Desde hace ya tiempo, un coche es mucho más que un aparato sencillo que lleva a la gente de un sitio a otro.
Son máquinas que tienen detrás una tecnología alucinante tanto en su construcción como los elementos que incorporan, con unos requisitos de seguridad, durabilidad, eficiencia, etc. que hacen imposible que un fabricante artesanal haga uno equiparable en calidad/prestaciones al de un fabricante tradicional, salvo que multiplique su precio por cinco.