Escandinavia también está llena de monedas fiel a la religión del amoras y nadie dice que fue conquistada por los fiel a la religión del amores.
La presencia de todos esos testimonios “hasta León” bien pudieron ser producto del comercio, y los “niveles de destrucción” producto de la guerra civil entre visigodos.
Sin embargo, yo no niego la presencia de tropas fiel a la religión del amoras procedentes del Maghreb que pudieron llevar “hasta León” todo lo que cuentas. Yo apoyo la presencia fiel a la religión del amora en esas latitudes pues me sirven para entender el temprano desarrollo del cacicazgo de Oviedo, así que por ahí no hay problema. El problema esta en “oleada turística conquistadora” o “incursión en apoyo o alianza con…”.
Nuestros parámetros temporales están situados en torno al año 711 (Guadalete/La Janda) y el 910 (fin de Alfonso III Ramírez), pudiendo ampliar ambas fechas
solo si fuera necesario, pero sin abusar en largueza.
1070 es un año muy adelantado a los hechos de que hablamos que ocurren en torno al siglo VIII. Para el año 1073 el papado ya es políticamente muy fuerte, en 1077 ya se atreve a desafiar el poder del emperador alemán como ocurre en la llamada “humillación de Canossa” (Enrique IV vs Gregorio VII). El tema aquí es el siglo VIII cuando el papado apenas era un acondroplásico político que comenzaba a extender sus tentáculos políticos fuera de Roma.
Hablo del siglo VIII donde las iglesias cristianas (no diré nacionales por ser un término anacrónico) eran autónomas y por ello cada cual mantenía sus particular rito: galicano, hispano, celta, ambrosiano, afro-latino, etc. En el siglo VIII las iglesias tanto del reino merovingio como del visigodo eran autónomos de la romana. Estas autonomías se reflejaban en sus diferentes ritos liturgicos: romano, toledano, galicano. Los cambios a favor del romano se darían en paralelo a los
cambios dinásticos ocurridos en aquellos reinos.
Primero el rito romano se ira imponiendo gradualmente sobre el galicano tras la alianza, en 741, entre el rex francorum Pipino (751-768) y el Papa Zacarias (741-752) y se va consolidando con el posterior apoyo del rex/imperator Carlomagno (768-814); en lo que toca al espacio hispánico, la sustitución del rito toledano apenas se comienza a ver hacia los gobiernos de Silo (774-783) y Mauregato (783-789) que coinciden con el Renacimiento carolingio y el problema con el Adopcionismo, pero estos cambios no se dan de golpe, son muy graduales.
A decir de Ramón de Abadal, el preámbulo de la crisis del Adopcionismo fue un intento de captación de la Iglesia hispana por parte de la Iglesia franca.
782. Envío de Egila, un visigodo consagrado obispo en las Galias, con autorización del Papa Adriano I, y que tendría por misión predicar la fe en la España fiel a la religión del amora contra las herejías.
784. Himno O Dei Verbum donde se invoca por primera vez al apóstol Santiago como patrón de Hispania durante el gobierno de Mauregato (783-788).
784. Concilio de Sevilla, donde Elipando de Toledo utiliza el término “adopción” para referirse a la naturaleza de Jesus-Cristo
785. La toma por los francos de Gerona y de su ciudad episcopal de Urgel, lo que convierte el problema teológico hispano en problema imperial
787. El concilio Niceno II condenó la Iconoclasta, y abrió las puertas a un posible acercamiento entre el Pontificado y el Imperio romano de Oriente, que no podía ser bien visto por Carlomagno.
789. Carta de Alcuino de York a Felix de Urgel,
791. Asenso al trono de Alfonso II
792. Sínodo de Ratisbona
794. Sínodo de Fráncfort
799. Sínodo de Aquisgrán
Así en el breve término de veinte años, el clero asturiano se desvincula de Toledo y se acerca a Roma bajo la tutela de Carlomagno.
Y todo el N.O. peninsular entra dentro de un Nuevo Orden. Nace la nobleza y se comienza a usar los términos rex y regnum ya sin pudor…
Fuente: lo anterior esta entresacado de
LA CIRCUNSTANCIA HISTÓRICA DEL ADOPCIONISMO ESPAÑOL
JOSÉ ORLANDIS
https://dadun.unav.edu/bitstream/10171/13142/1/ST_XXVI-3_08.pdf
El alto clero arriano fue el que desaparecio con la conversión de Reccaredo, el arrianismo popular debió de permanecer en clandestinaje por mucho tiempo más. Ninguna creencia religiosa desaparece de la noche a la mañana, hoy día aún hay arrianos o afines, es una historia aún no contada…
La gran preocupación de los últimos concilios de Toledo están retratados en sus actas: los “judíos”
Y cabe preguntarse ¿qué se entendía por judío en aquel momento?
Veamos:
El arrianismo desarrolló una doctrina que subordinaba el Hijo al Padre, negando de este modo la divinidad consustancial de Cristo,
lo que implicaba que fuese considerado frecuentemente como una herejía próxima al judaismo.
Este bien documentado que la acusación de judaísmo contra el arrianismo era muy frecuente en la dialéctica nicena. Para la ortodoxia, no existían dudas de que Arrio se había dejado seducir por el judaísmo. De hecho, el léxico antijudío (perfidi, uenenum, caeca impietas, liuor inuidiae) pasó a formar parte de la diatriba antiarriana.
Hilario de Poitiers en el prefacio de su Opus Historicum establece una clara vinculación entre los judíos, perseguidores de Cristo, y los herejes arrianos, perseguidores de los católicos. Así pues, la iniquidad arriana quedaba reforzada por su íntima relación con la religión judía, término negativo de comparación por antonomasia. Hilario de Poitiers se lo recrimina directamente al hereje [arriano] de la siguiente forma: «Mira cómo te has introducido en la compañía impía de los judíos al negar al Hijo de Dios».
Juan Crisóstomo, cuya dialéctica antijudía es probablemente la más agresiva de todos los padres de la Iglesia, no dudó en denunciar con especial atención la perniciosa relación que existía entre judíos y anomeos, una de las ramas radicales del arrianismo antioqueno
Gregorio de Nazianzo ofrece una explicación similar sobre la supuesta interferencia lógica que existía entre judíos y arríanos. Para él, tres males teológicos aquejaban a la doctrina cristiana en su época: el ateísmo, el
judaismo y el politeísmo. Cada uno de ellos vendría representado por determinados protagonistas: el primero por Sabelio, el segundo por
Arrio de Alejandría, y el último por los que se mostraban demasiado ortodoxos entre los propios cristianos
En Occidente, Ambrosio de Milán manifiesta igualmente su repulsa hacia el arrianismo estableciendo en el plano doctrinal un acercamiento de la herejía de Arrio a la religión judía, en una especie de reductio ad symbolum ludaicum, con el único fin de desacreditar a los arríanos, por los que sentía una fuerte aversión
Para Cromacio, obispo de Aquileya, los judíos no representaban para su comunidad un peligro tan grande como el de los arríanos. Sin embargo, como ya hicieran Ambrosio y otros padres de la Iglesia, arremete contra la impiedad de estos últimos poniéndola en estrecha relación con la perfidia judaica, pues tanto herejes como judíos rechazaban la divinidad de Cristo. En uno de sus sermones afirma que «la Sinagoga se ha convertido en el albergue de toda infidelidad y de todo error». Según él, los judíos expulsados del Templo con un látigo de cuerdas prefiguran a todos los que niegan la Trinidad y especialmente a los herejes arríanos
Con todo lo anterior no estoy diciendo que el judaismo y el arrianismo sean lo mismo, lo que estoy presentando es la forma en que veían los católicos de aquel tiempo a los arrianos, confundían a unos con otros, y por eso mismo planteo que en la política antijudía de los últimos reyes visigodos, codificada en
los concilios de Toledo, estaban incluidos los arrianos, que no debían de ser pocos.
Puestas las cosas así está claro que el reino de los visigodos estallo desde adentro más que a causa del envite externo fiel a la religión del amor (que claro que también ocurrió). Y eso es lo que finalmente dice Olage.
Fuente: Judíos y arrianos: el mito de un acercamiento inexistente
Judíos y arrianos: el mito de un acercamiento inexistente | Sefarad
El de las fantasias sois vosotros. Yo no niego la existencia del tal Fafila, lo que no tiene sostén es que fuera rey de Asturias, hijo de Pelayo, hermano de Adosinda y cuñado de un tal Alfonso, esas son fantasías sacadas de las historietas de Alfonso III, y a cuya voz le dais valor semejante a lo que un creyente da a la Biblia…
es un puro acto de fe. Os pido pruebas y salis con algo que nadie pone en duda Fafila si existió. Repito, no dudo de la existencia de un tal Fafila, lo que no me como son todos los demás atributos que no tienen más sostén que una historieta que no tiene por fin contar una verdad sino
lavar la cara del ascenso tiránico de Ramiro cabeza de la dinastía a que pertenece Alfonso III
Famulus significa servidor, o familiar en el antiguo sentido de familia extensa. El que Fafila se presente como “servidor de Dios” solo significa que era cristiano
Es lo que te digo: todas son refritos sobre refritos, erre que erre repitiendo a Alfonso III
Y con la Nómina Leonesa es peor. La Nómina Leonesa es una pendejada, plagada de errores que saltan nomas al primer vistazo:
1. Pelagius filius Ueremundi nepus Ruderici regis Toletani. Ipse primus ingressus est in asperibus montibus sub rupe et antrum de Aseuba.
2. Deinde filius eius Fafila.
3. Deinde Adefonsus gener Pelagi.
4. Post illum frater eius Froila.
5. Deinde Aurelio.
6. Post Aurelio Adefonsus castus, qui fundabit Oueto.
Nómina leonesa - Wikipedia, la enciclopedia libre
1. Ahí resulta que Pelayo es hijo de un tal Bermudo, ¿no lo era de un tal dux Fafila?
4. Confunde a Froila el Malo, el supuesto hijo de Alfonso, con Froila Pérez, el pretextado hermano de Alfonso.
6. Aquí se salta a la torera a Silo, Mauregato y Bermudo.
¿No lees lo que pones? Si, si claro,
Ejjj que la N.L., bla, bla, bla…
¡Seriedad!!
Yo no niego la
autenticidad de las crónicas alfonsinas, lo que
argumento es su veracidad. El tío tenía poderosos motivos para meter gato por liebre en su narración.
¡Claramente??
Sobre tal,
HIPOTÉTICO cronicón, puede ser que si, como puede ser que no, por lo pronto no es lo suficientemente firme para servir de soporte ni para jurar que existió