Lux Mundi
In Hoc Signo Vinces
- Desde
- 8 Dic 2019
- Mensajes
- 15.225
- Reputación
- 61.665
La lectura del libro de los Reyes con el pasaje de Eliseo, recuerda a la lectura del Génesis de ayer, cuando Abraham recibe a los ángeles y le anuncian que será padre.
Sara escuchaba y se rió, porque no se lo creyó.
En el libro segundo de los Reyes, Eliseo se encuentra con la sunamita de Sunén, una mujer que ha perdido al marido y no tiene hijos. Ella es buena anfitriona de Eliseo al que da hospitalidad cuando pasa por su casa, y Eliseo, discípulo de Elías, es un hombre santo que intercede por ella, y le anuncia que en el tiempo correspondientes estará abrazando un hijo.
La sunamita, como Sara, no se lo cree, y hay una pequeña diferencia con Sara: que la mujer de Abraham sí oraba por ser progenitora, la sunamita es algo a lo que casi ya ni presta atención, está resignada a no tener hijos y no los pide, de hecho en la Biblia, remarca a Eliseo que ella no se lo ha pedido, no es algo que ya le quite el sueño, no obstante, se convierte en progenitora.
Cuando el niño crece, tiene un accidente en el campo, un golpe con su cabeza, y muere en brazos de su progenitora la sunamita, que es inde el cadáver en una ha oración, y sale en busca de Eliseo al monte Carmelo, donde habita, para que la ayude. Eliseo vuelve a ese niño a la vida insuflándole aliento por la boca y la nariz, como hizo Dios con Adán (Espíritu Santo), y el niño estornuda volviendo a la vida.
Este pasaje del libro de los Reyes, junto con el Génesis de ayer, tratan de ese drama de no tener hijos, ni familia.
Y va Jesús y crea una nueva forma de familia, la cristiana. El que se ha convertido al cristianismo es miembro de una gran familia, la de Cristo.
Me parece que los cristianos actuales no somos conscientes de que pertenecemos a un poderoso clan. Los primitivos cristianos sí que tenían claro ese concepto de comunidad, podríamos ser muy fuertes. Por eso creo que el ataque a la iglesia tiene el objetivo de destruir a la gran familia de Crist, que es el que nos une a todos.
Sara escuchaba y se rió, porque no se lo creyó.
En el libro segundo de los Reyes, Eliseo se encuentra con la sunamita de Sunén, una mujer que ha perdido al marido y no tiene hijos. Ella es buena anfitriona de Eliseo al que da hospitalidad cuando pasa por su casa, y Eliseo, discípulo de Elías, es un hombre santo que intercede por ella, y le anuncia que en el tiempo correspondientes estará abrazando un hijo.
La sunamita, como Sara, no se lo cree, y hay una pequeña diferencia con Sara: que la mujer de Abraham sí oraba por ser progenitora, la sunamita es algo a lo que casi ya ni presta atención, está resignada a no tener hijos y no los pide, de hecho en la Biblia, remarca a Eliseo que ella no se lo ha pedido, no es algo que ya le quite el sueño, no obstante, se convierte en progenitora.
Cuando el niño crece, tiene un accidente en el campo, un golpe con su cabeza, y muere en brazos de su progenitora la sunamita, que es inde el cadáver en una ha oración, y sale en busca de Eliseo al monte Carmelo, donde habita, para que la ayude. Eliseo vuelve a ese niño a la vida insuflándole aliento por la boca y la nariz, como hizo Dios con Adán (Espíritu Santo), y el niño estornuda volviendo a la vida.
Este pasaje del libro de los Reyes, junto con el Génesis de ayer, tratan de ese drama de no tener hijos, ni familia.
Y va Jesús y crea una nueva forma de familia, la cristiana. El que se ha convertido al cristianismo es miembro de una gran familia, la de Cristo.
Me parece que los cristianos actuales no somos conscientes de que pertenecemos a un poderoso clan. Los primitivos cristianos sí que tenían claro ese concepto de comunidad, podríamos ser muy fuertes. Por eso creo que el ataque a la iglesia tiene el objetivo de destruir a la gran familia de Crist, que es el que nos une a todos.