En nuestra cabeza es una situación idílica, pero haber nacido hijo de un tío hiperfamoso y que no pareciera que tuviera la cabeza muy bien amueblada, tiene sus grandes peros.
Igualmente, tener la vida solucionada parece estupendo, pero que llegue un día que descubras con 20 años que no vas a ser nunca nadie, que siempre vas a ser juzgado en comparación con tu padre, y que para vivir de querida progenitora tienes que esperar que se muera, pues no es difícil que termines drojadicto perdido.
De hecho, es algo bastante frecuente....No tener que remar nunca debería ser un don divino que solo se debiera dar a quien lleva remando 15 años mínimo, como para poder apreciarlo.