La presentadora de televisión sufrió hace años una agresión sensual por parte de un forzador en serie
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Nadie imaginaría que detrás de
uno de los rostros más populares de Antena 3 Noticias se escondería una historia tan atroz como la que sufrió la periodista
Sandra Golpe (48 años). Esta semana, la presentadora de televisión ha concedido una entrevista con la revista 'Diez Minutos' en la que ha recordado el momento más traumático de su vida: cuando fue agredida sexualmente hace más de 20 años, mientras estaba trabajando en otro medio de comunicación.
«Me agredieron sexualmente al salir de trabajar por la noche y esa marca la tienes para siempre. De las penas se aprende más que de las victorias. Pero eso me hizo mucho más fuerte», ha comenzado diciendo antes de relatar el ataque. «Yo llegaba a mi casa, hacía un turno de noche, no en Antena 3, cogí el metro y había un forzador en serie merodeando por ahí. Cuando entré en mi portal, este señor se coló. Me agarró, me amenazó con un cuchillo, me tiró al suelo, me metió en el ascensor, me ató… y fue horrible. Pero aquí estoy que lo puedo contar», añadió.
Una experiencia que le ha servido para dar las gracias por lo bueno que le pasa en la vida y por proponer la iniciativa de anunciar cada día en el informativo 'La buena noticia del día'. «Mi progenitora me dijo en su día que hacían falta buenas noticias, y pensé que tenía toda la razón; es de nuestros mejores aciertos, ha gustado mucho».
Esta no es la primera vez que la presentadora de televisión recuerda este traumático suceso en su vida. Hace tres años con motivo del II Foro Talento de Onda Cero Mallorca en el que participó, Golpe contó su agresión por primera vez. «Tuve la inmensa suerte de que hubo un ruido, cortó la brida y desapareció en la noche. Subí como pude y mis compañeros de piso me llevaron a la policía. Estuve en el hospital...». Aunque a las 48 horas del suceso estaba trabajando porque «no quería fallarles».
Pero lejos de encontrar el apoyo que en esos momentos necesitaba, la periodista no encontró ayuda en su trabajo. Después de lo que sufrió solicitó un cambio de turno, como es lógico. No quería tener que llegar tarde a casa, pero se lo negaron: «Me dijo que había hecho los turnos de los tres próximos meses y que no le contara esas cosas. No le dio más importancia y tuve que seguir yendo a trabajar».
Fue un compañero de aquel entonces quien se ofreció a cambiarle el turno e, incluso, le acompañó a la comisaría cada vez que tenía que ir a una rueda de reconocimiento. Como ella misma desveló entonces, su agresor está en la guandoca, en Soto del Real.
