Psilocibina. Dosis heroica

perfectohijoputa

Madmaxista
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Hoy he tomado 6.60 gramos de hongos secos de mi propio cultivo, estaban congelados y al vacío, desde hace más de un año.

Eran psilocibe cubensis

Los tomé bien pulverizados en un mortero y mezclados con un yogur griego caducado y un buen chorro de limón. Lo he tomado sin masticar ni saborear, cada cucharada la he tragado lo más directo posible porque el sabor de los hongos me da repelús.

Llevaba prácticamente un año sin tomar, pero de alguna manera la experiencia me ha llamado hoy, se han dado las circunstancias propicias, poder estar solo en mi casita aislada y disponer del día para mi.

Tomé el preparado a las 17:30h la última cucharada. Y ahora a las 0:45h empiezo a sentir que estoy sin efectos, puede que algún ondulado visual si me fijo bien, poco más.

Ahora tengo Ojos resecos, algo de gases y ligera jaqueca.

IMG_4012.jpeg


Ha sido un viaje durísimo que no creo que vuelva a repetir. Y a pesar de todo, celebro y agradezco haber podido experimentarlo.

aunque No creo que una experiencia tan reveladora me salga gratis, sinceramente.

Y no creo que ya vuelva a ser el mismo

Un abrazo y cuidaros mucho todos
 
Tenéis razón. Dejo este espacio aquí para explicarme próximamente ; aún estoy rumiando la experiencia.
 
Resulta que ahora te comes unos monguis y tienes una experiencia mística que te cambia la vida. De un tortazo os ponía yo en órbita para ver a Dios.

En mi tierra salen silvestres, a miles, cada otoño. Durante la juventud comi tantos que no podría contarlos. Para que hagáis una idea, un día recolecte mil: volaron en 2-3 meses, y eso que la dosis es de unos 35 psilocybes. Obviamente compartiendo muchos.

El viaje es espectacular, y aunque comparte muchas sensaciones con viajes de LSD, que también les dimos duro unos años, la experiencia es más natural, más fluctuante y de alguna manera con mayor conexión en general.

Comerse unos psilocybes en casa es de tarados mentales. Eso se hace en la naturaleza, en un sitio donde puedas hacer cuanto te pida el cuerpo, y al mismo tiempo admirar la naturaleza. En casa y solo... No cabe un t0nt0 más...

Lo dicho, os despertaba de un zascao a todos los que vais en la modita de las experiencias místicas a base de drojas, como si hubieseis especiales.

Pringaos.
 
Resulta que ahora te comes unos monguis y tienes una experiencia mística que te cambia la vida. De un tortazo os ponía yo en órbita para ver a Dios.

En mi tierra salen silvestres, a miles, cada otoño. Durante la juventud comi tantos que no podría contarlos. Para que hagáis una idea, un día recolecte mil: volaron en 2-3 meses, y eso que la dosis es de unos 35 psilocybes. Obviamente compartiendo muchos.

El viaje es espectacular, y aunque comparte muchas sensaciones con viajes de LSD, que también les dimos duro unos años, la experiencia es más natural, más fluctuante y de alguna manera con mayor conexión en general.

Comerse unos psilocybes en casa es de tarados mentales. Eso se hace en la naturaleza, en un sitio donde puedas hacer cuanto te pida el cuerpo, y al mismo tiempo admirar la naturaleza. En casa y solo... No cabe un t0nt0 más...

Lo dicho, os despertaba de un zascao a todos los que vais en la modita de las experiencias místicas a base de drojas, como si hubieseis especiales.

Pringaos.

Jajaja. Le has marcado un owned a todo el que le apetezca drojarse como quien se come un bocadillo de jamón, siempre me ha parecido una tonteria.

Te recomiendo una canción que me gustó mucho en un viaje cuando las probé unas pocas veces porue quería oír discos psicodélicos, aunque ptimus fueron demasiada psicodelia

 
Podrías detallar algo más no?

Desde luego, porque decir “me he pegado un viaje que no repetiré pero que me ha tras*formado” es como decir nada

Ha sido una experiencia que no se ha parecido a lo que esperaba que fuese. En anteriores trips, siempre he estado muy sosegado, tumbado y como observador, o generando un diálogo interno. Esta vez he sido consciente pero no controlando sino como un componente al margen de un proceso que se ha ido ejecutando solo.

Y no ha sido sosegado, ha sido físico, movido, emocional, diría que primitivo y animal. He estado en el suelo, he llorado como un niño y también como un animal con un llanto gutural clamoroso y profundo, tanto ha sido que mi voz está ahora resentida ligeramente.

Han sido cuatro o cinco oleadas cíclicas, como un proceso que fue a más. Venciendo la resistencia a ir al suelo, luego a perder el control, luego la resistencia al llanto, y al final entendí que había un camino previo que he ido andando varios años para llegar a esta noche pasada, que había restaurado esa casita con madera para tal fin, y vencidas las resistencias me entregué a lo que fuera que había iniciado.

He sentido que moría, una fin no dolorosa, aséptica de cualquier sensación física. He olido a madera quemada o incienso y ya no me podía mover, he estado un tiempo indefinido en el suelo bocabajo y recuerdo el plano a ras de suelo y la puerta al fondo. Pensé que me estaba muriendo a cámara lenta.

He llegado a pensar que me había suicidado.

Luego en algún momento dije que no podía irme así, como si debiera mi presencia a mi mujer y mi hija, entonces me recompuse sin ningún esfuerzo y quedé sentado como un yogui sobre el suelo de madera, sentí que mi postura era perfecta y me vi por fuera pero no era yo físicamente aunque yo sabía que era yo. Me senté en el sillón donde había empezado y entendí algo que doy como cierto, fue una gozada recibir eso y di las gracias varias veces por hacérmelo ver.

Básicamente soy más que yo mismo, he visto a través de los ojos de otra persona que sentí ser yo.

Antes había estado en el jardín, descalzo en la hierba, mirando mis flores, unas danzaban tenuemente y otras no. Empezó a llover, me encandilé mirando los nubarrones. Mirando a los gatos refugiados de la lluvia me moría de la risa. Algo no muy diferente de un viaje normal, recreativo, pero el salto posterior a lo instropectivo fue brutal.

En un momento dije, o esto me cura o me mata.

Y creo que había cosas dentro de mí que se han removido hasta los cimientos.

Creo que me he deconstruido hasta un bebé y a punto de desaparecer, entonces volví.

En ese proceso, he sentido que era la propia tierra, mi origen más orgánico, un animal emocional que iba de la risa al llanto y de éste al aullido.
incapaz de hablar, de interpretar las agujas del reloj, solo un ser vivo consciente de su existencia pero no racional, no de la manera lógica que soy ahora. Creo que de esos momentos no tengo recuerdos, sinceramente no soy capaz de hilvanar una idea enfocada de lo que pasó en mi durante ese tiempo.

No he visto seres, no he visto a un dios ni he reflexionado sobre él. La experiencia más que espiritual ha sido animal. Muy personal. Ha sido un viaje a lo profundo de mi personal existencia.

Yo pensaba que mis trips con psilocibina habían ido lejos, normalmente reflexivos, visuales, entendiendo a dios, el amor… pero esto ha sido mucho más, si tuviera que definirlo rápidamente sería como dije arriba, he sentido mi fin, sin sentir dolor ni miedo, y el camino ha sido largo, agónico, mi cuerpo ha sufrido, lo he escuchado como si fuera un cuerpo ajeno quejicoso, tosiendo, expulsando mucosidad, incapaz de mantenerse en pie y mientras tanto yo he sido algo que soy incapaz de definir con mayor riqueza que un simple estoy vivo y consciente.

Siempre he tenido el máximo respeto por esta sustancia, no la he tomado más de 7 u 8 veces, nunca de manera recreativa, siempre buscando en ella ayuda para mejorar y superar momentos que fueron complejos en mi vida. Ese respeto que ya le tenía hoy se multiplicó exponencialmente.

No sé si una dosis heroica tiene realmente utilidad “terapéutica”, ahora dudo, igualmente el tiempo lo dirá, tengo mucho en que pensar.
 
Por lo que voy indagando, creo que mi experiencia ha sido algo cercano a lo que se define como "fin del ego", creo que incompleta o interrumpida por mi propio miedo y desconocimiento. Había oido hablar de esto antes, pero no lo buscaba, y no lo interpreté correctamente.

He de decir que a un par de días de la experiencia sigo siendo el mismo pimpollo de siempre pero me encuentro muy bien, con energía y ganas de hacer cosas, creo que más empático o abierto. Se ha despertado en mi cierto rechazo a leer sobre política, situación del país y cosas que me tenían encabronado. Creo que ahora me resbala todo eso un poco más, como si fuese algo ajeno que solo afecta a mis asuntos mundanos, y eso ahora no es tan importante.

Procrastino menos y disfruto más de todo, como si la vida ahora la percibiera más amable conmigo, y/o al revés.

Así que me retracto, la experiencia tocha si que tiene efecto terapéutico.

También se me ha ido la tos que tenía desde hace 20 días y no me duelen las rodillas. Casual o curioso.

De igual manera, no recomiendo a nadie que coma setas y mucho menos en esta cantidad. Es muy extremo, en mis 50 años nunca viví nada igual, esto no es para cualquiera y no me cabe duda de que podría dejar tocado a alguien si no está en condiciones físicas y mentales propicias.
 
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