Exacto.Los quejicas de las procesiones, costaleros y turistas, deberían llorar, si, pero de alegría inmensa, puesto que ese agua es un manà para los agricultores, de los que comemos todos, incluidos ellos.
Lo demás es egoísmo, ese adjetivo que retrata a una buena parte de la población.
Así es la sarama borrega analfabeta que cree en dioses. orates.