La bicicleta es tuya, ¿no? Pues con un par de bemoles la pillas, porque es tuya, y el que la robó si te ve que te diga algo. Los canicías estarán igualmente a lo suyo en un caso u otro, en el tuyo o en el del ladrón robado, tú sólo le devuelves tu marrón al que te lo creó a cambio de tu bicicleta que, por cierto, es tuya.