"Mientras los ejércitos aliados se aprestaban a dar el golpe definitivo en la primavera de 1945, y los lideres alemanes instaban a su maltrecha fuerza a resistir y resistir como héroes, Hitler dedico tiempo a reflexionar por que había perdido la guerra. Martin Bormann su imprescindible secretario, le seguía con el bloc y el lápiz y anotaba fielmente sus comentarios,[...]
Hitler situaba el comienzo de sus problemas en la crisis de Munich de 1938. Lamentaba no haber tenido el coraje de conquistar Checoslovaquia desafiando a Gran Bretaña y Francia.Estaba convencido de que , si lo hubiera hecho, los occidentales se hubiesen echado atrás, la dominación alemana del continente se hubiera hecho realidad y la gran guerra en el este se hubiera podido aplazar hasta que Alemania estuviera totalmente preparada.
Lamentaba su amistad con Mussolini "Cualquier cosa hubiera sido mejor que tener a los italianos de compañeros de armas..." Italia atrajo a Hitler al Mediterráneo y los Balcanes, cuando la prioridad era la URSS.
Hitler comprendió que debió haber atacado a Stalin en mayo del 41 , con lo que hubiese ganado unas cuantas semanas de tiempo seco. Mejor aún, no debería haber hecho una guerra de 2 frentes contra RU y la URSS. Se vio obligado a atacar a esta, porque los "estúpidos jefes de Gran Bretaña" se negaron a firmar una paz sensata: quizá debiera haber atacado en el sur, apoderándose de Gibraltar y penetrando en Oriente Medio para acabar con la resistencia británica.
Lo que llama la atención en las reflexiones de Hitler es lo poco que se culpaba a si miso. Siempre eran otras personas, otras fuerzas los que lo empujaban a actuar[...]
Munich fue culpa de Neville Chamberlain, [...] Hitler fue defraudado por Mussolini, frustrado por Stalin, servido por una élite alemana integrada por débiles "reaccionarios pequeños burgueses"
Richard Overy. Por que ganaron los aliados.