¿Qué sabía Hitler del Proyecto Manhattan?

Billy Ray

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8 Ago 2010
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Otra operación secreta alemana que sospecho está siendo también objeto de desinformación es la Operación Elster, el intento de sabotaje y espionaje al Proyecto Manhattan.

En Noviembre de 1944 dos agentes alemanes desembarcan en la costa del estado de Maine procedentes del submarino U-1230. Habían tardado más de un mes en atravesar el Atlántico, esquivando toda clase de peligros. Los agentes eran Erich Gimpel y Billy Colepough, de 34 y 26 años. Gimpel es ingeniero radiotécnico, y Colepough un desertor americano de progenitora alemana.
Ambos se dirigen a Nueva York, portan una gran cantidad de dinero en metálico en dólares, más un puñado de diamantes con los que financiarse mientras se establecen y montan su red.
En Nueva York consiguen pasar desapercibidos y establecerse en un céntrico y cómodo apartamento. Gimpel inmediatamente comienza a trabajar, va adquiriendo partes sueltas de componentes para construir una emisora de onda corta casera con la que poder comunicarse con Berlín. Pero su compañero no está por la labor, es un juerguista cliente que se dedica a emborracharse y amar todo lo que puede malgastando el dinero para la operación. Un día Gimpel comprueba con terror que Colepough ha huido con el dinero, desapareciendo en la jungla de asfalto. Pensando con frialdad Gimpel llega a la conclusión de que si Colepough no a tomado un taxi con las maletas, solo puede haber ido a un sitio con ellas, ya que son dos bultos voluminosos y pesados, la consigna de la Estación Central. Se dirige pues a la estación, él tiene las llaves de las maletas, pero carece del resguardo al consignarlas. Interpreta entonces una comedia en la consigna, dice haber perdido el resguardo y no recordar el número de taquilla, pero presenta las llaves como prueba y la jugarreta cuela. Al salir de la estación un nuevo golpe de suerte, se encuentra con un conocido de sus actividades en sudamérica años atrás que no lo relaciona con el espionaje alemán. Este le presta un apartamento que no usa en el número 20 de la calle 44, Gimpel consigue apiolar dos pájaros de un tiro el mismo día cuando todo parecía perdido. Se cuenta, además que el apartamento lo debería de compartir con una joven y guapa amiga del propietario, con la que copula repetidamente en los siguientes días, todo estaba saliendo a pedir de boca...o de platano si quieren.

Pero Colepough vuelve a la consigna y descubre con horror que su traición le ha salido mal. El muy cabestro se entrega al FBI y canta por soleares. El 31 de Diciembre detienen a Gimpel gracias a la descripción de Colepough. Ambos son condenados a fin, pero aquí hay dos versiones, en ambas Gimpel es indultado y termina volviendo a Alemania después de la guerra, mientras que Colepough es ahorcado en una versión y liberado como Gimpel en la otra.

Pero he dejado para el final lo más importante.

Mientras nuestro amigo Gimpel se tira a su compañera de piso, al parecer no pierde el tiempo entre polvos. Contacta con otro doble agente, un tal Brown, el cual lleva años en EEUU espiando y recabando información. Este pone a Gimpel al tanto de los progresos estadounidenses en energía atómica y su desarrollo como arma. Le habla de Oak Ridge, del B-29 como vector, de la obtención de Uranio y de métodos de refigeración de reactores usando caudales fluviales como el Rio Columbia. A las 17 horas del 25 de Diciembre de 1944, Gimpel tras*mite desde una habitación de hotel con una supuesta emisora de fabricación casera. A los pocos minutos recibe confirmación de la recepción desde Berlín, estaban enterados.

¿Y de ser cierto todo esto, que implicaciones tiene?.

En mi modesta opinión, esto significa que Hitler estaba al tanto de la bomba atómica; sabía que la guerra no estaba perdida sino lo siguiente. No hace falta ser un ningún estadista para darse cuenta de la clase de orden mundial que venía, del futuro de Europa y de la guerra fría.
 
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Otra operación secreta alemana que sospecho está siendo también objeto de desinformación es la Operación Elster, el intento de sabotaje y espionaje al Proyecto Manhattan.

En Noviembre de 1944 dos agentes alemanes desembarcan en la costa del estado de Maine procedentes del submarino U-1230. Habían tardado más de un mes en atravesar el Atlántico, esquivando toda clase de peligros. Los agentes eran Erich Gimpel y Billy Colepough, de 34 y 26 años. Gimpel es ingeniero raidotécnico, y Colepough un desertor americano de progenitora alemana.
Ambos se dirigen a Nueva York, portan una gran cantidad de dinero en metálico en dólares, más un puñado de diamantes con los que financiarse mientras se establecen y montan su red.
En Nueva York consiguen pasar desapercibidos y establecerse en un céntrico y cómodo apartamento. Gimpel inmediatamente comienza a trabajar, va adquiriendo partes sueltas de componentes para construir una emisora de onda corta casera con la que poder comunicarse con Berlín. Pero su compañero no está por la labor, es un juerguista cliente que se dedica a emborracharse y amar todo lo que puede malgastando el dinero para la operación. Un día Gimpel comprueba con terror que Colepough ha huído con el dinero, desapareciendo en la jungla de asfalto. Pensando con frialdad Gimpel llega a la conclusión de que si Colepough no a tomado un taxi con las maletas, solo puede haber ido a un sitio con ellas, ya que son dos bultos voluminosos y pesados, la consigna de la Estación Central. Se dirige pues a la estación, él tiene las llaves de las maletas, pero carece del resguardo al consignarlas. Interpreta entonces una comedia en la consigna, dice haber perdido el resguardo y no recordar el número de taquilla, pero presenta las llaves como prueba y la jugarreta cuela. Al salir de la estación un nuevo golpe de suerte, se encuentra con un conocido de sus actividades en sudamérica años atrás que no lo relaciona con el espionaje alemán. Este le presta un apartamento que no usa en el número 20 de la calle 44, Gimpel consigue apiolar dos pájaros de un tiro el mismo día cuando todo parecía perdido. Se cuenta, además que el aprtamento lo debería de compartir con una joven y guapa amiga del propietario, con la que copula repetidamente en los siguientes días, todo estaba saliendo a pedir de boca...o de platano si quieren.

Pero Colepough vuelve a la consigna y descubre con horror que su traición le ha salido mal. El muy cabestro se entrega al FBI y canta por soleares. El 31 de Diciembre detienen a Gimpel gracias a la descripción de Colepough. Ambos son condenados a fin, pero aquí hay dos versiones, en ambas Gimpel es indultado y termina volviendo a Alemania después de la guerra, mientras que Colepough es ahorcado en una versión y liberado como Gimpel en la otra.

Pero he dejado para el final lo más importante.

Mientras nuestro amigo Gimpel se tira a su compañera de piso, al parecer no pierde el tiempo entre polvos. Contacta con otro doble agente, un tal Brown, el cual lleva años en EEUU espiando y recabando información. Este pone Gimpel al tanto de los progresos estadounidenses en energía atómica y su desarrollo como arma. Le habla de Oak Ridge, del B-29 como vector, de la obtención de Uranio y de métodos de refigeración de reactores usando caudales fluviales como el Rio Columbia. A las 17 horas del 25 de Diciembre de 1944, Gimpel tras*mite desde una habitación de hotel con una supuesta emisora de fabricación casera. A los pocos minutos recibe confirmación de la recepción desde Berlín, estaban enterados.

¿Y de ser cierto todo esto, que implicaciones tiene?.

En mi modesta opinión, esto significa que Hitler estaba al tanto de la bomba atómica; sabía que la guerra no estaba perdida sino lo siguiente. No hace falta ser un ningún estadista para darse cuenta de la clase de orden mundial que venía, del futuro de Europa y de la guerra fría.
Para diciembre del 44 todo dios sabía que la guerra estaba perdida para Alemania, y no por la bomba atómica. Los soviéticos ya les estaban pasando por encima sin solución.
 
Eso significa que el Colepough de turno sabía ver la realidad del 44 y hizo lo más inteligente, salir por patas
 
¿Proyecto Manhattan?, pero si los nazis desarrollaron el arma atómica ¿Que cres que fue Tunguska sino un aviso desesperado de alto el fuego?.
 
Otra operación secreta alemana que sospecho está siendo también objeto de desinformación es la Operación Elster, el intento de sabotaje y espionaje al Proyecto Manhattan.

En Noviembre de 1944 dos agentes alemanes desembarcan en la costa del estado de Maine procedentes del submarino U-1230. Habían tardado más de un mes en atravesar el Atlántico, esquivando toda clase de peligros. Los agentes eran Erich Gimpel y Billy Colepough, de 34 y 26 años. Gimpel es ingeniero raidotécnico, y Colepough un desertor americano de progenitora alemana.
Ambos se dirigen a Nueva York, portan una gran cantidad de dinero en metálico en dólares, más un puñado de diamantes con los que financiarse mientras se establecen y montan su red.
En Nueva York consiguen pasar desapercibidos y establecerse en un céntrico y cómodo apartamento. Gimpel inmediatamente comienza a trabajar, va adquiriendo partes sueltas de componentes para construir una emisora de onda corta casera con la que poder comunicarse con Berlín. Pero su compañero no está por la labor, es un juerguista cliente que se dedica a emborracharse y amar todo lo que puede malgastando el dinero para la operación. Un día Gimpel comprueba con terror que Colepough ha huído con el dinero, desapareciendo en la jungla de asfalto. Pensando con frialdad Gimpel llega a la conclusión de que si Colepough no a tomado un taxi con las maletas, solo puede haber ido a un sitio con ellas, ya que son dos bultos voluminosos y pesados, la consigna de la Estación Central. Se dirige pues a la estación, él tiene las llaves de las maletas, pero carece del resguardo al consignarlas. Interpreta entonces una comedia en la consigna, dice haber perdido el resguardo y no recordar el número de taquilla, pero presenta las llaves como prueba y la jugarreta cuela. Al salir de la estación un nuevo golpe de suerte, se encuentra con un conocido de sus actividades en sudamérica años atrás que no lo relaciona con el espionaje alemán. Este le presta un apartamento que no usa en el número 20 de la calle 44, Gimpel consigue apiolar dos pájaros de un tiro el mismo día cuando todo parecía perdido. Se cuenta, además que el aprtamento lo debería de compartir con una joven y guapa amiga del propietario, con la que copula repetidamente en los siguientes días, todo estaba saliendo a pedir de boca...o de platano si quieren.

Pero Colepough vuelve a la consigna y descubre con horror que su traición le ha salido mal. El muy cabestro se entrega al FBI y canta por soleares. El 31 de Diciembre detienen a Gimpel gracias a la descripción de Colepough. Ambos son condenados a fin, pero aquí hay dos versiones, en ambas Gimpel es indultado y termina volviendo a Alemania después de la guerra, mientras que Colepough es ahorcado en una versión y liberado como Gimpel en la otra.

Pero he dejado para el final lo más importante.

Mientras nuestro amigo Gimpel se tira a su compañera de piso, al parecer no pierde el tiempo entre polvos. Contacta con otro doble agente, un tal Brown, el cual lleva años en EEUU espiando y recabando información. Este pone a Gimpel al tanto de los progresos estadounidenses en energía atómica y su desarrollo como arma. Le habla de Oak Ridge, del B-29 como vector, de la obtención de Uranio y de métodos de refigeración de reactores usando caudales fluviales como el Rio Columbia. A las 17 horas del 25 de Diciembre de 1944, Gimpel tras*mite desde una habitación de hotel con una supuesta emisora de fabricación casera. A los pocos minutos recibe confirmación de la recepción desde Berlín, estaban enterados.

¿Y de ser cierto todo esto, que implicaciones tiene?.

En mi modesta opinión, esto significa que Hitler estaba al tanto de la bomba atómica; sabía que la guerra no estaba perdida sino lo siguiente. No hace falta ser un ningún estadista para darse cuenta de la clase de orden mundial que venía, del futuro de Europa y de la guerra fría.
Interesante relato, pero no está clara la conclusión que Hitler sacó de la tras*misión de Gimpel, aún podían pensar que estaban investigando pero no había nada preparado.
 
Para diciembre del 44 todo dios sabía que la guerra estaba perdida para Alemania, y no por la bomba atómica. Los soviéticos ya les estaban pasando por encima sin solución.
Es cierto, pero no todo el mundo en Alemania sabía lo de la bomba, ni en Alemania, ni en Moscú, esta información sería ultrasecreta, solo Hitler y cuatro sabrían de ella.
Wacht am Rheim la lanzaron el 16 de Diciembre, la tras*misión de Gimpel es el 25, se entiende que antes de conocer la información de Gimpel Hitler continuara creyendo en la victoria, al menos en uno de los frentes. Pero yo creo que después de conocer esta información Hitler vería el peligro de prolongar la guerra y acabar sufriendo bombardeos atómicos en Alemania, cualquiera lo vería. ¿Le dio igual esto?; ¿no le habría importado continuar una guerra perdida que acabara con bombazos atómicos desintegrando ciudades alemanas enteras?.
Sí, vale, los yanquis solo tenían dos o tres artefactos, y no los completaron hasta el verano, pero a esos detalles no llegaban.

No se, me llama mucho la atención la posibilidad de que Hitler supiera esto. No se como encajarlo en el comportamiento que tuvo, ya no era una cuestión de estar encerrado en un bunker con Berlín rodeado de Ejércitos sovieticos los últimos días. Ya la cosa hay que prolongarla meses atrás, a principios del 45, son demasiados meses con un Hitler loco con todo perdido.
 
Otra operación secreta alemana que sospecho está siendo también objeto de desinformación es la Operación Elster, el intento de sabotaje y espionaje al Proyecto Manhattan.

En Noviembre de 1944 dos agentes alemanes desembarcan en la costa del estado de Maine procedentes del submarino U-1230. Habían tardado más de un mes en atravesar el Atlántico, esquivando toda clase de peligros. Los agentes eran Erich Gimpel y Billy Colepough, de 34 y 26 años. Gimpel es ingeniero radiotécnico, y Colepough un desertor americano de progenitora alemana.
Ambos se dirigen a Nueva York, portan una gran cantidad de dinero en metálico en dólares, más un puñado de diamantes con los que financiarse mientras se establecen y montan su red.
En Nueva York consiguen pasar desapercibidos y establecerse en un céntrico y cómodo apartamento. Gimpel inmediatamente comienza a trabajar, va adquiriendo partes sueltas de componentes para construir una emisora de onda corta casera con la que poder comunicarse con Berlín. Pero su compañero no está por la labor, es un juerguista cliente que se dedica a emborracharse y amar todo lo que puede malgastando el dinero para la operación. Un día Gimpel comprueba con terror que Colepough ha huido con el dinero, desapareciendo en la jungla de asfalto. Pensando con frialdad Gimpel llega a la conclusión de que si Colepough no a tomado un taxi con las maletas, solo puede haber ido a un sitio con ellas, ya que son dos bultos voluminosos y pesados, la consigna de la Estación Central. Se dirige pues a la estación, él tiene las llaves de las maletas, pero carece del resguardo al consignarlas. Interpreta entonces una comedia en la consigna, dice haber perdido el resguardo y no recordar el número de taquilla, pero presenta las llaves como prueba y la jugarreta cuela. Al salir de la estación un nuevo golpe de suerte, se encuentra con un conocido de sus actividades en sudamérica años atrás que no lo relaciona con el espionaje alemán. Este le presta un apartamento que no usa en el número 20 de la calle 44, Gimpel consigue apiolar dos pájaros de un tiro el mismo día cuando todo parecía perdido. Se cuenta, además que el apartamento lo debería de compartir con una joven y guapa amiga del propietario, con la que copula repetidamente en los siguientes días, todo estaba saliendo a pedir de boca...o de platano si quieren.

Pero Colepough vuelve a la consigna y descubre con horror que su traición le ha salido mal. El muy cabestro se entrega al FBI y canta por soleares. El 31 de Diciembre detienen a Gimpel gracias a la descripción de Colepough. Ambos son condenados a fin, pero aquí hay dos versiones, en ambas Gimpel es indultado y termina volviendo a Alemania después de la guerra, mientras que Colepough es ahorcado en una versión y liberado como Gimpel en la otra.

Pero he dejado para el final lo más importante.

Mientras nuestro amigo Gimpel se tira a su compañera de piso, al parecer no pierde el tiempo entre polvos. Contacta con otro doble agente, un tal Brown, el cual lleva años en EEUU espiando y recabando información. Este pone a Gimpel al tanto de los progresos estadounidenses en energía atómica y su desarrollo como arma. Le habla de Oak Ridge, del B-29 como vector, de la obtención de Uranio y de métodos de refigeración de reactores usando caudales fluviales como el Rio Columbia. A las 17 horas del 25 de Diciembre de 1944, Gimpel tras*mite desde una habitación de hotel con una supuesta emisora de fabricación casera. A los pocos minutos recibe confirmación de la recepción desde Berlín, estaban enterados.

¿Y de ser cierto todo esto, que implicaciones tiene?.

En mi modesta opinión, esto significa que Hitler estaba al tanto de la bomba atómica; sabía que la guerra no estaba perdida sino lo siguiente. No hace falta ser un ningún estadista para darse cuenta de la clase de orden mundial que venía, del futuro de Europa y de la guerra fría.

En Noviembre del 44 el Fuhrer era un puñetero drojado que tras el atentado contra su vida, veía solo traidores y conspiraciones, estaba ya gaga. En Enero del 45 fracasó la batalla de las Ardenas, y los Rusos pisando los talones.... Le daba un poco igual a todos ya.
 
Es cierto, pero no todo el mundo en Alemania sabía lo de la bomba, ni en Alemania, ni en Moscú, esta información sería ultrasecreta, solo Hitler y cuatro sabrían de ella.
Wacht am Rheim la lanzaron el 16 de Diciembre, la tras*misión de Gimpel es el 25, se entiende que antes de conocer la información de Gimpel Hitler continuara creyendo en la victoria, al menos en uno de los frentes. Pero yo creo que después de conocer esta información Hitler vería el peligro de prolongar la guerra y acabar sufriendo bombardeos atómicos en Alemania, cualquiera lo vería. ¿Le dio igual esto?; ¿no le habría importado continuar una guerra perdida que acabara con bombazos atómicos desintegrando ciudades alemanas enteras?.
Sí, vale, los yanquis solo tenían dos o tres artefactos, y no los completaron hasta el verano, pero a esos detalles no llegaban.

No se, me llama mucho la atención la posibilidad de que Hitler supiera esto. No se como encajarlo en el comportamiento que tuvo, ya no era una cuestión de estar encerrado en un bunker con Berlín rodeado de Ejércitos sovieticos los últimos días. Ya la cosa hay que prolongarla meses atrás, a principios del 45, son demasiados meses con un Hitler loco con todo perdido.
Con perder en un frente era suficiente. Para la navidad del 44 Francia estaba liberada entera y los soviéticos ya habían llegado a Prusia Oriental. La bomba atómica era el menor de los problemas de Hitler.
 
Otra operación secreta alemana que sospecho está siendo también objeto de desinformación es la Operación Elster, el intento de sabotaje y espionaje al Proyecto Manhattan.

En Noviembre de 1944 dos agentes alemanes desembarcan en la costa del estado de Maine procedentes del submarino U-1230. Habían tardado más de un mes en atravesar el Atlántico, esquivando toda clase de peligros. Los agentes eran Erich Gimpel y Billy Colepough, de 34 y 26 años. Gimpel es ingeniero radiotécnico, y Colepough un desertor americano de progenitora alemana.
Ambos se dirigen a Nueva York, portan una gran cantidad de dinero en metálico en dólares, más un puñado de diamantes con los que financiarse mientras se establecen y montan su red.
En Nueva York consiguen pasar desapercibidos y establecerse en un céntrico y cómodo apartamento. Gimpel inmediatamente comienza a trabajar, va adquiriendo partes sueltas de componentes para construir una emisora de onda corta casera con la que poder comunicarse con Berlín. Pero su compañero no está por la labor, es un juerguista cliente que se dedica a emborracharse y amar todo lo que puede malgastando el dinero para la operación. Un día Gimpel comprueba con terror que Colepough ha huido con el dinero, desapareciendo en la jungla de asfalto. Pensando con frialdad Gimpel llega a la conclusión de que si Colepough no a tomado un taxi con las maletas, solo puede haber ido a un sitio con ellas, ya que son dos bultos voluminosos y pesados, la consigna de la Estación Central. Se dirige pues a la estación, él tiene las llaves de las maletas, pero carece del resguardo al consignarlas. Interpreta entonces una comedia en la consigna, dice haber perdido el resguardo y no recordar el número de taquilla, pero presenta las llaves como prueba y la jugarreta cuela. Al salir de la estación un nuevo golpe de suerte, se encuentra con un conocido de sus actividades en sudamérica años atrás que no lo relaciona con el espionaje alemán. Este le presta un apartamento que no usa en el número 20 de la calle 44, Gimpel consigue apiolar dos pájaros de un tiro el mismo día cuando todo parecía perdido. Se cuenta, además que el apartamento lo debería de compartir con una joven y guapa amiga del propietario, con la que copula repetidamente en los siguientes días, todo estaba saliendo a pedir de boca...o de platano si quieren.

Pero Colepough vuelve a la consigna y descubre con horror que su traición le ha salido mal. El muy cabestro se entrega al FBI y canta por soleares. El 31 de Diciembre detienen a Gimpel gracias a la descripción de Colepough. Ambos son condenados a fin, pero aquí hay dos versiones, en ambas Gimpel es indultado y termina volviendo a Alemania después de la guerra, mientras que Colepough es ahorcado en una versión y liberado como Gimpel en la otra.

Pero he dejado para el final lo más importante.

Mientras nuestro amigo Gimpel se tira a su compañera de piso, al parecer no pierde el tiempo entre polvos. Contacta con otro doble agente, un tal Brown, el cual lleva años en EEUU espiando y recabando información. Este pone a Gimpel al tanto de los progresos estadounidenses en energía atómica y su desarrollo como arma. Le habla de Oak Ridge, del B-29 como vector, de la obtención de Uranio y de métodos de refigeración de reactores usando caudales fluviales como el Rio Columbia. A las 17 horas del 25 de Diciembre de 1944, Gimpel tras*mite desde una habitación de hotel con una supuesta emisora de fabricación casera. A los pocos minutos recibe confirmación de la recepción desde Berlín, estaban enterados.

¿Y de ser cierto todo esto, que implicaciones tiene?.

En mi modesta opinión, esto significa que Hitler estaba al tanto de la bomba atómica; sabía que la guerra no estaba perdida sino lo siguiente. No hace falta ser un ningún estadista para darse cuenta de la clase de orden mundial que venía, del futuro de Europa y de la guerra fría.

Cool story, bro.

Se lo mando a Le Carré, Verhoeven y Miles Mathis y el que gane el duelo tendrá razón.
 
Es cierto, pero no todo el mundo en Alemania sabía lo de la bomba, ni en Alemania, ni en Moscú, esta información sería ultrasecreta, solo Hitler y cuatro sabrían de ella.
Wacht am Rheim la lanzaron el 16 de Diciembre, la tras*misión de Gimpel es el 25, se entiende que antes de conocer la información de Gimpel Hitler continuara creyendo en la victoria, al menos en uno de los frentes. Pero yo creo que después de conocer esta información Hitler vería el peligro de prolongar la guerra y acabar sufriendo bombardeos atómicos en Alemania, cualquiera lo vería. ¿Le dio igual esto?; ¿no le habría importado continuar una guerra perdida que acabara con bombazos atómicos desintegrando ciudades alemanas enteras?.
Sí, vale, los yanquis solo tenían dos o tres artefactos, y no los completaron hasta el verano, pero a esos detalles no llegaban.

No se, me llama mucho la atención la posibilidad de que Hitler supiera esto. No se como encajarlo en el comportamiento que tuvo, ya no era una cuestión de estar encerrado en un bunker con Berlín rodeado de Ejércitos sovieticos los últimos días. Ya la cosa hay que prolongarla meses atrás, a principios del 45, son demasiados meses con un Hitler loco con todo perdido.

Ni en la mentalidad de Hitler cabía la rendición (sino el ideal romántico de la fin en combate), ni los soviéticos, con millones de muertos a las espaldas como para tapar el sol, la hubieran aceptado. Esa guerra era ya de exterminio.

Pero vamos, que a los japoneses les tiraron dos pepinos SOBRE POBLACIÓN CIVIL, cuando a los japos no les quedaba combustible ni para que despegasen sus aviones, y estaban completamente derrotados.

Pero parece que alguien en USA era lo bastante orate/racista/hijomio, como para que le diera igual.

Luego todos durmieron como troncos, sin escuchar los gritos, y disfrutaron de sus dorados 50, mientras los iluso de los europeos, sobre todo los "ganadores", veían como su poder en el mundo desaparecía, sus colonias eran desmanteladas, y todo ello, mientras picaban su cartilla de racionamiento.

Y aún celebran que "ganaron". Para partirse.
 
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