Los compromisos afectivos, los intereses económicos, las complicidades legales, etc... nada de todo eso: vosotros configurais un nueva forma de hermanamiento nunca antes visto en la historia de la humanidad y que sólo es posible gracias a la irrupción de La Red, esa herramienta de comunicación que es capaz de concitar y fomentar lo más bajo y degradado del ser humano.
Ese hermanamiento novedoso a través de la cosa es lo que os hace interesantes como objeto de estudio, y no por lo que de original tengan vuestras personas individualmente consideradas, sino porque sois meros instrumentos vicarios: es la propia cosa la que se manifiesta a través de vosotros.
Nunca antes lo abyecto ha tenido una representación tan poco digna de compasión y merecedora de escarnio sin tasa. El arte estetiza y acaba legitimando lo inmundo, Internet lo muestra en su cruel da repelúsncia sin filtros culturales.
Vosotros sois los artífices de esa imposibilidad de cualquier tipo de redención y estáis condenados a sufrir el análisis de quien con toda minuciosidad se limita a relatar el protocolo de vuestra propia autodestrucción.