostro”.
Hermanos, permitidme hablaros con franqueza: el patriarca David murió y lo enterraron, y su sepulcro está entre nosotros hasta el día de hoy. Pero como era profeta y sabía que Dios “le había jurado con juramento sentar en su trono a un descendiente suyo”, previéndolo, habló de la resurrección del Mesías cuando dijo que “no lo abandonará en el lugar de los muertos” y que “su carne no experimentará corrupción”. A este Jesús lo resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.
Exaltado, pues, por la diestra de Dios y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, lo ha derramado. Esto es lo que estáis viendo y oyendo».

Salmo
Sal 15, 1-2 y 5. 7-8. 9-10. 11 R/. Señor, me enseñarás el sendero de la vida

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
Yo digo al Señor: «Tú eres mi Dios».
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa,
mi suerte está en tu mano.
Señor, me enseñarás el sendero de la vida

Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.
Señor, me enseñarás el sendero de la vida

Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa esperanzada.
Porque no me abandonarás en la región de los muertos,
ni dejarás a tu fiel ver la corrupción.
Señor, me enseñarás el sendero de la vida

Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.
Señor, me enseñarás el sendero de la vida

Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 1, 17-21

Queridos hermanos:
Puesto que podéis llamar Padre al que juzga imparcialmente según las obras de cada uno, comportaos con temor durante el tiempo de vuestra peregrinación, pues ya sabéis que fuisteis liberados de vuestra conducta inútil, heredada de vuestros padres, pero no con algo corruptible, con oro o plata, sino con una sangre preciosa, como la de un cordero sin defecto y sin mancha, Cristo, previsto ya antes de la creación del mundo y manifestado en los últimos tiempos por vosotros, que, por medio de él, creéis en Dios, que lo resucitó de entre los muertos y le dio gloria, de manera que vuestra fe y vuestra esperanza estén puestas en Dios.

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 24, 13-35

Aquel mismo día (el primero de la semana), dos de los discípulos de Jesús iban caminando a una aldea llamada Emaús, distante de Jerusalén unos sesenta estadios;
iban conversando entre ellos de todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo.
Él les dijo:
«¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?».
Ellos se detuvieron con aire entristecido, Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le respondió:
«Eres tú el único forastero en Jerusalén que no sabes lo que ha pasado allí estos días?».
Él les dijo:
«¿Qué?».
Ellos le contestaron:
«Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a fin, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él iba a liberar a Israel, pero, con todo esto, ya estamos en el tercer día desde que esto sucedió. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado, pues habiendo ido muy de mañana al sepulcro, y no habiendo encontrado su cuerpo, vinieron diciendo que incluso habían visto una aparición de ángeles, que dicen que está vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron».
Entonces él les dijo:
«¡Qué necios y torpes sois para creer lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto y entrara así en su gloria?».
Y, comenzando por Moisés y siguiendo por todos los profetas, les explicó lo que se refería a él en todas las Escrituras.
Llegaron cerca de la aldea adonde iban y él simuló que iba a seguir caminando; pero ellos lo apremiaron, diciendo:
«Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída».
Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron.
Pero él desapareció de su vista.
Y se dijeron el uno al otro:
«¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?».
Y, levantándose en aquel momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo:
«Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón».
Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

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Bonus: Añado los comentarios de los dominicos con el Evangelio anterior (que se prolongan en el siguiente post), así como los del padre Pedro Brassesco, en YT. Para quien prefiera las reflexiones por escrito, las dejo a continuación, hoy a cargo de Fray Gerardo Sánchez Mielgo, del Convento de Santo Domingo. Torrent (Valencia).






Comentario bíblico

Primera lectura: Hechos 2,14.22-28.
Marco: Es un fragmento del primer discurso kerigmático de Pedro el día de Pentecostés en Jerusalén, es decir, como el discurso programático de Pedro. En él se recogen las afirmaciones fundamentales acerca de Jesús, su persona y su obra en forma de solemne pregón y anuncio que servirá de base a todos los demás discursos y a toda la predicación auténtica sobre Jesús. De una forma o de otra se ha de actualizar y hacer presente este contenido en todas las predicaciones cristianas misioneras o las que se realizan para construir día a día la comunidad de los creyentes.

Reflexiones:

1ª) Os hablo de Jesús, acreditado por Dios.

Escuchadme, israelitas: Os hablo de Jesús Nazareno, el hombre que Dios acreditó ante vosotros realizando por su mano los milagros, signos y prodigios que conocéis. El punto de partida es siempre Jesús. El hombre Jesús ha de ser la base para un proceso de fe y de participación en la salvación. Ya observamos en el texto pascual de Jn 9 cómo en el proceso de fe del ciego de nacimiento curado por Jesús ante el acoso de los fariseos y al ser requerido para que se pronunciara acerca del que le había curado, responde en primera instancia: Ese hombre llamado Jesús, hizo barro, me untó, me envió a lavarme y ahora veo. Ese hombre llamado Jesús. Pedro invita a que los oyentes dirijan su mirada al Jesús que muchos de ellos conocieron. En ese Jesús de Nazaret es en el que y a través del cual Dios ha actuado definitivamente en la historia de los hombres. Ese Jesús cercano a los hombres derrochando con ellos todo su poder que alcanzaba a sus espíritus pero también a sus cuerpos y a sus angustias. Ese Jesús Nazareno es anunciado ahora.

2ª) A ese Jesús a quien vosotros llevasteis a la cruz.

Conforme al plan previsto y sancionado por Dios, os lo entregaron, y vosotros, por mano de paganos, lo matasteis en una cruz. Ya desde su infancia escuchamos que Jesús sería una "bandera discutida, un signo de contradicción". Toda su vida se distinguió por esta paradoja incomprensible. Pasó haciendo el bien, pero le habéis crucificado. Esa es la historia desconcertante y escandalosa de los hombres. Pero todo estaba previsto por Dios. Se cumplían las Escrituras en las que se encuentra manifestada la Voluntad de Dios en favor de los hombres. Porque la Escritura ha sido inspirada para nuestra salvación. "Conforme al plan previsto y sancionado por Dios". El plan de Dios y el tras*currir de la historia humana convergen en un acontecimiento decisivo para la historia de toda la humanidad. No es posible contemplarlo sólo desde un ángulo, sino desde los dos. Porque con los dos se llega a la comprensión del acontecimiento (hasta donde se puede comprender un misterio) y a la vez se hace creíble al hombre y objeto de aceptación. Providencia divina e historia humana ayer como hoy son inseparables de una manera misteriosa. Enigma de la cruz que sólo es desvelado en la Resurrección de Jesús.

3ª) Dios le resucitó rompiendo las ataduras de la fin.

Pero Dios lo resucitó rompiendo las ataduras de la fin; no era posible que la fin lo retuviera bajo su dominio (se cumple el salmo 15 que en su versión griega alude a la resurrección, a la liberación de la corrupción). Pedro relaciona ahora el acontecimiento con una palabra concreta: el salmo 15. Un salmo mesiánico en el que (en la versión de los LXX y sólo en esta versión) se habla de la liberación de la fin por la resurrección. Jesús murió realmente, pero resucitó realmente, en su totalidad. Dios resucitando a Jesús ha enseñado a los hombres el camino de la vida y el camino de la verdadera respuesta a la tristeza humana por la experiencia de la fin conduciéndola a la vida. Rompiendo las ataduras de la fin en Jesús, a quien no dejó que experimentara la corrupción, es invitado el hombre que muere y experimenta la corrupción, y que le atenaza por todas partes y le produce un terrible estupor y rechazo, a que abra su espíritu a la confianza en el Dios de la vida. La última palabra de Dios es siempre de vida y para vida tanto en Jesús como en nosotros.

Segunda lectura: 1Pedro 1,17-21.
Marco: Seguimos proclamando la Carta de San Pedro. Es la continuación de la lectura del domingo anterior.

Reflexiones:

1ª) Pascua y coherencia de la fe en la vida.

Si llamáis Padre al que juzga a cada uno, según sus obras, sin parcialidad, tomad en serio vuestro proceder en esta vida. Pascua urge una respuesta coherente con el don de la vida. Sólo el ser vivo puede realizar su actividad. Así lo entendían muy bien los hebreos cuando enseñan que el hombre sólo puede actuar si está vivo en su totalidad. Sabemos que hemos pasado de la fin a la vida si tomamos en serio nuestro compromiso temporal iluminado por la fe. Y ese compromiso ha de abarcar todos los ámbitos de la vida, como el propio autor de la carta indica a lo largo de la misma: el ámbito social, familiar y personal. El creyente proyecta la luz de Pascua allí donde le ha tocado desarrollar su vida humana. De otra forma no es un creyente en el Cristo Resucitado, sino en una idea abstracta. Pascua entra en la vida real para empaparla de vida y de esperanza en el Dios del amor y de la vida.

2ª) La Pascua verdadera dimensión del valor del hombre.

Os rescataron a precio de la sangre de Cristo, el cordero sin defecto ni mancha. La Pascua revela la verdadera dignidad del hombre. O mejor: revela el verdadero designio de Dios en favor del hombre al crearlo. Porque el Cristo Pascual, alfa y omega del universo, restaura y manifiesta el verdadero ser hombre. La Pascua da la dimensión del verdadero humanismo. Por lo que el creyente en el Cristo Resucitado no puede huir de la realidad humana en la que se encuentra inmerso. Es más: la humanidad, sea consciente de ello o no, necesita de la oferta pascual para encontrar sus propias raíces humanas. En el fondo del hombre, por muy deformado que se encuentre, siempre arde una lámpara irrenunciable: es imagen y semejanza de Dios con destino a la vida y a la felicidad. Esta verdad fundamental ha de ser proclamada en Pascua iluminada por el Cirio Pascual, símbolo del Cristo total, Dios hombre, Resucitado.

3ª) Cristo Resucitado, camino para el encuentro con el Padre.

Por Cristo vosotros creéis en Dios. El mismo Jesús nos lo había afirmado en el discurso de la Cena: Yo soy el Camino, la verdad y la vida y nadie va al Padre sino es por mí". El hombre necesita este camino que culmina en la vida y en la felicidad. Y ambas son ofertas en firme hechas por el Padre "que nos ama". En Pascua se reafirma el amor de Dios expresado en la cruz. Y solamente lo podemos tras*itar por el Cristo total, muerto y resucitado, porque sólo El responde a las urgencias y tragedias del hombre asumidas en la Cruz. Esta oferta se perpetúa y se hace posible en el Cristo Glorioso que actualiza todo el acontecimiento liberador. Pascua camino hacia el Padre, "paso" hacia el Padre: "Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta la consumación" (Jn 13,1ss).

(...)

Fuente: Jesús se acercó y siguió caminando con ellos

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Y porque has resucitado, te damos las gracias. Contigo seremos invencibles. Contigo, llamados a la Vida.


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Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío.
Dios mío, confío en ti.» (Salmo 90)
 
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II VÍSPERAS
(Oración de la tarde)

INVOCACIÓN INICIAL

V.
Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno: AL FIN SERÁ LA PAZ Y LA CORONA

Al fin será la paz y la corona,
los vítores, las palmas sacudidas,
y un aleluya inmenso como el cielo
para cantar la gloria del Mesías.

Será el estrecho abrazo de los hombres,
sin fin, sin pecado, sin envidia;
será el amor perfecto del encuentro,
será como quien llora de alegría.

Porque hoy remonta el vuelo el sepultado
y va por el sendero de la vida
a saciarse de gozo junto al Padre
y a preparar la mesa de familia.

Se fue, pero volvía, se mostraba,
lo abrazaban, hablaba, compartía;
y escondido la Iglesia lo contempla,
lo adora más presente todavía.

Hundimos en sus ojos la mirada,
y ya es nuestra la historia que principia,
nuestros son los laureles de su frente,
aunque un día le dimos las espinas.

Que el tiempo y el espacio limitados
sumisos al Espíritu se rindan,
y dejen paso a Cristo omnipotente,
a quien gozoso el mundo glorifica. Amén.

SALMODIA

Ant 1.
Después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas. Aleluya.

Salmo 109, 1-5. 7 - EL MESÍAS, REY Y SACERDOTE.

Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies.»

Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.

«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío,
antes de la aurora.»

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno
según el rito de Melquisedec.»

El Señor a tu derecha, el día de su ira,
quebrantará a los reyes.

En su camino beberá del torrente,
por eso levantará la cabeza.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas. Aleluya.

Ant 2. El Señor envió la redención a su pueblo. Aleluya.

Salmo 110 - GRANDES SON LAS OBRAS DEL SEÑOR

Doy gracias al Señor de todo corazón,
en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman.

Esplendor y belleza son su obra,
su generosidad dura por siempre;
ha hecho maravillas memorables,
el Señor es piadoso y clemente.

Él da alimento a sus fieles,
recordando siempre su alianza;
mostró a su pueblo la fuerza de su poder,
dándoles la heredad de los gentiles.

Justicia y verdad son las obras de sus manos,
todos sus preceptos merecen confianza:
son estables para siempre jamás,
se han de cumplir con verdad y rectitud.

Envió la redención a su pueblo,
ratificó para siempre su alianza,
su nombre es sagrado y temible.

Primicia de la sabiduría es el temor del Señor,
tienen buen juicio los que lo practican;
la alabanza del Señor dura por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. El Señor envió la redención a su pueblo. Aleluya.

Ant 3. Aleluya. Reina el Señor, nuestro Dios: alegrémonos y démosle gracias. Aleluya.

Cántico: LAS BODAS DEL CORDERO - Cf. Ap 19,1-2, 5-7

El cántico siguiente se dice con todos los Aleluya intercalados cuando el oficio es cantado. Cuando el Oficio se dice sin canto es suficiente decir el Aleluya sólo al principio y al final de cada estrofa.

Aleluya.
La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios
(R. Aleluya)
porque sus juicios son verdaderos y justos.
R. Aleluya, (aleluya).

Aleluya.
Alabad al Señor sus siervos todos.
(R. Aleluya)
Los que le teméis, pequeños y grandes.
R. Aleluya, (aleluya).

Aleluya.
Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo.
(R. Aleluya)
Alegrémonos y gocemos y démosle gracias.
R. Aleluya, (aleluya).

Aleluya.
Llegó la boda del cordero.
(R. Aleluya)
Su esposa se ha embellecido.
R. Aleluya, (aleluya).

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Aleluya. Reina el Señor, nuestro Dios: alegrémonos y démosle gracias. Aleluya.

LECTURA BREVE Hb 10, 12-14

Cristo, habiendo ofrecido un solo sacrificio en expiación de los pecados, está sentado para siempre a la diestra de Dios, y espera el tiempo que falta «hasta que sus enemigos sean puestos por escabel de sus pies». Así, con una sola oblación, ha llevado para siempre a la perfección en la gloria a los que ha santificado.

RESPONSORIO BREVE

V.
Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya, aleluya.
R. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya, aleluya.

V. Y se ha aparecido a Simón.
R. Aleluya, aleluya.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya, aleluya.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant.
Jesús explicó a los discípulos el misterio de la Pascua en todos los pasajes de la Escritura, desde Moisés hasta los profetas. Aleluya

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Jesús explicó a los discípulos el misterio de la Pascua en todos los pasajes de la Escritura, desde Moisés hasta los profetas. Aleluya

PRECES

Oremos a Cristo, el Señor, que murió y resucitó por los hombres, y ahora intercede por nosotros, y digámosle:

Cristo, rey victorioso, escucha nuestra oración.

Cristo, luz y salvación de todos los pueblos,
derrama el fuego del Espíritu Santo sobre los que has querido fueran testigos de tu resurrección en el mundo.

Que el pueblo de Israel te reconozca como el Mesías de su esperanza
y la tierra toda se llene del conocimiento de tu gloria.

Consérvanos, Señor, en la comunión de tu Iglesia
y haz que con todos nuestros hermanos obtengamos el premio y el descanso de nuestros trabajos.

Tú que has vencido a la fin, nuestro enemigo, destruye en nosotros el poder del mal, tu enemigo,
para que vivamos siempre para ti, vencedor inmortal.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Cristo Salvador, tú que te hiciste obediente hasta la fin y has sido elevado a la derecha del Padre,
recibe en tu reino glorioso a nuestros hermanos difuntos.

Unamos nuestra oración a la de Jesús, nuestro abogado ante el Padre, y digamos como él nos enseñó:

Padre nuestro...

ORACION

Señor, que tu pueblo se regocije siempre al verse renovado y rejuvenecido por la resurrección de Jesucristo, y que la alegría de haber recobrado la dignidad de la adopción filial le dé la firme esperanza de resucitar gloriosamente como Jesucristo. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén

CONCLUSIÓN

V.
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

Of La Tr Sx Nn Vs Cm
 
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