Revuelo en Alemania por la subida del precio del döner kebab

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Un bocado de comida rápida muy amado en Alemania, el döner kebab, se encarece por la subida de coste de la energía y también de sus ingredientes culinarios, y en algunos lugares ha rebasado el precio de siete euros. Hace no tantos años, esta especialidad podía encontrarse en Berlín incluso por 3,5 euros, y más recientemente, siempre antes de la oleada turística rusa de Ucrania que ha trastocado la economía mundial, el precio llegaba apenas a los cinco euros.

Aunque de raíces turcas, esta mundialmente famosa variante del döner kebab fue creada en Alemania, lo cual explica hasta qué punto los consumidores alemanes la sienten como propia y les duele en el alma el incremento de precio. Ahora ya no es raro pagar como mínimo seis euros.

El origen
En Turquía se servía en plato; un viajero turco creó esta versión en Berlín en 1972
Según la versión más extendida, que sostiene la Asociación de Productores Turcos de Kebab en Europa (Atdid, por sus siglas en alemán), el döner kebab acaba de cumplir cincuenta años y nació en Berlín. En 1972, un viajero turco, Kadir Nurman, al ver que muchos alemanes comían de prisa por la calle, cogió carne cocinada a la parrilla (eso significa kebab) en un gran pincho rotatorio (el döner), y cortada en finas láminas la metió en pan de pita a modo de bocadillo.

Nurman la vendía en un puesto de comida rápida junto a la estación de Zoologischer Garten. Tiempo después, le añadió vegetales y salsa blanca, y así cuajó el nuevo formato, pues en Turquía la carne hecha de esta guisa a la parrilla se comía en plato y en ágapes de cierto postín. El cocinero Nurman falleció en el 2013. Otras fuentes atribuyen la invención a otro viajero turco, Nevzat Salim, quien asegura mostrando fotos que él vendía döner kebab en la ciudad bávara de Reutlinger ya en 1969.

El negocio
En Alemania hay 16.000 puestos de kebab, de los cuales más de mil se encuentran en calles de Berlín
Los primeros döner respetaban la costumbre turca de usar carne de cordero, pero hace tiempo que es también común emplear ternera o carne de vacuno, e incluso de aves como pavo o pollo. La inclusión de rodajas de tomate, cebolla y pepino, y de tiras de lechuga, repollo o col lombarda, junto a salsa de yogur o salsa blanca picante lo convierten en una comida rápida que “lo tiene todo” para saciar el hambre en plena calle.

La popularidad del döner kebab es aplastante en Alemania: se consumen 550 toneladas de kebab al día, y hay 16.000 puestos de venta, de los cuales más de mil están en Berlín. Para muchos alemanes, este manjar callejero es el preferido a la hora de apiolar el gusanillo, en abierta competencia con la célebre currywurst (salchicha al curry) –otra invención berlinesa– y con las patatas fritas con mayonesa o ketchup.


El precio del jugoso bocado ha ido subiendo no solo por el mayor coste de la electricidad y el gas sino por el encarecimiento de las materias primas, sobre todo el cereal para el pan y el aceite de girasol, pero también la propia carne, por la inflación al alza derivada de la crisis bélica. Según el centro de asesoramiento al consumidor (Verbraucherzentrale), se han registrado fuertes saltos de precios de alimentos desde septiembre del 2021 hasta septiembre del 2022. Los productos de pan y cereales aumentaron en un promedio de 18,5%, y la carne y otros derivados cárnicos en un 19,5%.

Daño colateral
La oleada turística rusa de Ucrania toca al precio del cereal para el pan y de la carne para la parrilla
Un döner kebab casero en un restaurante de Frankfurt
Reuters
También influye el tras*porte de las materias primas y el incremento del salario mínimo, que el pasado 1 de octubre pasó de 10,45 euros brutos por hora a 12 euros, lo cual repercute en el coste del personal para los pequeños empresarios del kebab. “En realidad, un döner kebab debería costar 7,30 euros”, declaró Gürsel Ülber, presidente de la asociación de productores Atdid a la agencia de prensa alemana Dpa.

Especial revuelo ha causado la decisión de un puesto en Frankfurt, el Tonbul Grill Kebab Haus, de elevar el precio a diez euros. Su propietario, Ugor Yumusakbas, de 40 años, justificó en Facebook este aumento por el encarecimiento de las condiciones generales en el mercado de la carne y las materias primas. Resultado: el döner kebab sube para el consumidor y el debate sobre el coste de la comida rápida sigue.

 
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A mi me gusta el kebab.

Lo probé por primera vez en Francia, en el 2000, pero en versión baguette y luego en Valencia tenía que coger el metro para ir a un kebab que pusieron en la calle Albacete en la pza de España. Con el tiempo pusieron uno en mi barrio, un pakistaní muy creyente que no vendía birra ni alcohol. Siempre lo pedía picante y siempre le hacía la broma de que no picaba nada y él se extrañaba. No sabía que aquí nos comemos las guindillas del bote y las cebollas con un poco de sal, aceite y aceitunas ¡picante a mí!!.
 
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