Lo primero en estos casos si se quiere intervenir a fondo, es partir de la dieta/hábitos de la persona. Mala calidad de sueño, exposición solar insuficiente, comida procesada, fuentes pro-inflamatorias como el trigo moderno, lácteos industriales, aceites vegetales... entre otros, sería lo primero a corregir. Ejercicio de fuerza (dentro de las posibilidades de cada uno) y flexibilidad/mobilidad (clases de yoga, pilates o mismamente uno en casa si se tiene disciplina).
En el apartado suplementación, una mezcla de colágeno tipo I y tipo II con los cofactores necesarios que actúan en sinergia: una fuente de vitamina c (como el extracto de acerola) y boro (o borax). Esto es algo básico ya no para curar, sino para prevenir el deterioro articular. Después está el sílice que es también muy recomendable, y se puede consumir de forma sencilla en forma de infusiones bien de hojas de bambú o cola de caballo y os va a salir más barato que comprar suplementos.
Las enzimas digestivas tipo wobenzym son efectivas en cuanto a "disolver" proteínas que se quedan atrapadas en las juntas articulares produciendo inflamación. Éstas suelen ser más caras, pero se pueden usar en pequeñas dosis de forma habitual para prevenir.
La vitamina k2 y Mg es más para controlar el tema calcificación, que también puede influir pero no suele ser la causa raíz del dolor articular. La k2 lo ideal es que contenga mk7 (o mezcla mk4+mk7) y sea producida por fermentación, no sintética.