-Que a mí no me guste el islam no significa que me tengan que llamar islamófobo. Tampoco me gusta el comunismo y no me llaman comunistafobo. Estamos ante una religión a veces convertida en ideología política que tiene bula y a la que no se permite hacer ninguna referencia crítica. Nosotros queremos que quienes se instalen aquí acepten nuestras costumbres y que, por ejemplo, no nos impongan el menú de los comedores escolares. Y, por supuesto, queremos que las mezquitas salafistas y fundamentalistas sean cerradas y que no se permita su financiación por parte de regímenes que no toleran la libertad religiosa.
Alguien duda de que vaya a ser nuestro próximo presidente ?????